diciembre 27, 2022

Helen O’Connell, la médica que describió la anatomía del clítoris para una revista científica en 1998


Fotografía: Pexels

Hay muchas cosas de la anatomía femenina que no han sido analizadas por la medicina debido a la mirada patriarcal bajo la que ésta ha sido construida. Entre las consecuencias que esto nos ha dejado se encuentra la deuda histórica que la medicina tiene con el clítoris, un órgano cuya única función es darnos placer, pero que no fue descrito en su totalidad hasta el siglo XX.

Preocupada por esta situación, la sexóloga Alexandra Hubin se dio a la tarea de recopilar información sobre el clítoris en su libro Entre mis labios, mi clítoris: confidencias de un órgano misterioso. En él, la autora nos cuenta sobre la anatomía del clítoris, cómo aprender a disfrutar con él y por qué había sido ignorado por tanto tiempo a lo largo de la historia de la medicina.

De acuerdo con Hubin, una de las razones por las que el clítoris se dejó de lado en los estudios anatómicos es que los expertos no alcanzaban a atinar cuál era su función. Pese a esto, desde la época de Hipócrates ya se hablaba de él y se lanzaban algunas teorías sobre su razón de estar en nuestro cuerpo.

La primera vez que este órgano fue nombrado oficialmente en el círculo médico fue en 1559, cuando el cirujano Mateo Realdo Colombo lo diseccionó y dejó sus anotaciones al respecto en su obra De re anatomica. Sin embargo, tuvieron que pasar cuatro siglos más para que la anatomía de este órgano fuera descrita con exactitud por una mujer.

Helen O’Connell, la mujer que describió el clítoris por primera vez en la historia

Helen O’Connell fue la primera mujer en especializarse en urología en toda Australia. También fue la primera en describir con exactitud la anatomía de este órgano en 1998. Gracias a ella, ahora sabemos que el clítoris ocupa más que un par de centímetros visibles en nuestra vulva. 

En realidad, el clítoris está conformado por diversas partes, muchas de las cuales están ocultas alrededor de nuestra vagina. Las partes que conforman a este órgano son:El glande, la pequeña parte que vemos en la unión de los labios de nuestra vulva; tal como sucede con el pene, esta parte aumenta su tamaño con la excitación, lo cual recibe el nombre de erección.

El orificio uretral y el orificio vaginal, ambos visibles también en nuestra vulva; por el primero expulsamos la orina y por el segundo experimentamos la penetración y también el parto.

El bulbo del vestíbulo, que rodea las paredes vaginales.

El pilar o el cuerpo del clítoris, que sirve como soporte del glande.

El cuerpo cavernoso, el cual se inflama durante la excitación sexual y provoca que ciertos músculos se contraigan, produciendo una sensación satisfactoria.

Imagen: Wikimedia Commons

Además de esta anatomía compleja, el clítoris también cuenta con cerca de 8 mil terminaciones nerviosas. Esto lo convierte en un órgano mucho más sensible que el pene y, por lo tanto, más delicado al tacto.
¿Cómo estimularlo para llegar al orgasmo?

Tal como se observa en el esquema, el glande es la única parte visible del clítoris. De ahí que la forma más sencilla de estimular dicho órgano sea, justamente, a través del glande. No obstante, Alexandra Hubin explica que, gracias a que las otras partes están distribuidas a lo largo de la cavidad vaginal, también se puede lograr la estimulación del clítoris vía vaginal.

Pero esto no es tan sencillo como introducir un objeto bruscamente. De hecho, de acuerdo con la sexóloga argentina Sonia Blasco, más del 60 por ciento de las mujeres no logra alcanzar el orgasmo a través de la penetración vaginal. El que los hombres crean que es así (y que, además, que mientras más fuerte sea la penetración más placer sentimos nosotras) se debe en gran parte al imaginario fundado por la industria pornográfica, pero nada más lejos de la realidad.

La estimulación del clítoris puede conseguirse por medio de la penetración en diferentes ángulos, pero también a través de la masturbación o el uso de juguetes sexuales. También es importante el juego previo a la penetración, pues con la excitación el clítoris comienza a inflamarse y a ponerse más sensible.


De igual forma, hay posiciones sexuales que pueden resultar más placenteras al ejercer más presión sobre el clítoris. Sin embargo, probarlas dependerá de la disposición de cada pareja.

Ahora que sabes un poco más sobre este órgano, esperamos que puedas disfrutar tu sexualidad plenamente. Recuerda que también tenemos derecho al goce, pero para poder ejercerlo es necesario explorarnos y reconocernos.

Fuente: Cimac

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