enero 27, 2023

con la A: una aventura de colaboración y amistad feminista


Foto de Magali Bermúdez

con la A es la magia de las amistades profundas que permiten ir tejiendo lazos con otras personas con base en la confianza

Once años, casi, se dicen pronto. Cuando empecé la aventura de colaborar con Alicia Gil para incluir voces de América Latina y el Caribe en la revista, creada desde España con una mentalidad abierta a otras regiones, ideas y formas de hablar y actuar el feminismo, no pensé en el tiempo. Se inició para mí un trayecto que no tenía fecha límite y que por lo mismo ha ido formando parte de mi vida, como si fuera para siempre. Esta posibilidad de emprender un viaje sin fecha de culminación se la debo primero a mi amiga y colega Irma Saucedo y a Alicia, y luego a todas las y los articulistas que aceptaron nuestras invitaciones a colaborar con un texto o a coordinar algún monográfico sobre temas que nos parecían importantes y no eran necesariamente de nuestra especialidad. Irma me propuso colaborar con su amiga y colega Alicia y ésta confió en mí sin conocerme. Esta es la magia de las amistades profundas que permiten ir tejiendo lazos con otras personas con base en la confianza. Alicia y yo no nos hemos conocido en persona, apenas nos hemos visto en zoom algunas veces y hemos hablado otras por teléfono. Con todo, la siento cercana y puedo decir que, además de una colaboración muy estrecha y continuada, al principio cada mes, luego cada dos meses, construimos amistad y cercanía, lo más valioso en este mundo tan hiperconectado, pero no siempre propicio al diálogo ni al intercambio intelectual y vivencial. Por eso lo primero que quiero hacer aquí es dar las gracias a Alicia, a Irma, a las fundadoras y socias de con la A, a Bethsabé Huamán, amiga y colega, community manager y colaboradora de la revista junto con María Garrido, quienes hicieron posible este proyecto independiente de reflexión y diálogo feminista a través del océano y de fronteras que el castellano, la solidaridad y la generosidad nos han permitido atravesar.

Desde América Latina y España, con la A ha logrado publicar, con éste, 85 números sobre temas diversos, de actualidad evidente o que era necesario sacar a la luz. Si cada noviembre lo dedicamos a tratar algún aspecto de la violencia machista, como recordatorio y denuncia de un problema global contra el que el feminismo ha luchado desde hace décadas, si no siglos, en otros meses abordamos asuntos de interés aquí y allá con el fin de intercambiar ideas con entera libertad, rigor y diversidad. Dedicamos varios números a la paz, tan necesaria, a la pobreza y la migración que en esta década se han intensificado y tanto han golpeado a mujeres, niños y niñas y hombres que merecerían y merecen un presente y un futuro mejor. También hemos tratado la situación de mujeres rurales, empresarias, mujeres mayores, creadoras, deportistas, juristas, lesbianas, gitanas, represaliadas y exiliadas… Todas ellas y tantas más forman parte del ser mujer en este mundo, nos inspiran a pensar en “otro modo de ser”, en otros modos de imaginar y vivir el mundo. Aunque no logramos siempre incluir a todos los países de América Latina y el Caribe, en lo posible invitamos a colaborar a mujeres cuyas voces no siempre se escuchan o leen en los grandes medios: así, aceptaron participar con nosotras colegas de El Salvador o Nicaragua y pudimos dedicar monográficos a mujeres de otras geografías (Mauritania, Túnez, Marruecos, Hispanas en Estados Unidos), con lo cual afirmamos los vínculos entre las luchas y aspiraciones de las mujeres en el mundo, desde una perspectiva feminista. 


Los temas que hemos ido tratando dan cuenta también de nuestra intención de responder a los cambios en el mundo a la vez que reiteramos aquello que necesita todavía cambiarse

Los temas que hemos ido tratando dan cuenta también de nuestra intención de responder a los cambios en el mundo a la vez que reiteramos aquello que necesita todavía cambiarse: la pandemia, por ejemplo, no podía pasar desapercibida, con todo el peso de cuidados, trabajos adicionales y carga emocional que implicó para muchas mujeres y jóvenes; el cambio climático representa un reto para nuestra generación y las más jóvenes, ante el cual todas tendríamos que poner nuestros mejores esfuerzos. Por otro lado, en con la A también dimos cuenta de los avances logrados en algunos de nuestros países en cuanto a los derechos sexuales y reproductivos, así como de los retrocesos o estancamientos que, desafortunadamente, exigen nuevos esfuerzos de feministas, mujeres organizadas y agentes progresistas para seguir defendiendo estos y otros derechos contra los embates conservadores. En este sentido, quienes nos han dejado a lo largo de estos años, como la crítica literaria chilena Gabriela Mora y la médica feminista mexicana Sandra Peniche, nos han legado un ejemplo de fortaleza y dedicación que hemos de honrar. 

Abordar estos temas y otros que pueden consultarse en el índice de la revista ha sido posible gracias a múltiples actos de generosidad. Primero, el de las fundadoras y socias y de la propia Alicia, directora excepcional de con la A; luego, los de las articulistas que colaboraron las más de las veces sin remuneración, por el simple deseo de compartir sus pensamientos, saberes y sentimientos, de los colegas que aceptaron compartir su punto de vista; de las escritoras -conocidas o en sus inicios literarios- que embellecieron cada número con su prosa o su poesía, de las caricaturistas, Diana Raznovich y Cintia Bolio, que nos regalaron humor, imaginación, inteligencia, en cartones ingeniosos y críticos, Pilar Muñoz y Marisa Manchado que, respectivamente, nos descubrieron nombres de pintoras y músicas olvidadas o relegadas al margen por una cultura sesgada por un canon masculino y excluyente. Recordarlas, aunque no incluya los nombres propios de todas y cada una de las colaboradoras, es recordar el gusto de conocerlas, casi siempre sólo por correo-e y a través de sus textos, agradecer la confianza en con la A y confirmar que tenemos mucho que decirnos, aunque los intercambios sean breves. Sus escritos y colaboraciones forman parte ya de una revista que se lee, se discute y que ha sido reconocida con tres premios, el último a la continuidad, que, digámoslo, no es un logro menor en el ámbito de las revistas en América Latina y España, y en el feminismo.


Uno de los legados de esta primera etapa de con la A es la confirmación de la solidaridad feminista, de lo mucho que podemos lograr si fortalecemos lazos y dialogamos más y más

Por todo esto, para mí con la A ha sido una casa abierta al mundo, al intercambio y a la amistad; una aventura en que mucho he aprendido, sobre revistas, feminismo y problemas contemporáneos desde luego, y, más importante, sobre la capacidad de trabajo y la solidaridad de mujeres de edades y ocupaciones diversas para hacer florecer una iniciativa común. Creo que uno de los legados de esta primera etapa de con la A es la confirmación de la solidaridad feminista, de lo mucho que podemos lograr si fortalecemos lazos y dialogamos más y más. A mí, por lo menos, con la A me permitió mantener y renovar la esperanza en más de un momento difícil, cuando me parecía que nada cambiaba ni cambiaría en México y poco mejoraba en algunos lugares del mundo.

Reafirmar la potencia feminista y el deseo de cambiarlo todo, retomando el título del libro de Verónica Gago, no es un sueño utópico sino una necesidad en el contexto actual. El presente y el futuro en más de un sentido son adversos para las mujeres, sus derechos y sus sueños. La deplorable e indignante situación de las mujeres y niñas en Irán y Afganistán, la intensificación del apartheid en Palestina, la invasión de Ucrania y la represión en Rusia contra quienes se oponen a la guerra, el backlash machista en muchas regiones de Estados Unidos, el ascenso de los autoritarismos populistas en México, Italia y otros países, no permiten ser optimistas. Los conflictos, tormentas y recurrentes malas noticias no pueden apagar, sin embargo, nuestras ganas de vivir en un mundo más libre y más justo, de seguir trabajando contra la opresión, en favor del derecho de todas a una vida sin violencia, del derecho a ser y crecer libres, a estudiar, florecer y soñar.

con la A llega, por ahora, al final de una etapa de casi once años. Como en otros casos de revistas feministas independientes, las limitaciones económicas han llevado este proyecto al límite. Sin embargo, quiero pensar que sólo estamos en pausa y que nos será posible dar continuidad a todo lo hecho desde este otro lugar. Las de “allá”, que somos las de “acá”, quienes hemos colaborado desde este otro lado del charco, haremos lo posible por iniciar una nueva etapa, y continuar el trabajo de quienes construyeron desde sus deseos, uniendo voluntades, una revista que ha logrado alcanzar a siete mil personas a través del mundo, nuestras lectoras y lectores que nos han permitido seguir juntas todo este tiempo. Por ahora estamos en la incertidumbre y no queda sino decir ¡adiós!

Desde luego también, siempre, a todas y todos, ¡gracias!

¡Gracias, querida Alicia, gracias con la A por esta aventura luminosa!

Referencia curricular

Lucía Melgar es crítica cultural y profesora de literatura y estudios feministas. Ha sido coordinadora de con la A para América Latina desde 2012.

Fuente: Con la A

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