octubre 25, 2021

Les van a faltar medios para sancionar a tantas rebeldes





El día 23 de octubre, hemos visto de nuevo la fuerza del feminismo.

Una manifestación de mujeres decididas a defender sus derechos. Una manifestación llena de vida, de determinación, de energía, de fuerza.

Una manifestación organizada solo con militantismo, aportando cada una su voluntad, su tiempo, su dinero.

Una manifestación donde hemos vuelto a recordar cuál es nuestra agenda más perentoria: exigimos medidas (medidas, medidas) contra la violencia machista en sus más variadas y diversas vertientes, los vientres de alquiler, la explotación sexual, la mercantilización de nuestros cuerpos, la cosificación de las mujeres, las leyes de autodeterminación de género y las desigualdades de renta y cuidados.

“Nos oprimen por el hecho de nacer mujeres, no por sentirnos mujeres”. Porque nacemos mujeres es por lo que sufrimos desigualdades, violencia médica y obstétrica, discriminación laboral y doble explotación.

Si ser mujer es una mera auto identificación subjetiva, las políticas públicas para la igualdad efectiva entre mujeres y hombres son irrelevantes.

Eso pedimos y eso es el feminismo. Y quien no tenga esta agenda NO ES FEMINISTA.

Las mujeres no vamos a consentir que de nuevo nos definan como “las otras”, como “progenitor gestante”, “persona menstruante”, “vaginoportantes”, “cis-mujeres”, “mujeres no trans”, ni vamos a soportar esas cínicas y engañosas perífrasis que ocultan nuestra explotación: “maternidad subrogada”, “trabajadoras sexuales”, “amor romántico”, etc.

Como dice el comunicado, estamos “sufriendo una reacción del patriarcado, emprendida por el Gobierno, los partidos políticos, los medios de comunicación y las instancias jurídicas”.

Pues todos esos no van a dormir bien esta noche. Por más que quieran contarse milongas, no pueden negar lo evidente: la fuerza del feminismo. Saben que esta poderosa manifestación es solo la punta del iceberg y que somos muchas, muchísimas más las que compartimos esas reivindicaciones, aunque por diversos motivos no hayamos podido asistir a la manifestación.

Su inquina contra las feministas lo ciega

Pero hay tipos de una misoginia tan primaria que no consiguen ocultar su rabia y, contra toda prudencia, echan espumarajos por la boca. Así, Echenique califica la manifestación de “pequeña concentración”. Su inquina contra las feministas lo ciega hasta el punto de hacerle olvidar que hoy en día todo se filma y se fotografía y que, por lo tanto, hay cientos de testimonio que lo contradicen (por ejemplo: https://www.youtube.com/watch?v=X7eNtQxxMys ). Su ira es tan grande (y tan estúpida) que lo lleva al ridículo.

Por si fuera poco, habla de que la manifestación era «contra los derechos humanos de los trans». Otro que no se la leído la Declaración Universal de los Derechos Humanos y, por lo tanto, ignora que NO EXISTE el derecho a que los deseos se conviertan en leyes. Y no sabe que, si bien cada cual se siente como le da la gana, nadie tiene derecho a autodefinir su edad, su etnia, su país de nacimiento o cualquier otro dato de su identidad civil. NADIE.

Pero, más que la vertiente grotesca y manipuladora de sus palabras, asombre, lo que hiela la sangre es el espíritu fascistoide y sancionador que muestra cuando exige que la RTVE no dé cuenta de la manifestación. O sea, no basta con que RTVE y los medios de comunicación ejerzan de voceros transactivistas todos los días y por todos los medios … No basta, no. Él pide que se censure la información, que se silencie la realidad que no le gusta ¡Qué bárbaro! Otro nostálgico del franquismo disfrazado de progre…

Y eso es muy grave. No olvidemos que este tipo es diputado… Un diputado que pide que no se informe de lo que a él le desagrada… Si fuera de VOX, lo entenderíamos. También lo entenderíamos si fuera de la facción más ultra del PP… pero, por más que UP nos haya decepcionado, por más que su ideología sea neoliberal-individualista-obra-de-caridad, esa vena dictatorial censora tan desmelenada, pasma.

Claro que ya la ley trans no se anda con chiquitas y prevé toda una batería punitiva contra las “pecadoras” que no acatemos la religión queer, pero Echenique pierde la compostura y da un paso más: pide no solo que nos castiguen, sino que castiguen a todos los que digan que existimos.

Pues mirad, tenemos que recordarle que, en los últimos años del franquismo, a pesar de sus brigadas de policías, sus cuadrillas de jueces, su férreo control de radio, tv y prensa, sus castigos y sus incesantes censuras y lavados de coco… a pesar de todo ello, ya no daban abasto… Ya, sus fuerzas represivas no conseguían contener las fuerzas democráticas…

A estos les va a pasar igual: por más medidas sancionadoras que nos impongan, no van a callarnos.

Estos no saben que somos tenaces, valientes y que no nos vamos a resignar, que seguiremos luchando por un mundo de igualdad y justicia.

¡Que viva la lucha de las mujeres!

Analista de ficción audiovisual y crítica de cine. Licenciada en Ciencias Cinematográficas y Audiovisuales por la Universidad Denis Diderot de París. Lee el blog de cine de Pilar Aguilar: http://pilaraguilarcine.blogspot.com.es
Fuente: Tribuna Feminista

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