Las mujeres del Nobel
La Academia Sueca ha premiado a 17 autoras desde 1901, y ha tratado en los últimos años de corregir la histórica ausencia femenina en su nómina de galardonados
La escritora Wislawa Szymborska, en su casa en 2009.Witold Krassowski
La francesa Annie Ernaux llevaba varios años en los puestos más altos de las listas de candidatos al premio Nobel de literatura en las casas de apuestas, aunque eso está más que probado que no es un termómetro fiable para vaticinar las decisiones de la Academia Sueca. Los miembros del jurado de la institución, encargada de elegir cada año desde 1901 al ganador del máximo galardón literario, insisten en que la calidad de la obra es lo que guía su voto, sin prestar atención a detalles biográficos, como volvieron a enfatizar este jueves tras anunciar que habían premiado a Ernaux. También añadieron que han tratado en los últimos años de “ampliar el foco del galardón”, y esa amplitud lleva, en parte, nombre de mujer.
El escándalo que rodeó a la Academia en 2018, cuando las acusaciones de acoso sexual y las sospechas de filtración de alguno de los ganadores sacudió a la institución, resultó en una renovación del jurado tras la dimisión de tres académicos. Desde diciembre de 2019, los estatutos establecen que un tercio de los 18 miembros del jurado son mujeres.
Lessing muestra su Nobel en el año 2007.Shaun Curry (AFP)
Pero la llegada de autoras a la nómina de premiados con notoria regularidad arrancó unos años antes. Desde 2004 cuando se alzó con el Nobel la austriaca Elfriede Jelinek, han sido premiadas ocho autoras, es decir, casi un Nobel de cada dos en los últimos 18 años. Ahí están Doris Lessing (2007), Herta Müller (2009), Alice Munro (2013), Svetlana Alexievich (2015), Olga Tokarczuk (2018) y Louise Glück (2020). Y a ellas se ha sumado en 2022 Ernaux, la primera mujer francesa en obtener esta distinción, a pesar de que los autores en francés son los más galardonados después de los que escriben en inglés. A pesar también de Colette, de Marguerite Yourcenar, de Marguerite Duras o de Simone de Beauvoir, cuya pareja, Jean-Paul Sartre ha sido uno de los dos únicos premiados que rechazó el Nobel —el otro fue Boris Pasternak forzado por las autoridades soviéticas—.
En 1909 la sueca Selma Lagerlöf fue la primera en ganar el premio y apenas cinco años después pasó a ser académica y a integrar el comité que decide el galardón. Lagerlöf murió en 1940, el mismo año en que nació Ernaux. La italiana Grazia Deleda en 1926, la noruega Sigrid Unset (1928) y la estadounidense con fuertes lazos con China, Pearl Buck (1938) precedieron a la primera y única escritora en español hasta la fecha en ganar el Nobel, la chilena Gabriela Mistral en 1945. Concha Espina estuvo cerca de ganarlo: fue propuesta en nueve ocasiones y, en tres de ellas (1926, 1929 y 1931), fue candidata, según se supo al hacerse públicas 50 años después las deliberaciones de los jurados.
Pasaron más de 20 años, del final de la II Guerra Mundial a mediados de los años sesenta, hasta que la poeta Nelly Sachs, alemana refugiada en Suecia gracias a la ayuda y el apoyo de Lagerlöf, recibiera el premio en 1966 ex aequo con el israelí Shmuel Yosef Agnon. Se abrió entonces un largo paréntesis de un cuarto de siglo que terminó en los años noventa, cuando Nadine Gordimer (1991), Toni Morrison (1993) y Wislawa Szymborska (1996) fueron reconocidas por la academia sueca.
En las clásicas discusiones en torno a los premios Nobel, Marcel Proust y Jorge Luis Borges son dos autores que nunca faltan. ¿Cómo es posible que no fueran reconocidos por la academia sueca? Philip Roth, John Ashbery o Javier Marías se han sumado en los últimos años a esas listas prestigiosas de no premiados, pero quizá ha llegado la hora de empezar a reivindicar también la flagrante ausencia de Virginia Woolf, Elizabeth Bishop, Anna Ajmátova o Natalia Ginzburg. ¿Cómo pasaron por alto la calidad de sus obras? Igualdad también en esto.
Por Andrea Aguilar Periodista cultural. Licenciada en Historia y Políticas por la Universidad de Kent, fue becada por el Graduate School of Journalism de la Universidad de Columbia en Nueva York. Su trabajo, con un foco especial en el mundo literario, también ha aparecido en revistas como The Paris Review o The Reading Room Journal.
Fuente: El País