abril 18, 2022

¿Por qué las mujeres ganan menos que los hombres en los países europeos?


Desigualdad salarial.MALAGÓN

Las mujeres han dado importantes pasos hacia la igualdad de género en las últimas décadas, mejorando su posición en múltiples ámbitos. Por ejemplo, su masiva incorporación al mundo del trabajo remunerado es uno de los cambios sociales más significativos del último siglo. Sin embargo, a pesar de estos progresos, las mujeres siguen ganando menos que los hombres en todos los países que disponen de datos para constatar esta realidad. Un reciente estudio de Eurofound analiza esta cuestión y explora las razones de las brechas salariales en los países de la Unión Europea (UE). 

Brechas de género en la UE

Según los últimos datos disponibles de 2019, los hombres reciben un salario un 14% superior al que reciben las mujeres en el conjunto de la UE (ver ilustración). Esta brecha no es la que existe entre hombres y mujeres realizando las mismas tareas, sino la que resulta de comparar el salario medio entre todos los hombres y mujeres asalariados en el conjunto de la economía. 

Brechas salariales de género existen en todos los países de la UE. En el caso de España, la brecha es del 12%, ocupando una posición intermedia: claramente por debajo de una serie de países con brechas de entre el 21 y el 17% (Estonia, Letonia, Austria, Alemania, Chequia, Eslovaquia, Hungría, Finlandia y Francia); pero por encima de las brechas inferiores al 10% que caracterizan a otros países (Luxemburgo, Rumanía, Italia, Bélgica, Eslovenia y Polonia). Si bien se observa una tendencia a la baja en el tamaño de las brechas salariales (del 16% al 12% entre 2010 y 2019 en el caso de España), lo cierto es que siguen siendo muy significativas en la mayoría de los países europeos. 

Ilustración. Brecha salarial de género y tasa de empleo femenino en los países de la UE (2019, en %)

Notas: Los países están ordenados de menor a mayor brecha salarial de género, calculada como la diferencia entre el salario medio entre hombres y mujeres. La medida salarial se refiere a salario por hora. La tasa de empleo femenino se calcula como la proporción de mujeres que trabajan sobre el total de mujeres en edad de trabajar (entre los 16 y los 64 años). 

El espejismo de las brechas salariales de género y lo que ocultan

Una nota de precaución es necesaria antes de sacar conclusiones al comparar las magnitudes de las brechas salariales entre los diferentes países europeos. Es importante recordar que es un indicador parcial que, al recoger sólo las diferencias en la remuneración media percibida por los hombres y mujeres asalariados, deja fuera del foco a las mujeres que no tienen un empleo remunerado (y también a las que trabajan por cuenta propia). Por ello, hay que tener mucho cuidado con asociar una mayor brecha salarial en un país con una peor situación de la mujer, ni en el mercado de trabajo, ni mucho menos en la sociedad en general. De hecho, lo contrario podría ser cierto. 


La ilustración permite ver conjuntamente los datos sobre la brecha salarial (barras azules, medidas en el eje izquierdo) y las tasas de empleo femenino (líneas negras, medidas en el eje derecho), que son una buena medida de la integración de la mujer en el mundo del trabajo y en la sociedad en general. Pues bien, resulta que la brecha de género tiende a ser mayor en aquellos países donde la tasa de empleo femenina es mayor (en aquellos países situados en la parte derecha de la ilustración), y viceversa. 

Las brechas salariales son mayores en países que asociamos generalmente a una mejor situación de la mujer, como Alemania, Holanda o Suecia

Veamos algunas posibles razones. Por un lado, las bajas brechas salariales en países como Rumanía, Italia o Grecia, lejos de reflejar una buena situación general de las mujeres, serían el resultado de las dificultades que éstas enfrentan para participar en el mercado de trabajo. Estos tres países tienen las tasas de empleo femenino más bajas de la UE porque muchas mujeres no trabajan (en muchos casos por la falta de guarderías asequibles para cuidar a los hijos o por la persistencia de una fuerte división de responsabilidades por género en el hogar), lo que significa que las mujeres que sí lo hacen suelen tener un perfil de alta cualificación y trabajos bien remunerados, lo que explicaría las menores diferencias salariales por género. 

Por otro lado, las brechas salariales son mayores en países que asociamos generalmente a una mejor situación de la mujer, como Alemania, Holanda o Suecia, los tres países con las mayores tasas de empleo femenino en la UE. En estos países, donde las mujeres afrontan menos barreras para acceder al mercado de trabajo (por la disponibilidad de guarderías públicas baratas y menos estereotipos sociales de género), también las mujeres de menor cualificación acceden de forma generalizada al empleo, pero ocupan también peores puestos de trabajo y, además, pudiendo elegir voluntariamente trabajos a tiempo parcial en muchos casos, todo lo cual explicaría las mayores brechas de género. 

Razones (o no) para los menores salarios de las mujeres

A nivel individual, las diferencias salariales entre un hombre y una mujer podrían no estar explicadas por el género en sí, sino por diferencias en niveles educativos, edad, tipo de contrato, jornada laboral o el sector y ocupación en que se trabaja, entre otros factores. Los datos de las encuestas recogen información sobre éstas y otras variables, que los estudios empíricos pueden usar para determinar su impacto en explicar las brechas salariales de género. 

Entre las causas que se pueden medir en estas encuestas, los datos muestran que las brechas salariales sufridas por las mujeres se deben principalmente a sus mayores probabilidades de trabajar en sectores económicos con peor remuneración y a hacerlo a tiempo parcial (pues trabajar a tiempo parcial suele resultar no sólo en menores salarios mensuales, sino también en menores salarios por hora trabajada). Además, en el caso español, otra razón es que las mujeres tienden también a trabajar en categorías ocupacionales de peores salarios. Un último factor relevante es que las mujeres acceden menos a puestos de supervisión de otros trabajadores, lo que evidencia la existencia de los conocidos como techos de cristal, que dificultan el ascenso de las mujeres a los puestos de más responsabilidad en sus empresas. Por el contrario, los datos muestran también que los niveles educativos medios de las mujeres son ya superiores a los de los hombres (especialmente entre las generaciones más jóvenes), lo que evitaría la aparición de brechas salariales incluso mayores que las que existen actualmente. 

Sin embargo, lo más relevante es que estas razones son tan sólo capaces de explicar una pequeña parte de la brecha de género que se observa en los diferentes países: menos de una tercera parte en el conjunto de la UE y menos de una quinta parte en España. ¿Qué explica entonces realmente la parte más importante de las brechas de género en los países europeos? Con las encuestas disponibles, no es posible saberlo. Por ello, esta parte no explicada se suele achacar a una combinación de elementos: por una parte, a la discriminación contra la mujer (que se produciría cuando una mujer gana menos que un hombre por hacer el mismo trabajo); por otra, la existencia de otros factores que no se miden en las encuestas, como por ejemplo diferentes actitudes y comportamientos entre hombres y mujeres a la hora de negociar los salarios con sus empleadores. 

Por Carlos Vacas Soriano es investigador de la Fundación europea para la mejora de las condiciones de vida y trabajo (Eurofound), doctorado en Economía aplicada por la Universidad de Salamanca.
Fuente: CTXT 

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