La gráfica del abuso
María del Carmen Laje es especialista en la escritura, dibujos y otros elementos relacionados a las producciones gráficas de niños, niñas y adolescentes. Brinda a la comunidad docente herramientas orientadas a la integración de los y las alumnas en las aulas. La experta cuenta sobre la posibilidad de la grafología de detectar la experimentación de abusos en la infancia y adolescencia.
El análisis de dibujos y otros trazos puede aportar índices sobre situaciones de abuso en niños, niñas y adolescentes. La grafóloga María del Carmen Laje, una referente internacional en este tema, se ha empeñado en acercar esta técnica a las y los docentes, porque este sector tiene más posibilidades de detectar el abuso de menores, debido a su vínculo diario con el alumnado. No obstante el alcance de la grafología es amplio, ya que puede mostrar conflictos característicos de la infancia, y facilitar la integración de niños y niñas en el aula. Hace 10 años Laje escribió el libro Grafología Infantojuvenil, y en la feria del libro de 2011 publicará una actualización.
Laje fue maestra de grado por más de cuarenta años, por eso conoce de lo que habla. 'Brindo conocimientos que sé que sirven en el aula, que pueden orientar al docente para interpretar el comportamiento de un chico, y también evitar que llegue a una conjetura precipitada, relacionándolo a un conflicto desmedido, aunque éstos efectivamente existen', dijo la grafóloga en relación al problema del abuso de niños y niñas.
-¿Se pueden detectar situaciones de violencia a través de las producciones gráficas?
Sin duda, se han detectado muchos casos mediante la grafología. Personalmente trabajo con los niños cuyos padres llegan a mi estudio buscando una opinión especializada. Suelen traerlos las mamás, las cuales notan que algo malo está pasando. Las producciones muestran alertas. Hay que hacer un seguimiento, lograr que el chico se exprese y cuente qué le está ocurriendo. Hay casos en que tienen tanto miedo que no pueden expresarse ni siquiera a través de dibujos.
-¿Podrías contar un caso?
Trabajé con un chico de 12 años, lo vi varias veces, notaba que había un problema, pero me faltaban elementos para sugerir el tipo de problema. Busqué la manera de llegar al adolescente. Un día el chico tomó de mis manos el cuaderno de notas y dibujó una figura de un varón, con un pene erecto, eyaculando. Lo llenó de arabescos, pero no lo tachó, esto quiere decir que intentó taparlo porque el tema es muy vergonzoso para él, pero no llegó a tacharlo porque quería comunicar lo que estaba sucediendo. Luego hizo varios dibujos, siempre se veían escrotos eyaculando, mostrando el problema nítidamente. Pedí permiso para contarle a la mamá y finalmente el niño dijo que el hombre del dibujo era el nuevo novio de su mamá.
-¿Hay otros elementos gráficos que indiquen violencia?
A veces los dibujos no son suficientes. Una niña tenía una escritura era sumamente sucia; ella se sentía sucia y se bañaba con mucha frecuencia. El abuso había ocurrido años atrás, pero ella aún sentía que estaba sucia. En el caso de otra niña, empezó a utilizar un margen derecho exagerado, ese fue un indicio, luego profundizamos y salió el tema del abuso.
-¿Cuándo detectas el problema, orientás a las personas adultas en la búsqueda de una solución?
Sí, no hacemos diagnósticos, en cambio sugerimos posibilidades. La grafología es una herramienta más. Actualmente trabajo con un niño de 5 años que tuvo un problema serio hace un año atrás, y su crecimiento se estancó. A través de trabajos de grafomotricidad y acompañamiento, este niño saldrá adelante y no será necesaria una derivación. Pero cuando el problema es más grave, hago derivaciones. Ese es un mensaje que siempre doy a los docentes, hay que derivar.
Sobre los niños y niñas con los que ha trabajado, Laje informó que la mayoría enfrentó situaciones de abuso, y generalmente los padres y madres que recurren a un grafólogo no han encontrado respuestas en otros ámbitos. La especialista agregó: 'Los padres se involucran menos que las madres en estos problemas, y niegan la existencia del abuso. Sólo una de 10 personas que me visitan es papá, lo cual muestra un menor involucramiento de los varones en la crianza de sus hijos. La figura masculina es esencial para el niño, y no me refiero al padre biológico, ese lugar puede tenerlo el abuelo, el tío o la nueva pareja de la mamá'.
-¿Y en los matrimonios entre parejas del mismo sexo?
No he investigado el tema, pero sí he trabajado con algunas parejas homosexuales que tienen hijos, y tanto en la pareja de mujeres como en la de varones, uno de los dos asume un rol más masculino, y el otro más femenino. No obstante, en estas parejas los niños pueden estar mucho más contenidos que en otras parejas heterosexuales que construyen entornos en los que los niños viven atemorizados.
Figura humana
Son muchos los temas que aborda la grafología, pero es la interpretación de la figura humana la que captura la curiosidad de las y los docentes, según explicó María del Carmen Laje. Las figuras humanas que dibujan chicos y chicas de 2 a 12 años, permiten detectar problemas de autoestima, relacionados a la familia o al vínculo con otros niños y niñas. A los 2 años, no se dibuja una figura humana, pero sí se logra trazarla (círculos que representan caras, y la segmentación progresiva de cintura, hombros, codos, manos y dedos), y es importante la intervención del docente para que el niño o niña reconozca su cuerpo, por ejemplo proponiendo que toque sus ojos, sus codos o sus piernas y dibuje. A partir de los 3 años, aparecen claramente caras redondas y partes estructurales del cuerpo, y siempre se trazan los ojos, puesto que simbolizan ventanas hacia el mundo exterior, y a través de ellas se asimila el entorno y reconoce el propio cuerpo. Si estos rostros no tienen ojos, el niño podría estar cerrando su visión al mundo, y el docente puede proponer el juego del espejo, en donde se mira a sí mismo y se toca primero un ojo, y luego otro. Si la falta de ojos persiste, podría indicar que hay un conflicto que el niño no quiere ver. En ese caso hay que hablar con los papás y las mamás, podría ser un susto o un problema mayor.
En cuanto a la boca, su presencia no es fundamental, pero hay que observar que llegue a ser trazada ya que es por donde el niño se alimenta y se comunica. Suele ser delineada con una o dos líneas; si se dibuja una boca redonda y sucia, podría ser un signo de connotación sexual y habría que observar con más detenimiento al dibujante infantil.
'A pesar de que tengo un largo entrenamiento, jamás me guío con un solo trabajo, se necesitan varios para tener alguna certeza, y los docentes tienen la ventaja de ver a los chicos todos los días y conseguir esa multiplicidad. Tampoco se trata de hacer diagnósticos, sino de orientar a los padres, es decir a partir de determinados elementos sugerir por ejemplo que el niño vea a un pediatra', precisó Laje sobre el uso de la técnica de grafología.
Por Alejandra Waigandt
Fuente: Artemisa Noticias