septiembre 17, 2021

Sobrevivir, sostener y acompañar: ¿cuáles son los costos invisibles de la violencia contra las mujeres en Ecuador?

Ilustración: Monse Navas

Sus manos pequeñitas van bosquejando tres mujeres en la hoja de papel. En el centro, los rizos de su madre Cynthia (nombre protegido) que le caen hasta la cintura abrazan dos siluetas a su lado: su hermana Belén (nombre protegido), a la derecha, con un par de zapatos rojos y, a la izquierda, Adriana (nombre protegido), la autora, con un vestido rosado. Tiene 6 años y le encanta dibujar, pintar y crear. Se acerca y me muestra su “obra”: la familia de mujeres que su mamá intenta sostener. Desde abril de 2019 comenzaron una nueva vida, luego de escapar de las violencias psicológica y física a las que sobrevivieron, durante años, por parte de la expareja de Cynthia. Ahora están juntas, sin embargo, el camino es duro: los recursos no abastecen. “Perdí mi trabajo y hubo días en los que no tenía ni para comer. Como sea consigo para ellas. Estoy vendiendo varias cosas para generar dinero y mi mejor amiga me está ayudando a costear la terapia para mis hijas. Todo ha sido difícil, pero vamos saliendo”, relata.

Romper el círculo de violencia implica un largo recorrido de sanación, de acompañamiento, terapia y restitución en un país en el que 65 de cada 100 mujeres son violentadas de forma psicológica, económica, física o sexual al menos una vez a lo largo de su vida, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Relaciones Familiares y Violencia de Género contra las Mujeres (ENVIGMU) de 2019, desarrollada por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC).

Si la violencia contra las mujeres ha sido silenciada históricamente, más aún lo han sido los efectos que genera. Uno de ellos es, precisamente, el impacto económico que, en el caso de Cynthia, ha implicado pasar días sin alimento y acudir a una amiga cercana para que sus niñas, quienes atestiguaron la violencia, puedan acceder a un acompañamiento psicológico. La violencia incide directamente en la autonomía y salud de las mujeres y también produce costos invisibles a nivel individual, en el interior del hogar, e incluso se extienden a la comunidad que las acompaña, las atiende y las apoya.

Historias como la de Cynthia se condensan en una cifra que dimensiona la problemática del impacto económico oculto: las mujeres, los hogares y las comunidades pierden USD 2.084,5 millones al año debido a la violencia en Ecuador, un costo alarmante que equivale al 1,92% del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Ese es el principal resultado de “Los costos individuales, domésticos y comunitarios de la violencia contra las mujeres en Ecuador”, un estudio desarrollado por el Programa Prevención de Violencia contras las Mujeres (PreViMujer) –implementado por la Cooperación Alemana (Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit | GIZ)– y por la Universidad San Martín de Porres (Perú).

Arístides A. Vara-Horna, autor del estudio, pone en evidencia los impactos ocultos a diferentes niveles y determina que son las mujeres agredidas quienes asumen más del 50% de la pérdida total (USD 1,2 mil millones en gastos de bolsillo e ingresos perdidos), mientras que en los hogares dicha pérdida es de USD 543 millones y en la comunidad –organizaciones, vecinas, amigas, acompañantes– es de USD 340 millones. Lo hace a través del análisis de una muestra de encuestas confidenciales de 2.501 mujeres de 18 a 65 años de las regiones Costa, Sierra y Amazonía, además de áreas rurales y urbanas, basándose en la información estadística del INEC.

Fuente: La Periódica 

Sí a la Diversidad Familiar!
The Blood of Fish, Published in