Paula Coto: En las áreas de tecnología y ciencia, menos del 20% de mujeres tienen roles de liderazgo
Los estereotipos de género, el desconocimiento y desinformación sobre las áreas de ciencia y tecnología y la falta de visibilidad de mujeres líderes que trabajen en este campo son algunas de las barreras que dificultan que las niñas y las mujeres puedan estudiar y trabajar en el ámbito de la tecnología y la innovación. Con motivo del Día Internacional de la Niña y la Mujer en la Ciencia, ONU Mujeres conversó con Paula Coto, socióloga, magíster en educación y políticas públicas. También es docente de posgrado en temas relacionados a educación, ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (CTIM) y género. Actualmente es directora ejecutiva de Chicas en tecnología, una organización sin fines de lucro que busca reducir la brecha de género en tecnología en Argentina y América Latina. En 2022 fue galardonada con el premio "Change Agent ABIE Award" de la organización Anita Borg que reconoce las trayectorias de mujeres que impactan positivamente en la ampliación de oportunidades de niñas y mujeres en tecnología a nivel global.
Foto: Cortesía de Paula Coto
¿Qué medidas deben impulsarse?
Hay muchas medidas que pueden impulsarse. Resulta fundamental promover una inversión en la educación de las jóvenes para superar las barreras de acceso y ampliar su interés en áreas de ciencia y tecnología. América Latina tiene un desafío para completar las trayectorias escolares y motivar a las jóvenes ante los sesgos, estereotipos y la falta de modelos. Estas dificultades tienen una incidencia total en las elecciones de vida a la hora de decidir si siguen estas trayectorias.
En el 2022, lanzamos la investigación “Una carrera desigual: la brecha de género en el sistema universitario de Argentina”, en la que analizamos la participación de las mujeres en el ámbito universitario en carreras de ciencia y tecnología. Si bien los estudios universitarios están en expansión -el número de estudiantes aumentó 20% en 8 años- las carreras en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (CTIM) no solo no están creciendo en matrícula femenina, sino que, dependiendo de las áreas, hay menos mujeres interesadas. En Argentina, las mujeres representan solo el 34% del estudiantado de disciplinas CTIM y el 17% del estudiantado de programación.
Esto ocurre al mismo tiempo que quedan puestos laborales sin cubrir en el ámbito tecnológico por falta de personas formadas para los nuevos perfiles requeridos. Hay que articular iniciativas de inserción laboral que posibiliten a las mujeres en toda su diversidad desarrollarse como profesionales líderes del sector. Escuchamos hablar sobre los techos de cristal, pisos pegajosos o la brecha salarial, eso afecta a las trayectorias de las mujeres. En las áreas de tecnología y ciencia, menos del 20% de mujeres tienen roles de liderazgo, la falta de reconocimiento por sus aportes inhibe cómo posicionarse en estos espacios.
Desde CET, entendemos que es clave generar información y evidencia sobre las iniciativas orientadas a fomentar la participación de mujeres en CTIM, así como también realizar un monitoreo de sus trayectorias y las condiciones laborales en los distintos sectores. Contar con datos permitirá un entendimiento en profundidad de la problemática priorizando los esfuerzos en su abordaje.
¿Cuál es el alcance del acoso en línea hacia las jóvenes y cómo se manifiesta?
Las mujeres son víctimas de un acoso constante que se reproduce en distintos espacios de socialización, sean presenciales o virtuales. En los 51 países con mayor población, casi el 40% de las mujeres había sido acosada en línea y el 85% había sido testigo de alguna de esas violencias. Los comportamientos abusivos tienen diferentes formas, desde insultos en torno a la identidad, acoso selectivo o atentados contra la intimidad, pero hay algo en común, que es crear un entorno hostil para las mujeres en internet con el fin de avergonzarlas, intimidarlas, menospreciarlas, mostrarles que no es un espacio de ellas.
¿Cómo podemos prevenir el acoso en línea?
Para que la tecnología y la innovación sean aliadas es necesario que quienes crean soluciones tecnológicas identifiquen estas problemáticas en todas sus dimensiones. Para ello es fundamental la incorporación de las mujeres y otras identidades de género al ámbito tecnológico. La pandemia del COVID-19 nos llevó a usar más los celulares y las computadoras, pero no es frecuente que reflexionemos sobre quiénes crean esa tecnología. El 94% de las aplicaciones que usamos están creadas por varones y la participación de las mujeres en esos desarrollos es minoritaria. Muchas de estas violencias y acosos ni siquiera se consideran en los procesos de creación. El sector de la tecnología tiene deudas pendientes en términos de protocolos de igualdad de género, pese a que hay datos que muestran que tarde o temprano, las empresas tendrán que lidiar con situaciones de violencia de género. La incorporación de las mujeres en el sector permite reducir estos sesgos propios de las culturas institucionales y favorece la creación de soluciones más efectivas, seguras e inclusivas.
¿Qué soluciones proponen para cerrar la brecha en el uso de servicios digitales?
Es fundamental acercar a las personas que se identifican con el género femenino al mundo de la tecnología desde temprana edad, para vencer estereotipos de género y derribar otras barreras que enfrentan las jóvenes. Desde Chicas en Tecnología, trabajamos con jóvenes de América Latina para que conozcan las oportunidades que tienen en el ámbito tecnológico para desarrollar sus recorridos académicos y laborales en las áreas CTIM.
Desarrollamos iniciativas de investigación para dimensionar la brecha de género, sus causas y consecuencias, y programas gratuitos de formación para jóvenes de 13 a 23 años que transitan distintos momentos en sus recorridos por áreas CTIM. Trabajamos para romper esos estereotipos acercando a las jóvenes a las áreas tecnológicas de una forma integral.
¿En qué consisten los programas en los que trabajan?
Tenemos programas gratuitos y abiertos que ponen foco en las adolescentes de la región, que pasan de ser usuarias a creadoras de tecnología con impacto social. Diseñamos un trayecto integral para que las jóvenes que se identifican con el género femenino en toda su diversidad inicien y proyecten sus recorridos en tecnología. Las acompañamos con propuestas de Motivación, para que conozcan las oportunidades que el sector tiene para ellas, instancias de Formación inicial y específica en tecnología con impacto social y una etapa de Desarrollo futuro para que profundicen sus conocimientos y recorridos profesionales.
Las participantes, a lo largo de este proceso, van ganando habilidades técnicas y tecnológicas de liderazgo que les permiten desarrollarse. Ellas transitan un proceso de formación donde analizan y desarrollan soluciones tecnológicas para generar un cambio positivo en sus comunidades. En ese recorrido crean tecnología para una problemática cotidiana que les resulta propia, trabajan sobre algo concreto y encuentran que pueden intervenir en sus entornos.
Trabajamos con la identificación de problemas, entendiéndolos como el motor que permite transformar la realidad e impulsamos la creación de soluciones innovadoras que utilicen a la tecnología como una herramienta eficaz para abordar las problemáticas sociales. También, fomentamos el pensamiento crítico a través del análisis de la información separando los datos de las opiniones, alentamos a las jóvenes a utilizar los datos como fuente de abordaje de una problemática, identificar cuáles sirven, cuáles son verdaderos y cuáles no.
A lo largo de este recorrido, privilegiamos la experimentación como método de aprendizaje. Buscamos que las chicas no tengan miedo a equivocarse, porque entendemos que equivocarse y volver a intentar, es parte del proceso y sobre todo en el ámbito tecnológico. Trabajamos con retroalimentaciones e iteraciones constantes para que se apropien de eso.
Los programas son diseñados junto a empresas líderes del sector y las participantes interactúan con profesionales en tecnología que asumen el rol de guías y referentes sobre los posibles caminos a seguir.
¿Con qué actores articulan?
Trabajamos junto al sector público, privado, organizaciones de la sociedad civil e instituciones académicas -nacionales y regionales- para generar un cambio sistémico que contribuya a la equidad de género. Fortalecer el ecosistema es indispensable. Necesitamos trabajar en conjunto enriqueciendo la mirada y complementando los expertises para reducir la brecha de género de una forma integral.
Nuestras propuestas se organizan en tres ejes principales que son Investigación e Incidencia, Formación y desarrollo, y Ecosistema, para abordar la problemática de manera integral. Eso quiere decir que creamos evidencia sobre la brecha de género en tecnología para incidir en ella y orientar nuestros programas según los datos sobre el contexto en el que actuamos. Además, esta información resulta indispensable para socializar el tema con la población ya que la tecnología es cada vez más protagonista y transversal en nuestras vidas. Para generar cambios estructurales es fundamental que haya un compromiso social con la problemática. El trabajo conjunto con empresas referentes y el ámbito educativo es un aspecto clave del trayecto de Formación.
Desde Chicas en tecnología trabajamos de manera sistémica con más de 100 alianzas entre sector público, empresas, academias y organismos internacionales y eso permite que lleguemos a más de 15.600 mujeres de 15 países de la región.
Las chicas con las que trabajan, ¿tienen formación o conocimientos en tecnología?
La mitad de las jóvenes menores de 17 años que se acercan a Chicas en tecnología no conocen mujeres que trabajen en ciencia y tecnología. Sabemos del valor de estas iniciativas para inspirarlas y acompañarlas transversalmente hasta los 23 años, motivarlas y formarlas acerca de lo que implica trabajar en tecnología, para que sean creadoras y apuesten por sus recorridos, lleven adelante procesos de educación universitaria. Las acompañamos en los primeros pasos de empleabilidad para transformarse en la próxima generación de mujeres líderes.
Fuente: Onumujeres