El enigma de la fotógrafa callejera Vivian Maier resurge en una novela gráfica
Portada de la La novela gráfica 'Vivian Maier: En la superficie de un espejo', ilustrada por Paulina Spucches y publicada por Garbuix Books, Foto: Garbuix Books
La vida y obra de Vivian Maier, una niñera que pasó desapercibida durante toda su vida pero dejó un vasto legado fotográfico, vuelve a cobrar vida en la novela gráfica Vivian Maier: En la superficie de un espejo. Esta obra, creada por la ilustradora francesa Paulina Spucches, explora el enigma de una de las fotógrafas más importantes del siglo XX, cuyo talento fue descubierto solo después de su muerte.
Nacida en Nueva York en 1926, de madre francesa y padre austriaco, Vivian Maier pasó su juventud entre Francia y Estados Unidos antes de mudarse definitivamente a Nueva York.
A lo largo de su vida, Maier recorrió incansablemente las calles de Chicago y Nueva York, aprovechando sus largos paseos urbanos con los niños y niñas que cuidaba para capturar momentos cotidianos y escenas urbanas con su cámara Rolleiflex.
A pesar de acumular más de 150.000 negativos, nunca tuvo la oportunidad de revelar sus fotografías ni buscó reconocimiento durante su vida. Fue solo a partir de 2007, cuando sus pertenencias fueron subastadas tras quedar en el olvido, que su increíble obra salió a la luz y Maier fue reconocida como una figura clave en la fotografía callejera.
La novela gráfica Vivian Maier: En la superficie de un espejo, publicada por Garbuix Books, reconstruye de manera poética y visual el mundo de esta enigmática mujer, que vivió entre las sombras y cuyo talento fue ignorado durante décadas.
Un diálogo entre épocas y medios artísticos
En su novela gráfica, Spucches viaja a la Nueva York de 1953, donde Maier es contratada como niñera por una familia adinerada. A través de los ojos de Gwen, la niña que cuida, se puede seguir a Maier en sus vagabundeos urbanos, donde observa y documenta con su cámara la vida en las calles.
La autora del cómic describe su descubrimiento de Maier como un momento revelador: "Durante un paseo por el centro cultural de San Sebastián, descubrí a Vivian Maier, una figura de la fotografía callejera del siglo XX. Me sorprendió encontrar a una mujer normal y corriente que, a pesar de su talento, podría haber caído en el olvido. Quise convertir en imágenes cada una de las historias que parecen emanar de sus clichés".
Y explica que su proyecto de cómic establece un diálogo entre dos épocas y dos medios artísticos, uniendo el pasado de Maier con su propio enfoque contemporáneo.
"Si la Srta. Maier permaneció en la sombra mientras estaba viva, yo deseo compartir mis relatos y mis colores", comenta Spucches.
Entre la ficción y la biografía
A medio camino entre la ficción y la biografía, la autora imagina los pensamientos y emociones que Vivian Maier pudo haber experimentado mientras tomaba sus fotografías, tejiendo una narrativa especulativa que complementa su trabajo visual.
Las ilustraciones, detalladas y evocadoras, logran transmitir la sensación de estar viendo el mundo a través del lente de Maier.
Spucches captura la soledad de la fotógrafa y su vida sencilla, pero llena de un profundo interés por el mundo que la rodeaba. El cómic actúa como una ventana a la vida de Maier y ofrece una visión única de su proceso creativo y la atmósfera en la que produjo sus obras.
El redescubrimiento de la gran fotógrafa del siglo XX
Vivian Maier pasó la mayor parte de su vida trabajando como niñera, llevando una existencia humilde y anónima. Sin embargo, su cámara fue su constante compañera, y a través de su lente, capturó la vida cotidiana de una manera que pocos fotógrafos han logrado.
Desde escenas de pobreza y desigualdad social hasta momentos efímeros de belleza urbana, su trabajo refleja una visión aguda y compasiva del mundo que la rodeaba. En el conjunto de su obra, además, son fundamentales sus autorretratos, de los que consiguió identificar cerca de 600.
En su novela gráfica, Spucches no solo rinde homenaje a la maestría fotográfica de Maier, sino que también explora los aspectos más íntimos de su vida, en especial el hecho de que nunca compartió su trabajo con nadie.
Por Laura de Grado
Fuente: Efeminista