Considerar el cuidado como una necesidad, un trabajo y un derecho contribuye a reducir la desigualdad de género, dice la CEPAL
Ana Güezmes, Directora de la División de Asuntos de Género de la CEPAL participó en el conversatorio “Las dimensiones económicas del cuidado: mitos y realidades”, organizado por ParlAmericas en Colombia. Explicó que considerar el cuidado como derecho, necesidad y trabajo es lo que propone la sociedad del cuidado para transitar hacia un estilo de desarrollo basado en la igualdad y la sostenibilidad de la vida.
El cuidado es una necesidad, un trabajo y un derecho. Esta definición de cuidado permite desmontar varios mitos tejidos a su alrededor e incentivar el desarrollo de leyes y políticas públicas que regulen y dignifiquen el trabajo remunerado, reduzcan el trabajo no remunerado que realizan mayoritariamente las mujeres en los hogares y, con ello, contribuyan a reducir las restricciones de tiempo de las mujeres para incorporarse al mercado laboral, a la política y a la economía y la sociedad. Además, permite aumentar el ingreso fiscal y la economía del cuidado es un sector estratégico para la recuperación de las crisis en cascada que afronta la región y para dinamizar la economía.
Con estas definiciones, Ana Güezmes, Directora de la División de Asuntos de Género de la CEPAL intervino en el Conversatorio “Las dimensiones económicas del cuidado: mitos y realidades”, organizado por ParlAmericas como parte de la 19a Asamblea Plenaria de ParlAmericas y 14o Encuentro de la Red Parlamentaria para la Igualdad de Género. En ese marco, las sesiones giraron en torno a “Perspectivas legislativas para un crecimiento económico inclusivo: Invirtiendo en la economía del cuidado”. Al término de las reuniones, las parlamentarias adoptaron la Declaración “Perspectivas legislativas para un crecimiento económico inclusivo: Invirtiendo en la economía del cuidado”, en la que se comprometerion a fomentar el reconocimiento del trabajo de cuidados, la prestación de cuidados y la inversión en la economía del cuidado.
Durante su presentación, Ana Güezmes explicó por qué el cuidado es una necesidad. “Las transiciones demográficas y epidemiológicas generan aumento en las demandas de cuidado de personas adultas mayores. Aún no hemos resuelto el cuidado de niños y niñas y nos enfrentamos a una enorme carga de cuidado con creciente proporción de necesidades de personas mayores”.
En relación con el cuidado como trabajo, en el caso de aquel que es remunerado, indicó que “una de cada tres mujeres en la región está ocupada en el sector de la economía del cuidado, en sectores como educación, salud y trabajo doméstico remunerado”. En relación con el trabajo de cuidados y doméstico no remunerado, las mujeres le dedican tres veces más de tiempo que los hombres. La escasez de tiempo de las mujeres, agregó, les implide mayores niveles de participación política. En ese sentido, sólo un 33,6% de los escaños de los parlamentos nacionales está ocupados por mujeres y sólo un 25% de cargos electivos locales. “América Latina y el Caribe aún está lejos de alcanzar la paridad en la toma de decisiones”, agregó. Sobre la valorización monetaria del trabajo no remunerado y su aporte al funcionamiento de las economías, expresó que aporta entre un 16% y un 23% de valor al PIB de la región según estadísticas oficiales de 10 países que compila la CEPAL. El 74% de este aporte lo realizan las mujeres.
Sobre el cuidado como un derecho, la Directora de la División de Asuntos de Género explicó que comprende el derecho de cada persona a cuidar, ser cuidada y autocuidarse. Esto requiere “reconocer el valor de este trabajo, garantizar los derechos de las personas que proveen cuidado y superar la asignación estereotipada del cuidado como una responsabilidad de las mujeres. Para ello se necesita avanzar en la corresponsabilidad institucional entre quienes proveen cuidado, que son el Estado, el mercado, la comunidad y los hogares”.
Abordar el cuidado desde estas tres dimensiones es impulsar el cambio profundo que nuestras sociedades necesitan. Ese cambio, dijo Ana Güezmes, es la sociedad del cuidado, “que tiene un potencial transformador, ya que implica un nuevo estilo de desarrollo basado en la igualdad y la sostenibilidad de la vida, y propone una distribución equitativa de recursos, poder y tiempo entre hombres y mujeres”. Y agregó: “La sociedad del cuidado es una noción propositiva que requiere de una construcción colectiva y multiescalar con corresponsabilidad de género y social”.
Virar hacia un nuevo estilo de desarrollo se hace urgente, indicó, en un contexto definido como de “cascada de crisis”. Se trata de la concatenación de crisis económica, social, ambiental, sanitaria, de seguridad alimentaria, a las que se agrega la crisis de los cuidados que han profundizado la desigualdad de género. En consecuencia, hay más mujeres en desempleo, informalidad, pobreza y en cuidados; y las más afectadas son mujeres jóvenes con niños pequeños.
Ante este panorama, expresó Ana Güezmes, “este es un momento de mover las agujas del desarrollo. En la CEPAL hablamos de cambios audaces. Es un momento para cambios transformacionales como el que propone la sociedad del cuidado”. Para avanzar hacia ese cambio civilizatorio se requiere “desarrollar políticas y sistemas integrales de cuidado, pactos fiscales con enfoque de género, políticas de mercado laboral, una digitalización inclusiva y cierre de la brecha digital de género y considerar todos estos aspectos de manera articulada con el cuidado del planeta”.
En ese sentido, agregó, las y los parlamentarios pueden cumplir un rol importante en “diseñar y aprobar leyes para avanzar en la creación de sistemas integrales de cuidado, en ampliar licencias vinculadas al cuidado, incrementar el financiamiento de los cuidados, fortalecer la reación de sistemas de información y generar mecanismos de fiscalización y rendición de cuentas”.
Finalmente, Ana Güezmes recordó que el Compromiso de Buenos Aires, aprobado por los países de la región en la reciente XV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe insta a los Estados a “adoptar marcos normativos que garanticen el derecho al cuidado a través de la implementación de políticas y sistemas integrales de cuidado desde las perspectivas de género, interseccionalidad, interculturalidad y derechos humanos, y que incluyan políticas articuladas sobre el tiempo, los recursos, las prestaciones y los servicios públicos universales y de calidad en el territorio”.
La conversación sobre mitos y realidades del cuidado también contó con las participaciones de Cecilia López, Ministra de Agricultura y Desarrollo Rural de Colombia, y Helen Royer, Directora de Desarrollo Humano, Secretaría del CARICOM. La moderación estuvo a cargo de Juan Carlos Losada Vargas, de la Cámara de Representantes de Colombia.
Fuente: Cepal, Asuntos de Género