julio 24, 2013

Guatemala: La muerte de mujeres genera comentarios misóginos

"¿Feminicidio? No. Simplemente la autoestima de las mujeres está tan mal, que ahora ya no se

"Solo asómense por cualquier colonia y verán a las patojas (adolescentes) risa y risa con cualquier tipejo conductor de mototaxi, ayudante de bus o simplemente vago de esquina". "¿Feminicidio? No. Simplemente la autoestima de las mujeres está tan mal, que ahora ya no se conforman con casarse con el primer ayudante de albañil, ahora también roban, matan, extorsionan, secuestran y, por eso, las matan".

Así se expresan los hombres guatemaltecos al comentar alguna noticia relacionada con la muerte violenta de mujeres, difundida por los diarios en sus versiones electrónicas. En los espacios que estos medios ceden para las opiniones de sus lectores se mide la carga de machismo que prevalece en el país.

"Esas expresiones suben de tono según el tipo de muerte y van impregnadas de una dosis de señalamientos misóginos que le pararían el cabello a cualquiera", señala Amalia Mazariegos, directora de la oficina de atención legal gratuita a víctimas de violencia contra la mujer del Instituto de la Defensa Pública Penal.

Los señalamientos son más severos si se trata de mujeres adolescentes, destaca Amalia. "Era pandillerita", "eso les pasa porque salen con cualquier vago que se les pone enfrente", "ellas se lo buscan por andar coqueteando" son algunas de las opiniones vertidas por los varones en las publicaciones del día.

En Guatemala, del total de las mujeres que mueren de forma violenta, cada vez resulta más frecuente que los ataques sean a jóvenes. En el primer semestre de 2013 fueron 50 las adolescentes asesinadas.

La mayoría de ellas son niñas entre los 15 y 16 años que fueron golpeadas y, posteriormente, ultimadas con arma de fuego, arma blanca, o estranguladas. Les siguen las más pequeñas, entre 8 y 13 años de edad.

"No podemos juzgar la muerte violenta de una mujer por su edad, pero los hombres que lo hacen qué van a saber de eso, si son violentadores también", expresó Teresa Benítez, jefe de la Oficina de Atención a la Víctima de la Policía Nacional Civil.

A los anteriores comentarios aparecidos en las páginas web de los medios electrónicos se añaden otros más punzantes, como el de este ejemplo:

"Feminicidio tiene más que ver con presiones internacionales que otra cosa, los que vivimos en este país, aunque reconocemos que muchas pobres mujeres son víctimas inocentes de la brutalidad de los antisociales y machistas enfermos, también es evidente que muchas mujeres muertas pertenecen a la misma escoria que las mató".

Sin embargo, lo que resulta evidente es que en este país, donde 51 por ciento de sus 14 millones de habitantes son mujeres, es contra ellas que la violencia tiene niveles desproporcionados.

Tanto así, que una sola subestación de policía recibió, en el primer trimestre de 2013, al menos 350 denuncias por violencia contra la mujer en todas sus formas: sexual, física, económica y sicológica. Ello indica que 3,8 mujeres visitaron a diario ese lugar porque se atrevieron a denunciar el abuso, pero quienes no logran hacerlo se convierten en un número invisible de las estadísticas de feminicidio.

En el primer semestre de 2013, el Instituto Nacional de Ciencias Forenses contabilizó 364 muertes de mujeres de forma violenta, de las cuales 59 perdieron la vida dentro de sus propios hogares, 26 fueron lanzadas a un barranco o sitio baldío, y el resto recibieron descargas de armas en las calles y avenidas del país. Del total, 211 fueron con arma de fuego.

El Instituto de Enseñanza para el Desarrollo Sostenible indica que en esta nación centroamericana existe, al menos, un millón de armas ilegales en manos de la ciudadanía.

Por su parte, el Ministerio de Seguridad apunta que ocho de cada 10 homicidios se producen por heridas de bala y, de ellos, entre cuatro y 22 pueden vincularse a una misma arma, generalmente ilegal.

En un matutino que publicó una noticia ya común en este país sobre la muerte de una mujer, asesinada en su vehículo frente a sus hijos, un lector comentó: "Nadie se parquea a recoger a sus hijos del colegio y sale rociado de balas solo porque sí, lo malo de todo esto es que a veces se va gente inocente", agregó en referencia a los niños.

Dina Ochoa, jueza del Tribunal Especializado contra el Femicidio y Violencia contra la Mujer, dice no asombrarse y agrega que los hombres jamás van a entender que la violencia contra la mujer llega al feminicidio porque es tanto el odio y el sentido de pertenencia que ninguno de ellos acepta que ellas los dejen.

Cuando los lectores ven una noticia cuyo titular conlleva la palabra feminicidio, se generan comentarios machistas: "Pensarán que somos una sociedad misógina, lo cual no es cierto", expresó uno de los guatemaltecos que emitió su comentario en el medio de mayor circulación nacional en su versión digital.

Otro señaló: "lean las noticias de las últimas semanas y verán cuántas mujeres son capturadas en hechos delictivos, y por estar en actos reñidos contra la ley aparecen muertas, muchas veces por ajuste de cuentas; no todo asesinato de mujer es por ser misóginos".

De este corte son la mayor parte de los comentarios que se expresan en la sección de comentarios de los distintos medios electrónicos, fundamentalmente por hombres.

Norma Cruz, que lidera la Organización No Gubernamental Fundación Sobrevivientes, no da crédito a esos comentarios y afirma que a la sociedad le falta mucho para sensibilizarse porque aún justifica un asesinato diciendo que "en algo andaba metida y por eso la mataron".

Tales comentarios también molestan a Hilda Morales, procuradora adjunta para los Derechos de la Mujer de la Procuraduría de los Derechos Humanos, y los califica de ’machismo exacerbado’ que solo refleja las históricas relaciones desiguales de poder que existen entre hombres y mujeres.

Iván Yerovi, oficial del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, se refirió al tema y dijo a SEMlac que las verdaderas causas de la muerte violenta de niñas y adolescentes mujeres en el país están aún pendientes de esclarecer.

"Debemos ir a las raíces del problema, si se debe a la violencia intrafamiliar, a la pobreza que las arroja a la calle, a la falta de atención de los padres que las obliga a buscar una pareja o simplemente se les asesina para atemorizar a la población", comenta.

De 2000 a 2013 en este país fueron asesinadas cerca de 7.000 guatemaltecas, algunas de ellas descuartizadas, desmembradas, violentadas sexualmente y estranguladas.
 
conforman con casarse con el primer ayudante de albañil, ahora también roban, matan, extorsionan, secuestran y, por eso, las matan"Comentarios misóginos que se difunden en diversos medios de comunicación perpetúan la violencia machista en Guatemala, donde son asesinadas dos mujeres al día.

Fuente: Semlac

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The Blood of Fish, Published in