enero 06, 2023

Acción Comadres, sororidad para hacer frente a la violencia

Acción Comadres es una tertulia de mujeres en el escenario, algo tan cotidiano como terapéutico. Una acción política y feminista para reivindicar eso que las mujeres hacemos realmente bien: hablar de nuestras emociones. La máxima expresión de la sororidad.


Un momento de una de las tertulias de Acción Comadres. Dani Gago

Acción Comadres es una acción política, en palabras de Cristina (Mía) Abelló, su productora. Una acción política y feminista que nace con la intención de poner a varias mujeres sentadas en el escenario a hablar sobre sí mismas. Cristina Fallarás, Karmele Marchante, Marisa Kohan, Amparo Sánchez (Amparanoia), Carla Antonelli, Zinnia Quirós, y la propia Cristina Abelló, ocupan las sillas del escenario para desnudarse ante un público que, en ocasiones, podrá sentir el pudor de asistir a una charla privada e íntima. Dirigida por la actriz María Botto, la puesta en escena realista y sin interpretación te lleva a mirar por una rendija para escuchar los secretos más profundos de todas estas mujeres. Secretos que pueden parecerse a los de muchas de las que ocupan las butacas del público.

Una a una van relatando las violencias sufridas a lo largo de su trayectoria vital. Violencias machistas que muestran las cicatrices a modo de losa a la espalda de estas mujeres. Un espejo roto en el que mirarse para perdonarse, para poner de manifiesto cómo las mujeres siguen siendo víctimas de la mala educación sexual, de la pornografía como método de aprendizaje y de la moral nacional de otros tiempos que hemos sufrido todas las que pasamos de los 40 años. Historias de rechazo transfobo, de violencia sexual, intrafamiliar y vicaria. Historias de abuso infantil y de malquererse a modo de relato en la tertulia del café. 

Ese lugar común que se repite tantas veces que las mujeres se juntan a charlar, algo en lo que somos realmente buenas. Desnudando sus emociones cada una de ellas muestra sus cicatrices, negándose a ocultarlas al igual que las marcas de la edad. Ponen su rostro a muchas violencias que han sufrido y en algunos casos siguen sufriendo. Abrazan al resto de sus compañeras y lo hacen todas cada vez que una relata su historia y deja expuesta su vulnerabilidad. Es el acto más claro de amor, el sinónimo más evidente de sororidad.
Cada vez que Acción Comadres se sube al escenario las historias cambian, no cuentan lo mismo. Es lo que pasa con la violencia, que se sufre de muchas formas y da para contar distintas historias


Cada vez que Acción Comadres se sube al escenario las historias cambian, no cuentan lo mismo. Es lo que pasa con la violencia, que se sufre de muchas formas y da para contar distintas historias. A las mujeres que ocupan las sillas de esta tertulia se les pueden sumar otras haciendo que la obra esté viva, cambiante y creando experiencias únicas. Llevar Acción Comadres a distintos escenarios de nuestra geografía es el objetivo para 2023. Al elenco de mujeres en el escenario se le sumarán en ocasiones mujeres locales haciendo de cada Acción Comadres una acción local y feminista.

María Botto dirige esta acción con la premisa clara del comadreo como hilo y la realidad de las palabras como fuente de la emoción. En la butaca se siente empatía y en ocasiones la rabia y el dolor de los relatos. Por lo vivido y por lo injusto del dolor infligido a seres frágiles que se han roto mil veces para pegarse a base de resiliencia y volver a florecer. También las risas ocupan su espacio, las risas de reírse de una misma, de haber vivido vida suficiente para aprender a tomarse menos en serio a una misma. Sin interpretación, vaciando la realidad de cada una como nexo de unión en el escenario.

Una acción político teatral feminista y entrañable tan necesaria como recuperar para todas estas charlas de mujeres, algo tan normal como extraordinario en estos tiempos que corren. Lo que haríamos todas si pudiéramos, ellas vienen a recordarnos lo necesario que es recuperar ese espacio de tertulia cuando podamos juntarnos con otras con tiempo por delante y ninguna responsabilidad que atender. Algo extremadamente complejo en estos tiempos de Whatsapp, hiperactividad y déficit de atención.

Fuente: El Salto

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