Carolyn Bertozzi es la octava mujer que recibe el Nobel de Química
La química Carolyn Bertozzi, Premio Nobel de Química 2022. Nobelprize.org.
Marta Macho-Stadler no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.
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“Quien hace la ciencia realmente determina la ciencia que se hace”.
Londa Schiebinger.
Carolyn Bertozzi es química. Ha sido una de las tres personas que ha recibido el Premio Nobel en Química en 2022. En las muchas quinielas que preceden a la entrega de estos premios, el nombre de Bertozzi aparecía como una de las personas con posibilidades de ser premiadas. Esta científica es la octava investigadora que ha conseguido este reconocimiento en los 122 años de existencia de estos galardones.
Las palabras de la historiadora de la ciencia Londa Schiebinger cobran un especial sentido cuando se conocen los datos sobre el reparto de estos prestigiosos premios. Quienes deciden en ciencia son, en una abrumadora mayoría, varones: lideran los equipos y reciben los reconocimientos. La falta de referentes femeninos en disciplinas STEM no ayuda a otras mujeres a pensar en la ciencia como una opción de futuro.
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Muy pocas mujeres han recibido un Premio Nobel
Ya se conocen las personas que han recibido los Premios Nobel en 2022 en las tres disciplinas científicas.
Esta semana ha comenzado con el anuncio del ganador del Premio Nobel en Fisiología o Medicina. Muchas personas pensábamos que era el momento de Katalin Karikó y Drew Weissman, la madre y el padre de las vacunas de ARN mensajero que han salvado tantas vidas desde el comienzo de la pandemia de covid-19. Nos equivocamos: fue el biólogo Svante Pääbo quien recibió el premio “por sus descubrimientos sobre los genomas de homínidos extintos y la evolución humana”. Sin duda, merece este reconocimiento, como lo mereció su padre, Sune Karl Bergström, hace exactamente 40 años.
El martes, otros tres científicos (varones) fueron galardonados con el Premio Nobel en Física “por los experimentos con fotones entrelazados, estableciendo la violación de las desigualdades de Bell y siendo pionero en la ciencia de la información cuántica”. Estos investigadores son Anton Zeilinger, Alain Aspect y John Clauser.
Y el miércoles, el anuncio de la concesión del Premio Nobel en Química (“por el desarrollo de la química clic y la química bioortogonal”) a Carolyn R. Bertozzi, Morten Meldal y K. Barry Sharpless fue una excelente noticia para quienes pensamos que la escasez de mujeres galardonadas es bochornosa.
Y realmente lo es, y lo es en todas las disciplinas. Si nos centramos en las categorías de ciencia, los datos son realmente abrumadores: sólo 4 mujeres han recibido el Nobel en Física de un total de 222 personas premiadas; únicamente 8 mujeres han merecido el Nobel en Química de 189 personas condecoradas; y tan solo 12 mujeres han sido premiadas con el Nobel en Fisiología o Medicina de un total de 225 personas galardonadas.
En 2021, ninguna mujer recibió ninguno de los premios en estas tres disciplinas científicas; 7 científicos fueron los merecedores de estos galardones según el comité nombrado por la Real Academia Sueca de las Ciencias. El año anterior, 2020, fue un año realmente especial: Andrea Ghez recibió el Nobel en Física (junto a Roger Penrose y Reinhard Genzel) y Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna obtuvieron de manera conjunta el Nobel en Química. Parece que lo que ocurrió en 2020 fue tan solo un espejismo.
Carolyn Bertozzi: investigadora, mentora y divulgadora
Aunque no soy química, el nombre de Carolyn Bertozzi me resultaba conocido. Y no me equivocaba. Había visto hace unos años una apasionante conferencia TED en la que esta científica explicaba cómo los azúcares de las células cancerosas interactúan y a veces engañan al sistema inmune. Y ese conocimiento puede ayudar a entender mejor los mecanismos del cáncer y, de este modo, evitarlo y curarlo.
Y también recordé un artículo reciente de Marta Bueno Saz sobre los beneficios de la diversidad en el quehacer científico. En este escrito, su autora hablaba sobre las ventajas de la colaboración entre científicas. Entre otros testimonios destacaba el de la química Lara Mahal.
Pues bien, resulta que Mahal deseaba que Carolyn Bertozzi fuera su asesora de doctorado. Pero algunas personas intentaron persuadirla. Ya había tenido a una mujer como mentora en sus estudios universitarios y esta elección podría interpretarse como que Mahal evitaba trabajar con científicos varones. Afortunadamente, Lara Mahal ignoró esos consejos y ambas científicas, Mahal y Bertozzi, comenzaron a colaborar y a publicar con éxito los resultados obtenidos de su investigación.
No puedo hablar, por no ser mi campo, de la extraordinaria científica que, sin duda, es Carolyn Bertozzi. Pero, curioseando en el motor de búsqueda Google Scholar, he visto que esta investigadora tiene unas 900 publicaciones indexadas y publicadas en las más prestigiosas revistas de ciencia. Pocas personas de ciencia poseen esta cantidad de publicaciones de calidad.
Inspirando a las siguientes generaciones
Muchas personas merecen ser reconocidas por su trabajo en el ámbito científico. Algunas de ellas reciben premios, la mayoría no. Entre esas personas no distinguidas abundan las mujeres.
Por eso este premio es especialmente satisfactorio: aunque Carolyn Bertozzi sigue siendo la misma investigadora que antes de recibir el Nobel, hoy tenemos a otra científica reconocida. Sin duda inspirará a algunas jóvenes que aún no tenían decidido que querían estudiar. Quizás alguna de ellas, dentro de unos años, descubra la cura definitiva del cáncer. Y quizás reciba por ello un Premio Nobel, quizás.
Fuente: The Conversation