marzo 04, 2024

Del gas al humo: la lucha de las mujeres de Nigeria ante la subida del precio del combustible



Dos mujeres regresan de un bosque cercano con leña que usarán para cocinar en un pueblo del centro de Nigeria. Imagen: Peace Oladipo / IPS


Una soleada mañana en la aldea de Omu-Aran, una comunidad rural del estado de Kwara, en el centro norte de Nigeria, Iyabo Sunday está sentada junto a una pila de leña mientras vigila una olla donde cocina frijoles con arroz, un plato muy apreciado en este país africano.

Esta viuda de 52 años aviva las llamas con una sucia vara y sopla de vez en cuando para acelerar aún más el fuego, mientras trata de protegerse la cara de los hilos de humo que despide la leña.

Por la subida de las tarifas eléctricas, Sunday se vio obligada a abandonar su cocina eléctrica y pasar a usar una de gas, para después tener que dejar de usar este combustible cuando se volvió demasiado costoso. «La inestabilidad de la economía ha conseguido que vuelva a la leña, ya que mis hijos y yo tenemos que comer», confió a IPS.

Oyedele Christiana, de 41 años y propietaria de un pequeño restaurante especializado en la elaboración de fufu, un manjar local elaborado con mandioca (yuca), expresó su deseo de dejar de usar leña y carbón para la elaboración de los platos en su menú. Pero reconoció que los costos de los combustibles se lo impide.

«El humo me entra en los ojos y me hace toser mucho. Suelo utilizar leña para mi cantina, mientras que en casa uso carbón vegetal para cocinar», explicó a IPS.

Al igual que Iyabo, Christiana utilizaba antes gas para cocinar. Pero la subida del precio del gas doméstico la ha empujado a volver a la cocina tradicional, con los consiguientes estragos en sus ojos y pulmones. «No soy tan vieja como parezco, pero la cocina a leña me ha hecho esto», suspiró.

El precio del gas doméstico en Nigeria se ha disparado en medio de una alta inflación que padece este país de África occidental de más de 224 millones de habitantes.

La supresión de los subsidios a la gasolina y otros combustibles, junto con la depreciación del naira, la moneda local, ha provocado un fuerte aumento del coste de los alimentos, el transporte y la energía. La subida del coste de la vida es especialmente traumática para la población que sobrevive con el salario mínimo, que es de 18 dólares, uno de los más bajos del mundo.

El precio de los cilindros de gas doméstico de 12,5 kilogramos pasó de cuatro a 10 dólares en febrero de este año en todo el país, más de la mitad del salario mínimo.
Consecuencias para las mujeres y el ambiente

Las mujeres que viven en comunidades rurales y urbanas y que ya no pueden permitirse el gas para cocinar no tienen más remedio que soportar las consecuencias de cocinar con leña. Muchas, como Ajayi Omole, una octogenaria que vive en Akungba, un pueblo del estado de Ondo, trata de convertir el cocinar con leña en un placer ante la falta de alternativas.

«Solemos ir al bosque, coger los árboles, secarlos al sol y prepararlos para leña de cocinar», explicó. Ella tiene una estufa «pero no puedo usarla porque no tengo para comprar queroseno», detalló.


El alarmante círculo de pobreza del país, al que pertenecen Iyabo y Oyedele, habla a las claras de la realidad de la cocina limpia, que usa energía sostenible. Las estadísticas indican que 63 % de la población depende en su mayoría de los métodos tradicionales de cocina, que suelen calificarse de sucios.

El Consejo Nacional sobre el Cambio Climático (NCCC, en inglés) ha declarado que, aparte de los peligros de la deforestación y la destrucción del clima, el uso de leña y carbón para cocinar afecta directamente a la salud de las mujeres.

Esto concuerda con las cifras del Ministerio Federal de Medio Ambiente sobre cómo más de 98 000 mujeres nigerianas mueren anualmente por el humo inhalado al cocinar con leña.

Aisha Sulaiman, tecnóloga en energías renovables e hidrógeno verde, afirmó que el aumento de los precios del gas de cocina ha hecho que muchas personas vuelvan a utilizar leña y carbón vegetal, lo que ha provocado múltiples problemas de salud a muchas mujeres. Subrayó que las mujeres sufren problemas de salud más graves como fumadoras pasivas.

En un entorno africano, las mujeres pertenecen a la cocina; así es como se narra, aunque no se suponga que deba ser así. En las comunidades rurales, la principal fuente de energía para cocinar es el método tradicional, que es insostenible y perjudicial.

Los métodos tradicionales de cocción implican carbón y leña. Se trata de materiales que liberan gases de efecto invernadero, sobre todo CO2, al ambiente, lo que contribuye al recalentamiento planetario y al cambio climático.

En cuanto a la salud de las mujeres, Sulaiman señaló que las enfermedades respiratorias pueden deberse a la inhalación del humo que generan el carbón y la leña.

Estos métodos son una fuente de contaminación atmosférica, que puede causar graves problemas de salud. La sobreexposición al humo también provoca una enfermedad llamada enfermedad pulmonar obstructiva crónica, muy endémica entre las mujeres, dijo.

Sulaiman añadió que el gobierno nigeriano debe dar prioridad a que la energía limpia sea accesible y competitiva en costes para conseguir su aceptación por parte de la población de las comunidades con bajos ingresos.

Ibrahim Muhammad, consultor energético y jefe de equipo de la Iniciativa para el Desarrollo Sostenible y el Clima Alaramma, organización ecologista dirigida por jóvenes del norte de Nigeria, argumentó que la vuelta al método tradicional de cocinar aumentaría la deforestación. Según él, el aumento del precio del gas licuado del petróleo ( GLP) está relacionado con la recesión económica del país.

Según dijo, existen numerosas investigaciones que demuestran el importante impacto de los métodos tradicionales de cocinar en las mujeres y los niños. Estos métodos contribuyen a la deforestación y a la contaminación atmosférica, sobre todo por la emisión de humo.

Muhammad señaló que el obligado retorno de las mujeres a la cocina tradicional con leña supone un revés en el plan de transición energética de Nigeria, especialmente en el ámbito de las cocinas limpias.

El gobierno nigeriano y los socios internacionales para el desarrollo deben encontrar vías para subvencionar las infraestructuras de cocinas limpias, de modo que las comunidades rurales, las más afectadas, puedan permitírselas.

Según el consultor energético, hay que tener en consideración la realidad de algunas comunidades que se dedican a la agricultura, que con apoyo en infraestructura podrían usar los residuos agrícolas para cocinar. Además, otro aliciente es que los precios de estas cocinas limpias que se están desarrollando están subvencionados.

En cuanto a otras alternativas, añadió: «Las briquetas, producidas a partir de residuos agrícolas, suelen parecerse al carbón vegetal y pueden realizar todas las funciones de éste. Son energéticamente eficientes y se fabrican a partir de diversos materiales de desecho agrícola, por lo que no fomentan la deforestación».

Muhammad añadió que deben crearse soluciones inocuas que se adapten al contexto de Nigeria; las cocinas eléctricas pueden considerarse imposibles debido a la inestabilidad de la electricidad.

«Las cocinas solares suelen utilizarse cuando hace sol, pero mucha gente apenas almuerza, se centra sobre todo en el desayuno y la cena. Muchas mujeres cocinan temprano por la mañana o por la noche, así que tenemos que adaptar las soluciones a nuestras circunstancias específicas», dijo.

Fuente: IPS

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