Emilia Cuadros Zenteno de la Asamblea Permanente por la Legalización del Aborto y participación en la constituyente: “Este proceso lo posibilitó también el movimiento feminista, abandonarlo es dejar que otros hablen por nosotras”
Impulsada por el debate en torno a la despenalización del aborto, la Asamblea Permanente por la Legalización del Aborto se configura como un conjunto de organizaciones que unieron sus caminos y experiencias para levantar la pañoleta verde que hoy ondea con fuerza tras el amplio apoyo que recibió la iniciativa popular de norma que será discutida en la Convención Constitucional.
“Cada vez que se plantea la posibilidad de un aborto, es un contexto dramático. Mi pregunta es: Si estamos todos de acuerdo en que estos dilemas se producen en situaciones dramáticas de sufrimiento humano y de la mujer, ¿por qué ustedes reaccionan de forma tan festiva, casi carnavalesca?”
En dos minutos de intervención, la convencional por el Distrito 10, Teresa Marinovic, se refirió de esta forma al actuar de las constituyentes a favor del derecho al aborto dentro de la Convención. En plena discusión de la iniciativa popular de norma “Será Ley”, fueron las pares de Marinovic quienes le explicaron a la licenciada en filosofía que su efervescencia se debe a la emoción que nace de un proceso de luchas históricas.
Mismo sentimiento que comparte Emilia Cuadros Zenteno, integrante de la Asamblea Permanente por la Legalización del Aborto: “Nuestra alegría, de las personas que están a favor y de las convencionales, tiene que ver con que se trata de una lucha que lleva muchos años. Llevamos muchos años, muchos gobiernos hablando sobre derechos sexuales y reproductivos y aborto. Es algo que es parte de nuestras vidas; que por fin estemos hablando de estos temas y tratándolos en la Convención Constitucional. Nos produce mucha alegría porque es un reconocimiento a esos años de lucha, a nuestra autonomía”.
“Veíamos que ya la despenalización era bastante limitada para lo que nosotras necesitamos, que es la legalización y también un marco normativo que asegure los derechos sexuales y reproductivos y el aborto”, refiere Emilia acerca del por qué decidieron confluir en esta organización territorial nacional desde donde expusieron también en el marco de la discusión acerca de derechos fundamentales.
Junto a Emilia, trabajan también en la Asamblea organizaciones como Con las amigas y en la casa, y la Red Chilena de Profesionales por el Derecho a Decidir, entre otra treintena integrada por núcleos territoriales y comunitarios, ONGs, abogadas y más: “Somos una red nacional, tenemos presencia en distintos puntos del país. Otras organizaciones que la componen son la Coordinadora Feminista 8M, el Observatorio contra el Acoso Chile, OCAC, Corporación MILES…”, comenta Cuadros Zenteno.
La lucha de estas mujeres, hoy continúa quemando etapas históricas y entregó recientemente una vigorosa señal al ser la primera iniciativa popular de norma en alcanzar las 15 mil firmas requeridas para pasar a discusión. Al cierre de los patrocionios, sumaba más de 38 mil adhesiones , instalándose dentro de las primeras cuatro iniciativas más apoyadas a través de este mecanismo de participación.
“Nosotras leemos que esto es un reflejo de la construcción colectiva de este proceso. Refleja también la lucha que hemos dado por estos temas durante tiempo y pone de manifiesto lo necesario y fundamental que es el reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos en nuestro país. Es una alerta para la Convención y para todos los espacios legislativos donde se puedan desarrollar políticas públicas, de la necesidad de los derechos sexuales y reproductivos. Sería muy interesante ver características sociodemográficas de las personas que firmaron por nuestra iniciativa”, profundiza Emilia.
Justamente el proceso de construcción colectiva que menciona, ha tenido como actoría relevante a las organizaciones sociales, quienes no sólo han sido chispa de ignición sino que además se han encargado de mantener vivo el fuego de la participación ciudadana. Desde la Asamblea, leen esto como el protagonismo de “un sector transformador que no formaba parte de los espacios de decisión política tradicionales o institucionales. Por el contrario, para estas representaciones el proceso constituyente abrió la puerta de la participación que garantiza que nosotras, como Asamblea Permanente por la Legalización del Aborto y muchas otras organizaciones, podamos ser parte de la Constitución”.
Legalización y no despenalización
Desde la articulación se propone un cambio relevante en lo que se entiende la lucha respecto del aborto en Chile: la idea de dejar de pensar en la acción misma de un procedimiento abortivo como una isla, y sumarlo al conjunto de derechos sexuales y reproductivos que las mujeres requieren hoy. La importancia de diferenciar estos conceptos radica en que “la despenalización no garantiza el acceso ni la atención sólo evita que el aborto sea un delito en sí mismo”, detalla Emilia. De acuerdo con la Asamblea, el proyecto de despenalización tampoco hablaba el mismo idioma de la sociedad chilena, una que se encontraba en un proceso constituyente único en el mundo.
En ese entendido, los sueños que emergen y se comparten desde la Asamblea, son los de “una ley que despenalice la práctica y legalice el aborto, que garantice el acceso a este sin causales, que este sea gratuito para que la clase no sea una limitante” y que dicha ley “no permita la objeción de conciencia en el sistema público de salud, ni tampoco la objeción de conciencia institucional”.
Situación regional: países que se quedan atrás
Latinoamérica no es extranjera en lo que a luchas por derechos sociales fundamentales respecta. El mapa de derechos sexuales y reproductivos de la región se dibuja hoy con seis países donde el aborto es legal (Argentina, Uruguay, Cuba, Guyana, Guyana Francesa y Puerto Rico) y los estados de Ciudad de México, Oaxaca, Hidalgo y Veracruz en México. Por el contrario y en estado de prohibición y criminalización total, el aborto no es posible – legalmente hablando – en El Salvador, Honduras, Nicaragua, República Dominicana y Haití.
¿Dónde se ubica Chile? Chile está en una zona gris de este mapa, donde convive con países que han establecido condiciones o causales para acceder a un aborto. Lo acompañan Brasil, Colombia, Ecuador, y con medidas aún más restrictivas, países como Perú, Paraguay, Venezuela, Guatemala y Costa Rica.
Durante los últimos meses, Ecuador y Colombia han hecho noticia al discutirse la posibilidad de despenalizar el aborto. La diferencia sí, radica en los tránsitos constitucionales que cada país ha recorrido, y en el caso de Colombia, alianzas, estrategias comunicacionales y políticas que se han trabajado por décadas. Respecto de esta situación, Emilia comenta que “Chile es un país que tiene una matriz profundamente neoliberal y conservadora, con un conservadurismo amparado por la preponderancia de la iglesia católica. También tenemos la Constitución del 80, que limita la posibilidad de hacer cambios estructurales. Finalmente es la historia reciente la que ha tendido a la destrucción y reconstrucción del tejido social. Frente a todo esto, el escenario en Chile es distinto a otros. También la Corte Constitucional en Colombia tiene otras características muy distintas a la chilena, con una matriz muy distinta”.
Expectativas altas y nuevo gobierno
Desde la Asamblea se calibra como favorable la disposición que ha mostrado el futuro gobierno en materia de derechos sexuales y reproductivos: “También saludamos con mucho optimismo la designación de la ministra Antonia Orellana Guarello, y también de la subsecretaria Luz Vidal”, comenta Emilia.
Dada la apertura del gobierno pronto a entrar y el conocido activismo feminista de la futura ministra, puede resultar fácil abrazar expectativas altas y profundas, sin embargo, desde la Asamblea miran el porvenir con claridad: “Nosotras tenemos mucha claridad de que las condiciones son súper adversas. Si bien tenemos este gobierno que va a ser favorable a los derechos sexuales y reproductivos y a una profundización de los derechos de las mujeres en general, vemos que finalmente Kast fue segunda mayoría electoral, es la derecha más dura y conservadora la que sigue ahí y la que ha permeado el Congreso. Además el país enfrenta hoy muchas crisis: la pandemia, la crisis económica, la situación migratoria y lo que está pasando en el Wallmapu. Estas son expresiones del capitalismo y el patriarcado exacerbado que caracterizan a nuestro país. En este escenario sabemos que esta es una lucha de largo aliento, por lo tanto seguiremos aquí hasta que el aborto sea una realidad, para ello abriremos todas las puertas necesarias y pondremos a disposición todos los saberes de las organizaciones que históricamente han trabajado en esta materia”.
A pesar del sentido de realidad que Emilia transmite, también desde la Asamblea reconocen que de consagrarse el derecho al aborto en un marco de derechos sexuales y reproductivos en la nueva Constitución, son variados los desafíos que se presentarían: “Por un lado el problema que tenemos con los equipos profesionales. Más allá de los objetores de conciencia, hay que capacitar al personal para que puedan saber como hacer abortos simples, complejos; falta esa especialización y capacitación. De la misma forma, dotar a estos profesionales de nuevas tecnologías.”
También acoger a la persona que se realiza un aborto desde su identidad. No tiene por qué ser algo traumático, tenemos que naturalizar todo esto como el procedimiento que es. “Los desafíos son varios”, refiere Emilia.
Para terminar, Emilia Cuadros reitera su profunda valoración a los movimientos y organizaciones sociales como promotores y participantes de los diversos mecanismos de colaboración propuestos desde el debate constituyente: “Abandonar el proceso constituyente es permitir que otros hablen por nosotras. Queremos transmitir el mensaje de que debemos seguir resistiendo, vamos a seguir luchando, hay que mantenerse en este frente”.
Las pañoletas verdes siguen ondeando, dentro y fuera del ex Congreso Nacional, y en medio de un proceso que ha tenido a las organizaciones sociales, territoriales y feministas, como maestras de la incidencia. Cabe imaginar cómo sería Chile si estas mujeres, sus historias y sus fortalezas, hubieran tenido más espacio en el quehacer político en lugar de la sobrerepresetación del hombre blanco cisgénero y de mediana edad que la sociedad chilena conoce a la cabeza de la institucionalidad, tal como viene sucediendo hace algunas décadas, donde las mujeres se ha posicionado como una presencia política crucial, y que hoy se continúan consagrando en el proceso constituyente.
Hoy la redacción de una nueva Constitución, es también herencia del movimiento feminista chileno.
Por Magda Escobar Haro
Fuente: Observatorio de Género y Equidad