febrero 14, 2025

Mirada violeta: mitos del amor romántico



Es sano tanto para cada persona como para la relación que cada miembro tenga su propio espacio para sus amigos, sus hobbies o para ella misma sin que su pareja esté presente

Este 14 de febrero, toca desromantizar las relaciones amorosas. Toca desmitificar al amor romántico.

La mejor manera de celebrar este día, es desmontando el amor romántico, que ha sido la semilla que se siembra para cultivar la violencia de género. De manera general, aquí algunos mitos del amor romántico:

  • Mito de la media naranja: nos hicieron creer que cada una y cada uno de nosotros somos la mitad de una naranja y que la vida solo tiene sentido cuando encontramos la otra mitad. No nos contaron que ya nacemos enteras, que nadie en la vida merece cargar en las espaldas la responsabilidad de completar lo que nos falta. Nos hicieron creer en una fórmula llamada “dos en uno”: dos personas pensando igual, actuando igual y que era eso lo que funcionaba. No nos contaron que eso tiene nombre: anulación.
  • Mito de los celos: Los celos NO son signo de amor, sino de inseguridad y dependencia. Además, son una de las emociones que más puede dañar una relación de pareja.
  • Mito de la omnipotencia o de que el amor todo lo puede: Hay personas que por mucho que se quieran no les hace ningún bien estar juntas. Caracteres opuestos, diferentes expectativas de vida, problemas del pasado sin resolver, etc., pueden hacer que se acabe la paciencia antes que el amor.

Aceptar este mito como cierto puede hacer que aguantemos actitudes intolerables, ya que es una mentira pensar que al final todo se arreglará y triunfará el amor.

  • Mito de la exclusividad: el contrato social y el contrato sexual del matrimonio heterosexual han impuesto la exclusividad como obligatoria y como signo del amor absoluto. Sin embargo, a lo largo de nuestra vida conocemos a muchas personas y es absolutamente normal que nos sintamos atraídos por otras personas que no son nuestra pareja.

La exclusividad en el amor debe ser una decisión y no una imposición.

  • Mito de la unidad: creer que ambos miembros de la pareja deben ser uno.

Una pareja está formada por dos personas independientes una de la otra que se unen para formar un proyecto de vida en común.

Sin embargo, esto no implica que tengan que hacerlo todo juntas, de hecho, es sano tanto para cada persona como para la relación que cada uno de los miembros tenga su propio espacio para dedicar a sus amigos, sus hobbies o para ella misma sin que su pareja esté presente; de modo que cada uno puede enriquecerse no sólo de las experiencias que viven juntos, sino también de las experiencias del otro.

Compartir absolutamente todo con tu pareja puede llevarte a un estado de fusión en el que pierdes tu propia identidad y dejas de reconocerte a ti misma si no es en función del otro.

  • Mito de la convivencia o del matrimonio: tenemos la idea de que el culmen de toda relación de pareja debe ser la convivencia o el matrimonio. Y aunque la mayoría de las personas es lo que buscan, no debemos aceptar de manera automática que este debe ser el objetivo de toda relación.

En ocasiones, cuando por determinadas cuestiones la convivencia o el matrimonio se hacen inviables (relaciones a distancia, incompatibilidad de caracteres para convivir, persona casada anteriormente, etc.), damos por sentado que esa relación ya no tiene sentido.

Debemos determinar si seguir o no en una relación en función de la satisfacción que esta nos aporta y en función de si está alineada o no con nuestras expectativas de vida, pero no en función de algo que nos han impuesto que debe ser el objetivo de una relación, sin al menos pararnos antes a pensar si estamos de acuerdo o no con esa imposición.

Nos hicieron creer que el matrimonio es obligatorio y que los deseos fuera de ese término deben ser reprimidos.

Nos hicieron creer que solo hay una fórmula para ser feliz, la misma para todas y todos y los que escapan de ella están condenados a la marginalidad.

No nos contaron que estas fórmulas son equivocadas, frustran a las personas, son alienantes y que podemos intentar otras alternativas.

Si conseguimos revisar nuestras creencias, derribar estos mitos y construir relaciones de pareja basadas en la libertad, el respeto y partiendo del amor por una misma, por uno mismo, tendremos muchas más posibilidades de lograr la plenitud y la felicidad en el terreno amoroso.




Por Dra. María Guadalupe Ramos Ponce
* Coordinadora de Cladem México
Profesora investigadora de la UdeG @dralupitaramosp lupitaramosponce@gmail.com
clademjalsc@gmail.com
Publicado originalmente en Partider
Fuente: Reportar Sin Miedoo

Sí a la Diversidad Familiar!
The Blood of Fish, Published in