Las Constituyentes: Valores Femeninos para una vida mejor
El 13 de Julio de 1977, 27 mujeres ocupaban escaño en el primer hemiciclo democrático español. Eran militantes, cada una de su partido, pero sobre todo eran mujeres; casi todas emocionadas, nerviosas, cargadas de responsabilidad, ilusionadas, con la mochila llena de buenas ideas, luchadoras, apasionadas, trabajadoras hasta la extenuación.
Unas heroínas, apenas un toque de color entre tanta corbata, en aquellos momentos había que ser y parecer discreta. Mucho ha llovido, y muchas cosas han pasado pero los cambios esperados, luchados, deseados para la mujer llegan muy lentamente. Nuestros queridos compañeros nos llevan muchos años de ventaja,acabamos de llegar al mundo del poder. La ley de Conciliación de la vida laboral y familiar de 1999 y la ley Orgánica de igualdad de 2007 son grandes avances en este camino. El próximo 14 de diciembre de 2012 se estrena el documental “Las Constituyentes”, como homenaje a estas valientes mujeres tan importantes para la historia de nuestro país, de nuestra democracia y de nuestro viaje a la igualdad.
Lo que me da esperanzas es que las mujeres hoy ya no tenemos que parecernos a nadie. Podemos ser lo que cada una sea, es decir, primero mujeres con todas sus consecuencias y a continuación, profesionales, empresarias, emprendedoras o lo que decidamos voluntariamente.A pesar de estos avances, nos vemos obligadas aluchar por las cuotas ya que si no empezamos desde la misma casilla de salida, ¿cómo conseguiremos la soñada igualdad de oportunidades? Los valores masculinos son los que han prevalecido en este periodo de nuestra historia, valores a los que se adhirieron muchas mujeres que querían llegar a las mismas cotas profesionales que los hombres.
La avaricia, el todo vale, el amiguismo, la prepotencia, la agresividad y la competitividad caiga quien caiga para lograr ser el mejor, el más guapo, el que más liga, el que más gana, el que más sale en los medios, en definitiva, el que la tiene más grande, con perdón, ha imperado en nuestra sociedad y en otras muchas europeas hasta llegar hasta aquí, es decir, al caos, al asombro infinito al comprobar que esta situación no se soluciona con los mismos parches y remedios que en crisis anteriores. Evidentemente ni hablo de todos los hombres ni solo de hombres. La cosa tiene más recorrido. Son los valores los que estaban mal planteados, unos valores donde los hombres han estado más predispuestos a abrazar dados los buenos resultados aparentes y el camino despejado con que contaban.
En ese pódium de Valores equivocados teníamos como modelo, por ejemplo, a Mario Conde, tan guapo y exitoso, y ahora a Gerardo Díaz Ferrán, flamante ExPresidente de la CEOE, todo un ejemplo para los empresarios de este país. No mencionamos por extensa la lista de banqueros y políticos actuales cuyo ejemplo abruma hasta el ahogo.
Ante semejante derrumbe, otros valores, los femeninos, empiezan a cobrar importancia capital si queremos sobrevivir, sobre todo, si deseamos vivir de otro modo donde prime la persona y el amor, y donde lo conseguido sea una consecuencia, no el motivo existencial.
Volver a la persona, a la humanidad, a la tribu, a la ecología, a la sostenibilidad, a lo que abandonamos hace muchos años en aras de un progreso descontrolado. Tecnología y Ecología de la mano, ¿por qué no? La mirada femenina sigue siendo hoy más necesaria que nunca. Lo que me da esperanzas, y muchas, es que las mujeres hoy ya no tenemos que parecernos a nadie. El péndulo de nuestra existencia ha oscilado desde la esclavitud, un extremo, hasta la presencia descolocada en sociedad, el otro, para llegar a un casi equilibrio donde podemos ser lo que cada una sea, es decir, primero mujeres con todas sus consecuencias (madres, hijas, abuelas, esposas) y a continuación, profesionales, empresarias, emprendedoras o lo que decidamos voluntariamente.
Ya solo falta que la sociedad en general, se de cuenta de este valor incalculable. ¿En qué somos ejemplares las mujeres y esperanza de este nuevo modelo de sociedad? Pues yo creo que en lo que traemos de serie; la potencialidad de unos valores imprescindibles para esta nueva época como la empatía, la bondad, la ternura, la colaboración, el valorar la persona por encima de la tarea, el valorar el cómo por encima del qué, el valorar la pertenencia y el trabajo en equipo, el cuidar los detalles, las formas, en definitiva, todo lo que tenga que ver con la comunicación, las emociones positivas y la ternura, producto de nuestras hormonas y de nuestra estructura cerebral, donde el hipocampo, lugar de fusión entre emoción y memoria, es mayor y el córtex pre-frontal, el que gobierna las emociones, madura antes.
Las mujeres debemos ser conscientes de esta responsabilidad y apostar fuerte por nosotras mismas, atreviéndonos a destacar, a ser visibles, a llegar a la cima, al poder de verdad es decir al Auctoritas no al Potestas, a la dirección general, a la política y a la presidencia. Solo desde esa posición podremos influir y cambiar las cosas. Debemos desterrar, y para siempre, nuestro miedo visceral a destacar y a ser reconocidas por los méritos que merecemos. Preparación y actitudes nos sobran. Profesionalmente espero contribuir a derrumbar estas barreras y a crear un semillero de lideresas en Andalucía con el Master “Liderando en Femenino” a desarrollar en Málaga.
Por July Echevarría, Directora General de Maestrass, Escuela internacional de Liderazgo >>>www.maestrass.com
Mujeres&Cia