Hablar de política: ¿un tabú para las mujeres estadounidenses?
"Entrevista a Melinda Henneberger es una periodista que cubre política desde 1994, incluyendo diez años en el New York Times. En 2007, publicó el libro If They Only Listened to Us: What Women Voters Want Politicians to Hear. Durante la investigación para este libro, pasó 18 meses viajando por todos los Estados Unidos y escuchando lo que mujeres de todas las edades, razas, categorías impositivas y visiones políticas tenían que decir sobre cómo votan, qué les preocupa y qué las enloquece de los candidatos de ambos partidos. Descubrió que un sorprendente número de mujeres aún evita hablar de política y siente que ese silencio está hiriendo a su país".
¿Por qué se convirtió en periodista política?
Crecí en una pequeña ciudad extremadamente conservadora en el sur de Illinois, en el seno de una familia que discutía de política todos los días hasta entrada la noche. Muchas noches, venían mi tío Bob y mi tía Ginny, y ellos y mi papá se la pasaban denunciando a la Comisión Trilateral o la Enmienda de Igualdad de Derechos hasta altas horas de la madrugada o hasta que mi mamá los echaba, lo que pasara primero.
Cubro política desde 1994, mayormente para el New York Times, donde trabajé diez años. La gente de la política está toda bastante loca de una manera que me resulta irresistible. Pero mi mayor frustración al cubrir campañas siempre fue el poco tiempo que tenemos para escuchar a los votantes; de hecho, unas cuantas veces me perdí el avión porque no podía dejar de hablar con la gente luego de un evento de campaña.
¿Qué la inspiró a escribir If They Only Listened to Us?
Mi motivación para el libro fue en verdad sencilla: Después de la elección presidencial de 2004, sentí curiosidad por averiguar por qué la brecha de género por la cual las votantes tradicionalmente favorecieron a los candidatos demócratas se había acortado ligeramente. John Kerry hablaba constantemente sobre la brecha salarial, el techo de cristal y la Suprema Corte, y sin embargo perdió en favor de George W. Bush a algunas mujeres que habían apoyado a Al Gore. ¿Por qué?
Quería escuchar de las mujeres mismas qué estaban pensando y qué querían que pasara en 2008, así que decidí salir de Washington y peguntarles. Entonces, solo me senté y aprendí de lo que ellas tenían que decir, ¡qué lujo!
¿Por qué Kerry perdió a algunas mujeres demócratas en 2004?
Bueno, no fue a causa de las "mamás seguridad" de las que tanto oímos hablar estos días. Las mujeres que votaron a Bush porque lo consideraban el mejor general en la guerra contra el terror no eran "mamás seguridad"; eran republicanas y hubieran votado por él en cualquier caso. En cambio, el sentimiento general era que Kerry era un elitista (¿no suena familiar?) que miraba desde arriba al individuo promedio, mientras que Bush era un tipo bueno con el que te podías identificar. Ese año, escuché muchísimo cuán esnob supuestamente era la esposa políglota de Kerry y lo desagradable que era verlo haciendo windsurf.
¿Qué aprendió sobre las votantes estadounidenses?
Un punto saliente fue que un montón de nosotras, más de lo que se esperaría, no votamos basándonos en ideas; votamos sobre la base de lo emotivo.
¿Por qué digo eso? Porque muy a menudo las mujeres primero me decían cuál era su tema número uno -posibilidad de elección, ambiente o salud- y luego explicaban que votaron CONTRA la persona que estaba de acuerdo con ellas sobre lo que acababan de decir que era su prioridad.
Al final, por lo general todo se reducía a: "No me gustaba ese tipo; me gustaba el otro". (Ya que estamos, no creo que las mujeres voten más emocionalmente que los hombres. Pero sí pienso que los republicanos son mejores aprovechando la emoción que los demócratas).
¿Su investigación no mostró también que muchas estadounidenses se sienten excluidas de la política?
Sí, las mujeres de todo el espectro político me dijeron que no se sienten escuchadas por los políticos de ninguno de los dos partidos. Pero no tenemos que esperar que nos escuchen cuando se puede ganar tanto escuchándonos unas a otras.
Lo que más me gustó de este proyecto es que algunos de los grupos de mujeres que aparecen en el libro siguen reuniéndose y hablando, tratando de dilucidar qué es lo que realmente les preocupa, qué van a hacer al respecto y cómo pueden hacerlo juntas. Es tan importante escuchar y ser escuchada por gente que no comparte tus opiniones. He llegado a creer que nuestra aprensión a mantener estas a veces incómodas conversaciones es parte del problema, y que la voluntad de escuchar y aprender de los demás es el inicio de la solución.
¿De qué manera su libro contribuyó a nuestra comprensión tanto de las mujeres como de la política?
Al entrevistar a mujeres de todo Estados Unidos, vi que muchas aún no hablan demasiado de política, ni siquiera con sus amistades más cercanas. O, si lo hacen, es solo con la gente que saben que está de acuerdo con ellas, porque "no quieren meterse en eso" o herir los sentimientos de alguien. O, si no fueron a la Kennedy School o no tienen un doctorado en ciencias políticas, pueden pensar "realmente no sé lo suficiente para participar".
Pero, por lo general, hablé con mujeres en grupos de amigas y, una vez que empezaban, tenían UN MONTÓN para decir y me mostraron cuánta pasión política desaprovechada hay.
Era algo maravilloso ver cómo, en estos grupos, las mujeres instintivamente buscaban el terreno común. Es una lástima que mucha de esta gente se mantenga fuera de la vida política porque piensa que es un negocio sucio. Cuantas más mujeres deciden no participar, los líderes políticos menos se asemejan a nosotros o nos representan, haciendo más sucia a la política. Y cuantas más mujeres se involucran más allá de solo votar, más vamos a poder establecer el tono y fijar la agenda.
El subtítulo de su libro dice: "lo que las votantes quieren que los políticos escuchen". ¿Qué es lo que las mujeres de los Estados Unidos quieren que sus políticos escuchen?
Por supuesto, eso depende de qué mujer; algunas de nosotras quieren atención universal de la salud y algunas quieren una valla a lo largo de la frontera mexicana. Pero algo que se mantuvo cierto a lo largo del espectro político es que las mujeres quieren poder confiar en su candidato incluso más de lo que quieren estar de acuerdo con él o ella. Sí, es así, muchas mujeres dijeron que es la persona que ellas creen que está diciéndoles la verdad quien obtendrá su voto, aun si él o ella no está diciendo exactamente lo que quieren oír.
¿Puede ayudarnos a romper algunos estereotipos? ¿Cuáles son algunos de los estereotipos sobre las votantes que su investigación venció?
Supongo que el más grande es que las mujeres conservadoras no están listas para una mujer en la Casa Blanca. No creo que eso sea para nada cierto. Por el contrario, ese fue uno de los pocos temas en los que casi no hubo desacuerdo. ¡Estamos listas, ahora solo tenemos que ponernos de acuerdo sobre la candidata!
¿Qué temas serán más importantes para las mujeres en las elecciones 08?La mayoría de la gente concuerda que los temas más importantes para noviembre para hombres y mujeres son la economía, la guerra y los altos precios del combustible. ¿Pero qué candidato ganará como resultado? Nadie sabe, especialmente, como dije, no creo que se pueda trazar una línea recta entre ideas y resultados electorales.
Un ejemplo es el hecho de que una de cada cuatro personas que apoyaron a Hillary dijeron a los encuestadores que estaban analizando votar a John McCain o quedarse en su casa el día de la elección. Claramente, están planeando hacer esto no porque McCain esté más en sintonía con ellos sobre las ideas que Obama, sino porque todavía están poco contentos con las primarias.Actualmente, estoy trabajando en una serie de historias para Grist.org sobre los votantes en los estados indecisos. Estoy visitando estados que están en juego en noviembre y preguntándole a la gente a quién apoyan y por qué. Y en todos lados, algunos vienen directamente y mencionan la raza como una razón por la cual nunca apoyarían a Obama. Ahora, esto no es una encuesta; ¡es una postal! Pero el hecho de que sea mencionado tan seguido y tan abiertamente me lleva a preguntarme cuánta gente más tiene eso en la cabeza pero no lo dice.
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Fuente: International Museum of Women