agosto 21, 2024

Una ley para proteger a las mujeres durante la menopausia

La pasada primavera, Adelante Andalucía registró una propuesta legislativa para abordar las dificultades laborales, sanitarias o sociales que puede transitar una mujer cuando entra en el climaterio. Un debate pendiente sobre una realidad que afecta a todas las mujeres.

Las mujeres charlan frente a la playa. DAVID F. SABADELL

“Sobre la menopausia hay tal falta de información y de visibilidad que, en muchos casos, no lo hablamos ni siquiera entre las mujeres. Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), en esta fase biológica de las mujeres entre los 45 y los 55 años, el 80% llegamos sin información a lo que va a pasar en nuestros cuerpos. Esto es absolutamente desempoderante y está muy relacionado con esa visión patriarcal de la mujer que nos da valor cuando nos relacionan con la juventud y la fertilidad, pero cuando perdemos la fertilidad este patriarcado nos identifica con la vejez, el deterioro, falta de capacidad, falta de atractivo, falta de competencia...”. Estas frases son parte de la introducción que Adelante Andalucía pronunciaba en el Parlamento andaluz, el 8 de marzo del año pasado, para formular una pregunta parlamentaria dirigida a la consejera de Sanidad del PP, Catalina García: “¿Qué va a hacer usted para garantizar los derechos de las mujeres en esta etapa de la menopausia?”


La consejera contestaba que hoy día nadie discrimina a una mujer porque pase por la menopausia, que el SAS (Sistema Andaluz de Salud) está preparado para atender a ese 25% de mujeres en menopausia que acuden a las consultas, que hay matronas y enfermeras ofreciendo charlas de formación en su área de influencia “y cuando lo necesitan se les deriva a Ginecología. Pero no digan ustedes que las mujeres que están en menopausia en Andalucía están abandonadas y no están acompañadas porque esa no es la realidad”, concluía la consejera. Al mismo tiempo, el grupo político Adelante Andalucía exponía la ausencia de protocolos específicos, en el SAS, para la menopausia, junto a la falta de estudios y datos sobre el número de mujeres con trastornos graves en esta etapa.


Un año después de esta pregunta parlamentaria, Adelante Andalucía registraba la llamada Proposición de ley relativa a la lucha por la discriminación contra la menopausia. La ley pide menos silencio, más debate, más acompañamiento, más información para las mujeres, más protección, más formación para el personal sanitario, más entornos positivos en el trabajo, más visión integral de la menopausia y menos discriminación, según Maribel Mora, abogada, diputada y autora de la ley. “Las deficiencias que vemos en esta etapa ni siquiera han sido reconocidas por la consejera de salud y por eso vimos la necesidad de elaborar una ley que regulara de manera integral y protegiera a la mujer en la etapa de la menopausia en el área social, de salud, laboral, comunicativo...”, explica Mora.
El término menopausia se refiere a un solo día, aquel en el que se cumple un año sin menstruación. Se le llama climaterio al período de transición


El término menopausia se refiere a un solo día, aquel en el que se cumple un año sin menstruación. Se le llama climaterio al período de transición, en la vida de las personas menstruantes, que se prolonga durante años e incluye el antes, el durante y el después de la menopausia. Esta etapa e caracteriza por la caída del nivel de algunas hormonas, en especial del estrógeno. También se llama perimenopausia porque gira en torno a la menopausia. Esta etapa comienza en torno a los 46 años y pude durar diez años. Según un estudio de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) de 2021, con 2000 entrevistadas, el 70% de las mujeres tenían, como primer síntoma, sofocos en la premenopausia, el segundo síntoma era el insomnio, el tercero la irritabilidad, el cuarto la falta de energía vital y la disminución del deseo sexual. También aparece la sequedad de la piel, la tristeza, decaimiento, sequedad vulvar y vaginal, sudoración nocturna, dolor en las relaciones sexuales o pérdida de memoria entre otros.

Deficiencias para abordar la menopausia

“Entre las competencias de la medicina de familia y de las matronas está la menopausia, como explicó la consejera en el parlamento, pero difícilmente pueden atender a las mujeres porque esta etapa no aparece en los planes oficiales de estudio”, explica la doctora y sexóloga Ana Rosa Jurado, miembro de la directiva de la Asociación Española de Estudio de la Menopausia y añade que la formación se adquiere de forma privada y por iniciativa propia: “Lo sabemos muy bien porque hace mucho tiempo que estamos formando al personal sanitario”. Jurado detalla que esta asociación cuenta con un equipo multidisciplinar compuesto por médicas y médicos, fisioterapeutas, matronas, personal de farmacia y nutricionistas entre otros y, con esa visión multidisciplinar, llevan mucho tiempo investigando y haciendo todo lo posible por formar especialistas a nivel de todo el estado.

En una encuesta realizada por la Sociedad Andaluza de Obstetricia y Ginecología (SAGO) en 2021 a más de 400 profesionales andaluces relacionados con la materia como enfermeras, fisioterapeutas, matronas, médicos y médicas de familia, especialistas en obstetricia y ginecología, y residentes de otras especialidades, el 60% de los médicos de familia y el 80% de los MIR, no sabían maneja la terapia hormonal. El 90,9% de los médicos de familia, el 74,1% de las matronas y el 76,2 de obstetras y ginecólogas encuestados indicaron que la menopausia no tuvo relevancia en su formación. Sin embargo, según la misma encuesta, todos los profesionales consideraban de manera casi unánime la importancia de recibir formación sobre el climaterio, así como la necesidad de implementar unidades de atención para la mujer en esta etapa de su vida.

Por otra parte, el doctor Daniel Lubián, profesor de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Cádiz, presidente de la sección de menopausia de la Sociedad Andaluza de Ginecología y Obstetricia (SAGO), con una larga trayectoria como médico y formador, cuenta que lleva luchando toda su vida contra la desinformación en salud de las mujeres. Lubián explica que, en la facultad, les pide a sus alumnos residentes que utilicen los recursos visuales necesarios para explicar a sus pacientes en las consultas qué es un ovario poliquístico, qué es la menopausia o qué criterios se utilizan para elegir una terapia u otra. Y opina que esa información es muy valiosa porque empodera a las mujeres: “Es la mujer la que tiene que decidir si va a usar un tratamiento o no. Lo que no puede ser es imponer nuestros criterios”, añade.
Investigaciones con sesgo sexista

Que se necesitan más investigaciones es una opinión unánime entre los expertos. Un estudio publicado en la revista Cell, el año pasado, subrayaba la necesidad urgente de realizar más estudios sobre la menopausia y animaba a un tratamiento individualizado e integral que aborde tanto los síntomas como otros cambios sistémicos que se producen en el organismo. Según este estudio, solo el 15% de las mujeres que pasan por la menopausia reciben tratamiento eficaz para sus síntomas y, añade, que las opciones de tratamientos para quienes experimentan síntomas graves suelen estar poco estudiados.

En opinión de la doctora Jurado, no se invierte en investigación sobre la menopausia porque no se invierte en salud de la mujer, la única parte que cubre el sistema sanitario público con más o menos acierto es la parte reproductiva. “En el resto de los procesos referidos al cuerpo de las mujeres, como ciclo menstrual, cambios hormonales, menopausia o endometriosis, que causa dolores intensos, se llega a los diagnósticos con años de retraso. Hay muy poca investigación en todos los procesos femeninos”. El patrón de investigación es el cuerpo del hombre, puntualiza. Y lanza un soplo de esperanza en este árido panorama: “esta situación tiene los días contados”.
La atención a mujeres con síntomas graves de menopausia

Cuando en 2002 se difundió el estudio WHI (Women’s Health Iniciative), donde se alertaba sobre el alto riesgo de sufrir cáncer de mama y otras patologías por el consumo de hormonas para la menopausia, el 70% de las mujeres de EEUU y el 50% en España abandonaron este tratamiento. Coincidiendo con esta circunstancia, se dejó de formar a los médicos y médicas residentes tanto de Familia como de Medicina Interna y sobre todo de Ginecología, nos cuenta el doctor Daniel Lubián, y “nos quedamos sin unidades ni profesionales, también por razones políticas y de presupuesto, para derivar a las mujeres que presentan una endocrinopatía que les afecta de manera severa a su calidad de vida debido a los síntomas vasomotores”.

Seis años después, el Congreso Mundial de Menopausia calificó el estudio de WHI como estudio “bomba” para volver a recomendar la terapia con estrógenos. Y, a día de hoy, el doctor Lubían niega de manera rotunda que los sanitarios tengan herramientas suficientes para atender de forma integral a las mujeres con síntomas graves de menopausia y aclara que en este grupo de mujeres no entra esa mayoría de mujeres que transitan la menopausia sin una clínica evidente. De la misma manera, afirma que ni el médico de familia, ni el ginecólogo recién terminado, o que tenga menos de 50 años, sabe manejar la terapia hormonal para mujeres con endocrinopatías que afectan a su calidad de vida o, mujeres, que sufren una menopausia precoz por debajo de los 40 años. “Y eso es un maltrato a la mujer porque les estamos privando de los beneficios de esas terapias”.
“Tu jefe te quiere como eras antes, trabajando a tope, y es difícil cuando se atraviesa la menopausia seguir adelante sin dormir, con ansiedad”

Tabú en el trabajo

“Al principio no entiendes lo que te pasa, los sutiles cambios cotidianos, luego te conviertes en una persona diferente que apenas reconoces. Tu jefe te quiere como eras antes, trabajando a tope, y es difícil cuando se atraviesa la menopausia seguir adelante sin dormir, con ansiedad”. Este es el comentario de una persona encuestada por el CIPD (The Chartered Institute of Personnel and Development) de 2023, sobre la menopausia en el lugar de trabajo (London: Instituto Colegiado de Personal y Desarrollo). Según un estudio de este organismo, más de la mitad de las personas encuestadas no ha podido ir a trabajar en algún momento debido a los síntomas de la menopausia. Y la mitad de estas personas mantiene en privado el motivo de estas ausencias.

El mismo estudio, demuestra que el apoyo del personal en el lugar de trabajo y la información sobre menopausia de las empleadas y empleados marca una diferencia considerable en la tranquilidad y calidad de vida de las mujeres. Un dato preocupantes es que un 25% de mujeres encuestadas afirma que la menopausia ha tenido un impacto negativo en su progresión profesional. Las mujeres que declaraban, al menos, un síntoma problemático de la menopausia a los 50 años, tenían un 43% más de probabilidades de haber dejado su trabajo a los 55 años y un 23% más de probabilidades de haber reducido su jornada laboral. El mismo estudio comenzaba con esta contundente frase: “Que las mujeres se sientan obligadas a dejar el trabajo en la cima de sus carreras, no es ni inevitable, ni normal”.

“Este estudio se hizo en Inglaterra, pero nos da una idea de lo que pasa en España”, comenta Mora. Esta diputada, que redactó la ley mientras sufría una menopausia complicada, aprovechó su altavoz en el Parlamento para contar su experiencia personal el día que formuló la pregunta: “Lo hice como un acto de feminismo y como respuesta a ese tabú que nos impide a las mujeres hablar sobre la menopausia”. Y le preguntamos por su experiencia en el trabajo: “En la política institucional hay gente que entiende lo que sufrimos las mujeres que pasan por síntomas severos de menopausia. Hay parlamentarias que han pasado por el mismo proceso pero no hablan en público de ello, entre otras cosas, porque supone consecuencias negativas en un ambiente despiadadamente competitivo y poco feminista como es el de la política”. Por otra parte, Mora relata que este proceso de tramitación de la ley le permite, hacer pedagogía diaria siendo consciente de su posición de privilegio como cargo público. “Trabajaremos, desde nuestro grupo, para hacerlo visible y para que se tomen las medidas que nos hagan iguales”.

Hasta la fecha, la ley española no contempla baja laboral por menopausia patológica. Según el doctor Lubián, de la misma manera que se llegó a una ley pionera, donde se contempla la baja laboral para mujeres con endometriosis, que produce dolores de regla y dismenorreas muy intensas, se debería estudiar, con este proyecto de ley, la manera en que el médico de familia, apoyado por la unidad de menopausia, provea la posibilidad de que a esas mujeres que sufren casos patológicos, no les repercutan en su vida laboral.

La ley aporta medidas laborales de protección

La ley contempla medidas para potenciar el debate sobre menopausia en los medios de comunicación y en los currículum escolares, cuenta Mora. “También hay una parte importante de la ley que suponen medidas laborales.” y añade que puede haber unas 500.000 mujeres con trastornos severos de la menopausia en Andalucía que necesitan medidas de adaptación al puesto de trabajo como poder entrar más tarde, desplazamiento de horarios laborales en el caso de insomnios severos, refrigeración a mano para sofocos, parar en una cadena de producción en caso de sofoco agudo, adaptación de la composición de los materiales de los uniformes e incluso permisos en casos graves. “Y crear entornos positivos dentro de las empresas, incluyendo información sobre menopausia dentro de los planes de igualdad”.

Las unidades multidisciplinares son otra aportación de la ley. La doctora Jurado explica que la menopausia debe ser tratada de forma integral en este tipo de unidades porque la bajada de los niveles de estrógenos afecta a todos los órganos y sistemas del cuerpo de la mujer. “Esto significa que, además de los cuidados ginecológicos, puede haber, por ejemplo, necesidad de recursos nutricionales para la mejora del riego cardiovascular o recursos deportivos para la masa muscular”. Por ello, Jurado enfatiza la necesidad de diferentes profesionales de diferentes especialidades. Para la puesta en marcha de estas unidades multidisciplinares y la formación del personal sanitario, y tratamientos, se necesitan partidas presupuestarias explica Lubián y añade: “Bienvenida sea una ley que venga a ayudar a que se consigan los recursos, la organización y la posibilidad de asistencia sanitaria”.

“La Junta de Andalucía tiene la opción de subirse al carro, porque esto va a salir tarde o temprano”, aclara la doctora Ana Rosa Jurado y piensa que el gobierno andaluz tiene dos opciones: ser los pioneros o quedarse a la cola. “Tenemos la oportunidad de subirnos al carro de la investigación y de favorecer las condiciones laborales de las mujeres en la menopausia a nivel europeo y mundial. No vamos a permitir que nos ninguneen ni a nosotras ni a nuestros procesos de salud”.

Fuente: El Salto

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