Cartografías de la imaginación. Una mirada intergeneracional a la creatividad de las exiliadas republicanas
Las lógicas del recuerdo intergeneracional me han permitido, no sin dificultades, entender cómo mi propia subjetividad forma parte de una historia política y social del siglo XX muy violenta para el caso español
Para mi madre, para mi padre
Desde hace tiempo me interesa la relación entre cultura y memoria por varias razones. De manera sucinta pienso que todas estas motivaciones se pueden concentrar en tres. Por un lado, la atención detallada a los procesos de negociación de la memoria cultural permite que emerjan sus políticas de hegemonía, inclusión y exclusión de acuerdo con intereses nacionales y de género entre muchos otros. Si menciono en concreto la nación y el género es, precisamente, porque se trata de los vectores que me interesará apuntar, en el presente artículo, en relación con los legados de la creatividad de exiliadas republicanas que dejan el Estado español después del fin de la guerra civil en 1939 y la instauración violenta de la dictadura cívico-militar franquista hasta 1975. Por otro lado, la aproximación desde la memoria permite entender la cultura como un campo dinámico -una cartografía de la imaginación- que se resiste a las limitaciones impuestas por categorías como la de autoría a favor de poéticas que Cristina Rivera Garza califica de desapropiadas. En tercer lugar, las lógicas del recuerdo intergeneracional me han permitido, no sin dificultades, entender cómo mi propia subjetividad forma parte de una historia política y social del siglo XX muy violenta para el caso español, que comparto con familia, amigues y muchas otras personas.
Tres anclajes para aterrizar, así decimos en México, lo que acabo de compartir. Primer anclaje. Hace unos años compré, en una librería de viejo de la Calle Donceles del Centro Histórico de la Ciudad de México, una primera edición de 1944 de Madréporas de la exiliada catalana libertaria Silvia Mistral (fig. 1) [1].
En ese momento, 2008, me encontraba realizando una investigación sobre escritura autobiográfica de exiliadas españolas de primera generación en México [2]. Se trataba de un proyecto con acotaciones claras: de género literario, de sexo social, nacionalidad, ubicación diaspórica, edad y compromiso político. Pero las investigaciones tienen, como el personaje Augusto Pérez en la novela de Unamuno Niebla, vida propia. Así que inevitablemente comencé a interesarme por la memoria intergeneracional -Marianne Hirsch le llama postmemoria- del exilio y la dictadura. ¿Quiénes éramos herederas de ese trauma colectivo? ¿Cuáles habían sido los procesos de melancolía y duelo transgeneracionales? Y, en definitiva, ¿qué actos de memoria- consciente e inconsciente, verbalizada o silenciada, textual, visual o corporal, resistente y derrotada- unían al menos a tres generaciones perteneciendo, yo misma, a la de las nietas de quienes fueron afectos del franquismo o represaliados? Regreso a Madréporas. Se trata de un hermoso texto poético, con ilustraciones del también exiliado Ramón Gaya y publicado por la editorial Minerva, una iniciativa impulsada por Ricardo Mestre, esposo de la propia Silvia Mistral, para la difusión en México de trabajos anarquistas. En Madréporas hay no solo una celebración gozosa de la maternidad. También se formaliza la gratitud esperanzada hacia un país que acogió a partir de 1939 a aproximadamente 20,000 exiliados y exiliadas para quienes vivir, en el sentido más elemental de la palabra, no era posible en la España franquista. Le escribe la escritora a su hija Silvia recién nacida en el exilio:
Quiero que conozcas el país donde se abrió la corola de tu vida y que lo ames, con el amor agradecido con que lo amo yo, desde que -viajera de otros cielos inhóspitos- pisé el valle del Anáhuac (Mistral 1944: 71).
En el año 2009 tuve la oportunidad de conocer personalmente a Silvia Mestre Blanch. Nuestra conversación, en un café sobre la Avenida de los Insurgentes y frente al Parque de la Bombilla en la Ciudad de México, fue una de las primeras ocasiones en las que algo aún no suficientemente comprendido, aunque sí experiencial, de una historia en común, empezó a tomar forma de una manera afectiva y significante para mí.
Segundo anclaje. Esta memoria transgeneracional cristaliza creativamente en Vida Neus a veces Ana [3]. A través de este proyecto de investigación artística, María Cerdá Acebrón dialoga con la exiliada catalana Neus Espresate Xirau sobre distintos momentos de su vida. Cuando conocí esta propuesta de María pensé en el Instituto Luis Vives. Una escuela fundada en 1939 en la Ciudad de México por refugiados españoles. En la Avenida Benjamín Hill número 38, Colonia Escandón. Muy cerca de la desafiante monumentalidad art-déco del edificio Ermita, donde de hecho vivieron familias de exiliados y exiliadas republicanas. Creía que Neus Espresate estudió allí al llegar desde Barcelona en 1946. Veo, sin embargo, en una línea del tiempo registrada en este proyecto que solo se señala el Colegio Madrid. Creado en la capital mexicana en 1941 por el Gobierno Republicano Español en el exilio.
Tercer anclaje. El pasado mes de julio, durante tres semanas de vacaciones en casa de mis padres en A Coruña, visité en A Fundación la exposición “Galicia futura: todo o que imos ser”. Al entrar encontré numerosas piezas multimediales, firmadas por artistas, científicas y creativos gallegos, como reacción a una pregunta, acuciante desde hace décadas y urgente desde la crisis global detonada por la pandemia de SARS-CoV-2, a propósito de las posibilidades de nuestro porvenir como especie y de este mundo dañado. En una de las salas inmediatamente me llamó la atención una frase impresa en la pared: Constelación Maruja que muta noutras: Neuronas a ceo aberto. Un poema audiovisual, grabado en el observatorio astronómico de Trevinca en Ourense, con poemas de Estíbaliz Espinosa y realización fílmica de Lucía Estévez.
…que é unha idea?
Entre a sospeita do carbono, en plena Vía Láctea,
como fai contacto coa túa curiosidade?
Poñamos puntos suspensivos, logo dous puntos:
de onde vén, a que neuronas vai…
Dirán que todo vén do ventre dun astro morto pero
unha idea ábrese paso por este verso, oxalá de repente
un río (Espinosa y Robledo 2021: 37)
Es una resignificación sensorial de “Cabeza de negra”, un óleo de 1946 de la pintora vanguardista Maruja Mallo [4]. Hay algo profundo en ese momento: azar, afectos, tiempos, lugares y lo que persiste. Siempre me fascinó una fotografía fechada en 1945 que circula en redes. Aparece Maruja Mallo con un manto de algas en su exilio americano. Es posible que sea Chile. Es muy hermoso no olvidar que somos las que somos, también las que serán, como efecto de algo que no fue en vano. Lo dice Rosa Chacel en una carta de 1966 que desde Río de Janeiro le escribe a la entonces joven poeta catalana Ana María Moix:
Yo me empeño en penetrar vuestro tiempo, por varias razones; la más egoísta porque el mío me fue arrebatado. Mi tiempo no fue y no se resigna -no es que yo no me resigne, sino que es aquel tiempo, como el genio de Aladino encerrado en una vasija, el que no se resigna a no ser alguna vez-, no se resigna a la solución de continuidad, se empeña en llenar el hueco para llegar hasta vosotros (Chacel y Moix 2003: 179).
NOTAS
[1] Seudónimo de Hortensia Blanch Pita.
[2] Esta investigación fue finalmente recogida en mi libro El clamor de las ruinas. Una interpretación cultural de narrativas personales de exiliadas españolas en México, galardonado en la V edición del Premio Internacional de Ensayo Mariano Picón Salas, por un jurado compuesto por Mariana Libertad Suárez, Pablo Gentili y Héctor Díaz-Polanco.
[4] Esta pintura se encuentra en el Museo de Pontevedra y puede disfrutarse en esta visita virtual: https://museo.depo.gal/web/museo/visita-virtual/artistas-con-m-de-mujer-ga
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Chacel, Rosa y Moix, Ana María. De mar a mar. Epistolario. Barcelona: Península, 2003.
Espinosa, Estíbaliz y Robledo, Miguel. Constelación Maruja que muta noutras. Plaquette literaria ilustrada editada por A Curiosa, 2021.
Hirsch, Marianne. The Generation of Postmemory. Writing and Visual Culture after the Holocaust. Nueva York: Columbia University Press, 2012.
López González de Orduña, Helena. El clamor de las ruinas. Una interpretación cultural de narrativas personales de exiliadas españolas en México. Caracas: Fundación del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos, 2012.
Mistral, Silvia. Madréporas. CdMx: Ediciones Minerva, 1944.
Rivera Garza, Cristina. Los muertos indóciles. Necroescrituras y desapropiación. CdMx: Debolsillo Random House, 2019.
Unamuno, Miguel de. Niebla. Madrid y Buenos Aires: Renacimiento, 1914.
REFERENCIA CURRICULAR
Helena López es investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género de la UNAM, México.