octubre 07, 2014

Cidh Tracy Robinson, presidenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en su visita a Cali "Violencia contra las mujeres sigue quedando impune"



Tracy Robinson, presidenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Especial para El País

Tracy Robinson, presidenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y relatora sobre los Derechos de las Mujeres y los LGBTI, recorrió algunas de las calles de los barrios del Distrito de Aguablanca, en el oriente de Cali.

Allí habló con ciudadanos que han sido víctimas de la violencia, en especial mujeres. Y también con personas que viven en condiciones sociales muy difíciles.

Esta mujer, nacida en Jamaica y abogada de profesión, en su primera visita a Colombia visitó, además de Cali, Buenaventura, Tumaco y Cartagena. A su paso por la capital del Valle, sacó unos minutos para hablar con El País, antes de una reunión con voceros comunales en el quinto piso de la Ciudadela Educativa Nuevo Latir.
Para muchas personas en el oriente de Cali fue una sorpresa que de un momento a otro alguien del CIDH llegara a preguntar por sus problemas. ¿A qué se debe esta visita?

Esa era la idea. Llegar de repente para que más de uno que no se había atrevido a contar su caso porque no sabía cómo, pudiera hacerlo. Esta es una oportunidad para la CIDH de conocer de cerca, por ejemplo, la situación de las mujeres afrodescendientes y la de personas de la comunidad LGBTI.
¿Y por qué escoger municipios de departamentos como Nariño y Valle, por ejemplo, para esta misión?

En estas zonas hay muchos casos. Los representantes de la Comisión querían tener conversaciones personales con mujeres afro y en ciudades como Cali, Buenaventura y Tumaco hay mucho que contar aún. Además vimos la necesidad de salirnos de la capital del país, para poder tener estas experiencias y aprender del impacto de la violencia y las necesidades sociales en otras zonas diferentes a Bogotá.
¿Qué va a salir de estas visitas? ¿Cuál será el resultado final?

Se publicará un informe en el que venimos trabajando desde hace un tiempo, con temas sobre acceso a la información, asuntos de violencia contra la mujer, el impacto que tiene esa violencia en el entorno...
El año pasado la CIDH publicó su informe de la visita del 2012 al país, sobre ‘Verdad, Justicia y Reparación’. Entonces en parte, el objetivo de esta misión también es verificar que se esté dando cumplimiento a las recomendaciones que se hicieron en ese documento.
¿De qué clase de recomendaciones estamos hablando?

En ese informe se hicieron recomendaciones a las autoridades de cómo se podría garantizar los derechos humanos a las víctimas del conflicto y de cómo ganarle la batalla a la impunidad, entre otros aspectos.
La visita, en especial, fue para enterarse de la situación de violencia contra las mujeres. ¿Cómo ve hoy este aspecto en estas regiones?

Es una situación difícil la que se vive con las mujeres en Colombia. Uno de los mensajes que he recibido en este viaje es que lo que le ocurre a las mujeres sigue quedando en la impunidad, entre esos muchos casos de mujeres afrodescendientes.
Esta, la impunidad, pareciera un problema sin solución. ¿Qué se necesita o que se recomendará esta vez a las autoridades?
Una estrategia fuerte para combatir la impunidad, que consiste en fortalecer el acceso a la justicia, pero también en incrementar la confianza de los afectados en los que administran esa justicia.
¿Qué le dijeron las mujeres?

Que muchas no conocen sobre las leyes, que son relevantes para defender sus derechos humanos. Que no tienen buen acceso a la información y que cuando van a enfrentar a la justicia se encuentran con unas políticas difíciles de entender. Por eso en muchos casos no denuncian sus historias de violaciones, maltrato, desplazamiento, discriminación...
¿Cuál debe ser el papel de la mujer en este proceso de paz y en el de un posible posconflicto?

La Comisión ve el proceso de paz como algo importante para que muchas personas hagan valer sus derechos humanos. La participación de las mujeres es muy importante para garantizar la legitimación del proceso, pero también para los resultados. En cuanto a las mujeres afros, pienso que deben de seguir siendo líderes en sus hogares, comunidades, como siempre lo han sido. Siempre han estado ahí, pero no muy involucradas en la vida políticas o procesos de este tipo.

Por: Andrés Felipe Becerra Ibáñez
Fuente: El País

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