diciembre 15, 2022

Venezolanas en México son expuestas a rutas de alto riesgo por endurecimiento de políticas migratorias

CIMACFoto: César Martínez López

Entre enero de 2021 y septiembre de 2022, 13 mil 710 mujeres y niñas originarias de Venezuela han sido detenidas en México según datos de la Secretaría de Gobernación. Todas ellas han intentado conseguir asilo en Estados Unidos, pero los cambios en las políticas migratorias de ese país y de la República Mexicana las han mantenido en incertidumbre y las han obligado a optar por rutas que las exponen a diversas violencias.

La situación para miles de mujeres y niñas venezolanas ha cambiado una y otra vez con las transformaciones de los sistemas migratorios y de asilo en México y Estados Unidos. Una de estas transformaciones fue la entrada en vigor del Título 42 en marzo de 2020. Dicha medida ha restringido la entrada de millones de migrantes a EEUU usando como pretexto el riesgo sanitario desatado por la pandemia de Covid-19.

En otro momento, a esta restricción se sumó el regreso del programa Quédate en México en diciembre de 2021. Este programa (también conocido como Protocolo de Protección al Migrante, MPP) obligaba a las personas en situación de movilidad a permanecer en territorio mexicano mientras las autoridades estadounidenses procesaban sus solicitudes de asilo.


La implementación de ambas medidas trajo como consecuencia una saturación de solicitudes de asilo en la frontera México-Estados Unidos, algo constante desde la primera vez que se activó el MPP en 2019 con Donald Trump. Sin embargo, a pesar de que se suspendió nuevamente el 8 de agosto de este año, la situación continúa sin mejorar.

Entre otros factores, esto se debe a que el gobierno mexicano implementó la obligatoriedad de las visas para las y los venezolanos que desean ingresar a suelo mexicano. Aunado a esto, el gobierno del presidente Joe Biden lanzó un programa que restringe aún más la migración para la población venezolana.

En este panorama, la confusión sobre la situación en la frontera ha jugado un papel importante para que miles de mujeres queden expuestas a riesgos como las redes de trata, la separación familiar y el tráfico sexual de menores de edad.

Las mujeres migrantes se enfrentan a violencias diferenciadas en sus trayectos. Estas rutas se potencian cuando viajan con sus hijas e hijos, quienes pueden ser separados de sus madres por las autoridades migratorias. CIMACFoto: César Martínez López

Migrantes venezolanas se exponen a violencia sexual en rutas peligrosas

De acuerdo con estadísticas de la Secretaría de Gobernación, entre febrero y agosto de 2021, 32 mil 675 mujeres viajaron desde Venezuela hasta México por vía aérea. Desde que México comenzó a solicitar la visa a las y los venezolanos, esta cifra bajó a 9 mil 643 mujeres durante los mismos meses pero del año 2022.

Esto, sin embargo, no quiere decir que las mujeres hayan dejado de migrar. Según ha analizado el Instituto para las Mujeres en la Migración, AC (Imumi), las mujeres continúan buscando la posibilidad de ingresar a EEUU para solicitar asilo.

No obstante, al no contar con una visa, miles de ellas están optando por realizar su viaje por tierra (lo cual significa, en muchos casos, atravesar siete países y cruzar la selva del Darién, uno de los caminos más riesgosos en los trayectos migratorios de Sudamérica).

Según explican el Imumi y Women’s Refugee Commission (WRC) en el estudio La política migratoria de la región y el impacto en la población venezolana, ¿marco de protección o detonante de riesgos?, las mujeres que deciden emprender este viaje se enfrentan a una serie de violencias que se van acumulando conforme se acumulan también los días de viaje y los kilómetros recorridos.

La agencia humanitaria CARE afirma que muchos de estos peligros están latentes —precisamente— en el Tapón del Darién, una selva que marca el límite entre Colombia y Panamá (es decir, entre Colombia y Centroamérica, entre Colombia y la posibilidad de alcanzar el territorio mexicano). 

La violencia presente aquí tiene que ver con la existencia de grupos armados que acechan a las personas migrantes. Para mujeres y niñas, ser interceptadas por estos grupos puede desencadenar en esclavitud sexual, el cobro de favores sexuales a cambio de un cruce “seguro”, acoso, otros tipos de violencia sexual y trata de personas. 

En su análisis, Imumi y WRC detallan que, entre enero y la primera semana de mayo de 2022, la organización de Médicos Sin Fronteras atendió a 89 personas por violencia sexual; todas decidieron usar esta ruta migratoria. Muchas de estas y otras víctimas de violencia sexual no han tenido acceso oportuno a tratamientos para prevenir infecciones y enfermedades de transmisión sexual o para prevenir un embarazo.

Por su parte, la organización Mulier Venezuela ha informado que, en 2021, 415 mujeres venezolanas fueron rescatadas de redes de trata. De acuerdo con su informe Libres y Seguras 2021, las medidas migratorias de Estados Unidos han tenido una incidencia clave en esta cifra.

Estos datos y el número elevado de detenciones de migrantes venezolanas en México demuestra que, pese a todos estos riesgos, las mujeres no desisten en su intento de solicitar protección en el extranjero.
Venezolanas se debaten entre la confusión y la violencia institucional

No es casualidad que, desde el mes de octubre, muchos albergues en México se encuentren saturados por migrantes de Venezuela. Y es que, tras la suspensión de Quédate en México en agosto, miles de personas interpretaron el hecho como una apertura de la frontera entre nuestro país y Estados Unidos. 


Esto ya había sucedido antes, cuando Joe Biden intentó eliminar el MPP tras convertirse en presidente en enero de 2021. Junto con la eliminación del programa, ese año, las crisis sociales desatadas por la pandemia provocaron un ascenso de más del mil por ciento en la cantidad de detenciones de migrantes venezolanos en México según el Imumi.

Aunque el MPP ya quedó suspendido, el Título 42 sigue vigente. Además, el gobierno estadounidense ha restringido la posibilidad de las y los venezolanos de asilarse al fijar diversas reglas por medio de un parole humanitario. 

Esta nueva medida implementada el pasado 12 de octubre impide la entrada a EEUU a todas y todos los venezolanos que hayan cruzado como indocumentados por Panamá y México. También hace necesario que quienes quieran pedir asilo tengan a un familiar o amigo que los sostenga económicamente mientras arreglan su situación migratoria en Estados Unidos.

Para México, las consecuencias de todas estas medidas han sido claras. De acuerdo con el Instituto para las Mujeres en la Migración y WRC, los albergues para migrantes en la Ciudad de México (lugar que recibe a las y los deportados de EEUU) han estado rebasados en su capacidad al 600 por ciento.

Uno de estos albergues es la Casa de Acogida y Formación para Mujeres y Familias Migrantes (CAFEMIN). La capacidad de este centro de ayuda es de entre 60 y 80 personas; sin embargo, de acuerdo con su directora María Magdalena Silva, en octubre había más de 500 personas alojadas aquí. La gran mayoría (cerca de 440) eran venezolanas.

Al igual que otros albergues, CAFEMIN está funcionado sin recibir apoyo del gobierno y con necesidades urgentes por atender, como el suministro de agua, alimentos, ropa y atención psicológica para las personas migrantes. Pero esta situación crítica escapa de los muros de albergues y refugios.

Según reportó la activista Farida Acevedo este 11 de diciembre, en la Central de Autobuses del Norte de la Ciudad de México, cientos de personas han sido desalojadas del lugar y las han obligado a salir también del estacionamiento si no tienen boletos para viajar. Todas ellas se están quedando sin alternativas para resguardarse ante la saturación de los albergues, la cual las ha obligado a dormir a las afueras del metro capitalino.

Además, de acuerdo con Acevedo, las autoridades prohibieron a la Fundación Humano y Libre entregar apoyo a las y los migrantes que arriban a esta terminal. 


Esperamos que las autoridades tomen alguna iniciativa para garantizarles aunque sea el derecho a una estancia digna mientras están en CDMX, mientras deciden si se quedan, se devuelven (a su país) o siguen su camino.Farida Acevedo

Imumi le recuerda al presidente Andrés Manuel López Obrador que se comprometió a recibir a las personas expulsadas de EEUU por el Título 42. Esto, no obstante, no ha sucedido. Tampoco se han implementado albergues temporales como sucedió con las mujeres ucranianas a inicio de este año. 

Organizaciones como el Imumi están ayudando a las migrantes venezolanas a solicitar asilo desde y en México. Pero, con los constantes cambios en las políticas migratorias mexicanas y estadounidenses, hay millones de casos pendientes. 

Estas políticas, además, están provocando separaciones familiares ejecutadas por las autoridades de EEUU, las cuales afectan de manera diferenciada a infantes, adolescentes y mujeres de acuerdo con Imumi. 

Se espera que el Título 42 se levante este 21 de diciembre, por lo que miles de mujeres venezolanas esperan poder cruzar a EEUU para pedir protección. Pero, como se ha visto en los últimos años, los gobiernos de México y Estados Unidos no garantizan que esto vaya a suceder.

Fuente: Cimac

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