agosto 18, 2024

Las feministas alzan la voz en Túnez para exigir la liberación de presas de conciencia

La represión contra la disidencia emprendida por el presidente Kais Said lleva al encarcelamiento de ocho mujeres políticas, periodistas y activistas 

Manifestación del Día Nacional de la Mujer en Túnez, el 13 de agosto, en la que se exigió la liberación inmediata de las mujeres encarceladas por sus actividades en el ámbito público.YASSINE GAIDI (ANADOLU/GETTY IMAGES)

Para el feminismo tunecino, el 13 de agosto, el Día de la Mujer Tunecina, declarado fiesta nacional en 1957, siempre ha sido una jornada reivindicativa a favor de la igualdad. Sin embargo, este año las organizaciones feministas agrupadas en la plataforma Dinámica Feminista han decidido aparcar sus exigencias tradicionales —como la igualdad entre hombres y mujeres en los derechos sobre herencia— para lanzar una campaña con un objetivo más urgente: la liberación de ocho presas de conciencia. La deriva autoritaria del presidente Kais Said no hace excepciones, tampoco de género, en su afán por acallar cualquier voz disidente.

“Nunca antes en la historia de Túnez habíamos tenido tantas mujeres presas por sus opiniones políticas. Por eso, lanzamos la campaña”, explica Dalila Mahfoud, presidenta de la organización Mussawat (Igualdad), miembro de Dinámica Feminista. La movilización culminó el martes con una manifestación en el centro de la capital a la que asistieron centenares de personas rodeadas por un fuerte dispositivo policial. Las asistentes repetían eslóganes como “¡Contra la reacción, revolución feminista!”, y “¡Libertades, ya murió el Estado policial!”. Durante décadas, Túnez ha estado entre los países del mundo árabe más avanzados en materia de derechos de las mujeres. Por ello, el movimiento feminista es especialmente influyente en este país.

Entre las presas de conciencia objeto de la campaña —Cherifa Riahi, Saadia Mosbah, Sonia Dahmani, Chaima Issa, Chadha Hadj Mbarek, Leila Kallel, Mariem Sassi y Abir Moussi—, se hallan políticas, periodistas y activistas sociales. Tras el lanzamiento el pasado 25 de julio de la iniciativa para pedir su liberación, se produjo el arresto de otra prominente figura política, Sihem Bensedrine, histórica disidente durante la dictadura de Ben Alí y presidenta de la Comisión de la Verdad tunecina creada en plena transición democrática, que fue abortada por el autogolpe de Said en 2021.

Además, en la lista de represaliadas se cuentan también varias mujeres en el exilio, como la exdiputada Bouchra Belhaj Hamida y la exministra Sayida Ounissi, o con procesos judiciales abiertos, como la alcaldesa de Tabarka, Amel Alloui. Todas ellas se han mostrado críticas con el régimen por diversas razones durante los últimos dos años.

“Kais Said tiene una visión patriarcal del papel de la mujer en la sociedad. No cree en la igualdad, sino más bien que la mujer debe ser un complemento del hombre, que es quien manda”, sostiene Mahfoud. La representación política de la mitad de la población tunecina es un ámbito en el que ha habido una clara regresión desde el ascenso de Said al poder. El régimen eliminó la norma que obligaba a la paridad de género en las listas electorales, lo que se ha traducido en una reducción drástica del número de diputadas en el Parlamento. Mientras que en la Asamblea Popular disuelta por Said hace tres años un 47% de los diputados eran mujeres, ahora el porcentaje es de solo el 16%.

“Con el paso del tiempo, las restricciones a las libertades individuales han ido aumentando”, señala Inés Jaibi, una abogada que ejerce de investigadora para el think tank TIMEP, que considera adecuado referirse a las mujeres objeto de la campaña como “presas políticas” al no haber contado sus procesos con las garantías suficientes. Buena parte de ellas, aunque no todas, han sido condenadas sobre la base del llamado Decreto 54 de 2021, que establece castigos por la difusión de noticias falsas. “Es un texto muy ambiguo, ni tan siquiera para los expertos legales está claro qué tipo de actos están prohibidos. Eso deja un margen muy amplio de interpretación a las autoridades”, explica Jaibi. En total, el número de presos de conciencia en el país supera la cuarentena.

Por Ricard González
Fuente: El País

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