octubre 05, 2012

Las Dimensiones De Género De La Crisis Económica En La Zona Del Euro – Una Actualización


2012-07-19 Barcelona demonstration in protest
against recent continued cuts in social spending in Spain.
Photo is courtesy of Juan Antonio Zamarripa
(Flickr, Creative Commons License)

En este artículo, AWID examina el actual estado de la crisis en la Zona del Euro y algunas de las dinámicas de género que están ocurriendo como resultado de ésta.

En los últimos cuatro años, la Zona del Euro parece haber sido constantemente deshilada y vuelta a tejer – como una vieja bufanda de lana de la que no puedes soportar separarte pero que no se mantendría en buen estado sin invertirle mucho trabajo. Lo esencial es que miles de millones de euros en préstamos han sido acordados entre la ‘troica’ conformada por la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) y países de la Zona del Euro que están en grandes problemas, como Grecia, Irlanda y Portugal. Esos préstamos están condicionados a que los gobiernos recorten gastos, típicamente reduciendo rubros presupuestarios percibidos como ‘blandos’, entre ellos bienestar y gasto social, salud y educación. La consecuencia es que la gente ya desfavorecida por motivos de género, raza y clase, personas ancianas, jóvenes y mujeres solteras y migrantes están sobrellevando la carga.

¿Cuánto dinero y para quiénes?

Fue en 2009 que los problemas financieros de la Zona del Euro se hicieron más visibles y comenzaron a migrar de un país a otro, empezando por Grecia. Agobiada por una deuda que ascendía al 113 por ciento del producto interno bruto (casi el doble del límite de 60 por ciento fijado para la Zona del Euro), ésta fue la deuda más alta registrada en la historia moderna de Grecia. En mayo de 2010, la Unión Europea (UE) y el FMI proporcionaron a Grecia 110 mil millones de euros en préstamos de rescate para ayudar al Gobierno a pagar sus deudas. Ello no fue suficiente y a principios de 2012 se acordó un segundo rescate de 130 mil millones de euros. Las bien documentadas protestas callejeras en Grecia fueron el resultado de las medidas de austeridad iniciales y el 12 de febrero de este año, cuando el Gobierno griego finalmente aprobó la impopular ley de austeridad en el Parlamento, esto condujo a nuevas protestas de la ciudadanía griega en las calles.

En 2010 empezó a aumentar la preocupación también por los otros países altamente endeudados: Portugal, España e Irlanda. A Irlanda se le entregó un paquete de préstamos por 85 mil millones de euros a finales de 2010 y Portugal recibió 78 mil millones de euros en mayo de 2011. España también ha sufrido una crisis de su deuda soberana desde 2009 y en julio de 2012 el Gobierno anunció nuevas medidas de austeridad que incluyen aumentos en los impuestos a las ventas y recortes de gastos por 65 mil millones de euros para aliviar la carga de la deuda española. Todavía no se sabe si España le solicitará préstamos a la ‘troica’, pero algunos analistas financieros creían que en septiembre se anunciaría un plan de rescate.

¿Qué ha significado esto para las mujeres?

Los gobiernos que reciben préstamos de la ‘troica’ están obligados a cumplir ciertas condiciones impuestas a su gasto público. En Portugal, por ejemplo, algunas de lasmedidas de austeridad que se han establecido incluyen privatización de varias industrias, recortes de salarios y reducción de empleos en el sector público e incremento en el impuesto nacional a las ventas de algunos productos alimenticios. En concierto con estas medidas, los niveles de desempleo han aumentado. La tasa de desempleo portuguesa ajustada por estación ascendió al 15 por ciento en febrero de 2012, comparada con el 12.3 por ciento registrado en el mismo periodo hace un año. Al mismo tiempo se registró una tasa de desempleo juvenil del 35.4 por ciento.

También en Irlanda ha habido recortes significativos en el bienestar social, impuestos más altos a los ingresos bajos, menores salarios para el servicio público y menos derechos de pensión. Durante su visita a Irlanda en enero de 2011, la experta independiente encargada de la cuestión de los derechos humanos y la extrema pobreza[1]comentó: “Al adoptar estas medidas, Irlanda corre un alto riesgo de excluir a las personas más necesitadas de apoyo e ignorar las necesidades de las más vulnerables. En particular, debido a las múltiples formas de una discriminación arraigada, las mujeres son especialmente vulnerables a los efectos perjudiciales de las reducciones en los servicios y beneficios sociales”.

En 2009 y 2010, AWID encargó una investigación referida al impacto de la crisis financiera mundial sobre los derechos de las mujeres. En el informe 2010 de AWID referido a Europa Occidental se planteó que las respuestas gubernamentales a la crisis en la Zona del Euro no estaban tomando con suficiente seriedad los impactos de género. Específicamente, el informe señaló que “el Programa de Recuperación Europea es ‘neutral al género’ sin planes para invertir en cuidados, servicios de base comunitaria, educación o salud. Esta ceguera de género continúa siendo un componente de la crisis económica, con poco reconocimiento público de lo que está sucediéndoles a las actividades económicas de las mujeres, incluyendo recortes de salario, pérdida de empleo o el incremento de trabajo de cuidados no remunerado y tareas domésticas”.

Dos años después, la historia parece ser la misma. transform!, una red europea para pensamiento y diálogo alternativos, aseveró en su revista más reciente que, “las mujeres se ven doblemente afectadas, siendo las principales empleadas en el sector público y las principales usuarias de los servicios sociales... Los recortes en la seguridad social y los servicios de salud afectan a las mujeres pues ellas tienen que asumir el rol de principales jefas de la familia. Las mujeres se ven obligadas a cubrir aquellos servicios de los cuales el Estado está retirándose, lo que incrementa su dificultad de tener una vida familiar y profesional. El incremento de la carga de trabajo no remunerado en sus vidas privadas ocurre a expensas de sus empleos, lo cual refuerza las desigualdades de género en el mercado de trabajo y en los horarios de las mujeres”.[2]

Aunque tanto mujeres como hombres pueden perder sus empleos durante una crisis y tienen que enfrentar alzas en los precios, menos servicios públicos y más impuestos, son las mujeres quienes mucho más que los hombres cuidan a personas enfermas, niñas, niños y personas ancianas, cocinan y hacen la limpieza. Son ellas quienes toman los cabos sueltos cuando los servicios públicos se recortan e incrementan su carga de trabajo doméstico no remunerado. Tal como lo señala una comentarista: “El trabajo de las mujeres no sólo reemplaza el ingreso del hogar, sino también subsidia al Estado”.[3]

A los impactos directos de la crisis se suman sus efectos indirectos tales como el hecho de no recoger las experiencias de las mujeres en forma integral y precisa. La subestimación del impacto que la crisis tiene sobre las mujeres se ejemplifica en el mercado de trabajo, donde no siempre hay disponibilidad de datos desglosados por sexo y éstos se recolectan de acuerdo a cuáles personas están ‘empleadas’ y cuáles ‘desempleadas’. Las personas que están ‘subempleadas’ o son trabajadoras/es pobres con jornadas de medio tiempo y ven sus horas reducidas como un impacto de la crisis – típicamente las mujeres – quedan fuera del radar y por lo tanto sus experiencias no son captadas ni consideradas.

¿Se puede recurrir a la acción?

La Estrategia de Igualdad de Género de la Comisión Europea ha incorporado algunos de estos asuntos y, según el más reciente informe anual de la CE sobre la igualdad de género, “mejorar la igualdad entre hombres y mujeres es parte esencial de la respuesta de la UE a la actual crisis económica”. Sin embargo, la discusión acerca de cómo esto se traduce en práctica parece centrarse principalmente en lograr un mayor porcentaje de mujeres en la fuerza de trabajo y particularmente en puestos de alto nivel desde los cuales se adoptan decisiones económicas – y en que esto podría alcanzarse brindando cuidados infantiles adecuados y un mayor acceso a condiciones laborales flexibles.

En el Foro Internacional 2012 de AWID que se realizó en abril de este año, la red Mujeres en el Desarrollo en Europa (WIDE Plus) fue anfitriona de una sesión sobre cómo la crisis europea está afectando las vidas de las mujeres. Participantes de España, Italia, Grecia y Alemania hablaron de cómo les está yendo a las mujeres en esos países y enfatizaron “la necesidad compartida de cooperación y de desarrollar una voz feminista europea crítica frente a los actuales debates en Europa”. La red presentó su informe,[4] que recopila las declaraciones en la sesión durante el Foro de AWID, como “una primera contribución de WIDE Plus a una voz feminista europea contra la crisis”.

A nivel macro parece que cada vez más la crisis económica en la Zona del Euro es una crisis de existencia – es decir que la naturaleza misma del contrato está siendo cuestionada y las reglas deben cambiar para que el euro sobreviva y prospere. Por ejemplo, en su declaración en el Foro de AWID, Christa Wichterich (de Alemania)[5] planteó que la crisis resalta “las contradicciones internas de la UE y de la integración europea: políticas monetarias en común pero sin políticas salariales, fiscales e industriales en común; una creciente brecha entre la economía real y el sector financiero; falta de empleo equivalente a las enormes cantidades de capital financiero; y grandes desigualdades entre los países”.

Si esto suena cierto, es crucial una respuesta feminista fuerte a los impactos de la crisis, así como contribuciones feministas a una potencial reestructura de la Zona del Euro. Lograr que una mayor cantidad de mujeres ocupe los más altos cargos de adopción de decisiones, como lo propone la CE en su informe sobre la igualdad de género en la UE, no asegurará que se escuchen las voces de las mujeres de base. Mejores probabilidades tendrán los mecanismos de consulta efectivos en combinación con una voz feminista más fuerte.

La Comisión Europea y el Parlamento Europeo son un buen punto de partida. Según su sitio virtual, la Comisión “tiene el derecho de iniciativa para proponer la adopción de legislación al Parlamento Europeo y el Consejo de la UE (los ministros nacionales). ... Antes de hacer una propuesta, la Comisión lleva a cabo extensas consultas para tener en cuenta la opinión de los interesados. Generalmente las propuestas se publican acompañadas de una evaluación de los posibles efectos económicos, sociales y medioambientales del acto legislativo en cuestión”. Las consultas a la sociedad civil son obligatorias, tal como lo estipula el Tratado de Lisboa (Artículo 11 del Tratado de la Unión Europea), y éste es un canal para que organizaciones y personas defensoras de los derechos de las mujeres aboguen por cambios.[6]

Notas:
Marty, Christiane, ‘Women Facing Crisis and Austerity’ [Las mujeres enfrentan crisis y austeridad], transform!, edición No. 10, 2012.
Moussié, Rachel, ‘Psst! Keep it quiet, but gender equality isn’t just tied to economic growth’ [No lo digamos a gritos, pero la igualdad de género no simplemente está ligada al crecimiento económico], The Guardian, 19 de septiembre de 2011.
WIDE Plus, How the European Crisis is Impacting Women’s Lives [Cómo la crisis europea está afectando las vidas de las mujeres], informe de WIDE Plus en el XII Foro Internacional de AWID, Estambul, 22 de abril de 2012. Ver también: ACSUR Las Segovias, ‘Sinergias feministas frente los ataques a los derechos humanos de las mujeres’, 20 de junio de 2012 (en este sitio también puede descargarse el informe de WIDE Plus).
Ver: Aguiar, Diana y Raaber, Natalie, ‘Construyendo puentes para transformar el poder económico’, Notas de los Viernes de AWID, 5 de agosto de 2011.
Para más información sobre consultas a ONG de la UE ver:
Tu Voz en Europa: un portal para personas y organizaciones que desean participar en consultas públicas y/o comentar propuestas legislativas
NGO EU Connect: un portal irlandés que ofrece información útil sobre cómo las ONG pueden conectarse con instituciones de la UE


Por Rochelle Jones
Fuente: Notas de los Viernes de AWID, 5 de octubre de 2012. Título original: The Gendered Dimensions of the Eurozone Economic Crisis – An Update. Traducción: Laura E. Asturias

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