“Los hombres no están educados para soportar la igualdad de las mujeres”
Pilar Aguilar Carrasco, una de las críticas de cine más destacadas y respetadas del feminismo actual, se encuentra en La Palma y asegura que la misión de las mujeres “no es dar placer a los hombres”. -
Pilar Aguilar Carrasco es una de las críticas de cine más destacadas y respetadas del feminismo actual. Luz Rodríguez
“No existimos en el mundo para dar placer a los hombres, esa no es nuestra misión”. Pilar Aguilar Carrasco, una de las críticas de cine más destacadas y respetadas del feminismo actual, se encuentra en La Palma y este lunes, a las 20.00 horas, en la Casa de la Cultura de Los Llanos de Aridane, ofrecerá una conferencia organizada por IUC sobre Feminismo o barbarie, el título de su último libro. En una entrevista con La Palma Ahora ha afirmado que “los hombres ahora mismo no están educados para soportar la igualdad de las mujeres y eso genera mucha agresividad”. “Las mujeres no estamos ni para cuidar a los hombres, ni para que ellos se desfoguen sexualmente con nosotras. Eso de que ‘viva el vino y las mujeres que por algo son regalos del señor’, como cantaba Manolo Escobar, pues no. Si no acabamos con eso no acabaremos ni con la explotación salvaje de la humanidad ni con el machismo”, sostiene esta militante antifranquista, que se exilió en París después de haber sido encarcelada por la dictadura.
-Asegura que las ficciones audiovisuales, en su mayoría, transmiten ideologías, imaginarios, mapas afectivos y sentimentales reaccionarios, patriarcales y machistas.
-Eso parte de la base de que el 80% de las ficciones están protagonizadas por hombres, y quiere decir que ellos son los seres importantes. Es un mensaje de entrada muy radical y muy brutal, porque sea lo que sea lo que cuente la película o la serie parece que son ellos los que portan ese significado. Las mujeres aparecen cuando ellos tienen que vivir la historia erótico-amorosa, entonces ellas son unos seres de segunda categoría cuya existencia depende de que un hombre las elija para su historia. Hemos avanzado, pero la gente joven sigue recibiendo mensajes a través de la pantalla que les dicen que los hombres son lo importante. Esto es una educación muy profunda y por eso crea mapas afectivos simbólicos y sentimentales que ni siquiera se formulan, lo cual es todavía peor, porque si se formularan sería más fácil combatirlos, pero se sienten, se interiorizan.
-¿Y cómo se deconstruye ese mundo?
-Hay varias maneras, y una de ellas es el análisis. Hay que poner el dedo en la llaga, preguntarse por qué una película cuenta esto y por qué lo cuenta así. En la realidad ahora mismo hemos avanzado mucho más que en la ficción. Las mujeres tenemos una presencia real en la vida que ya no se corresponde con ese panorama donde ellos son los seres importantes. Ese mundo se deconstruye criticando. Otro paso muy importante es crear nuevas ficciones audiovisuales promoviendo el cine realizado por mujeres. Esto no quiere decir que los hombres no puedan hacer películas que estén bien y que las mujeres no puedan hacer películas machistas, que sí, pero lógicamente las directoras ven el mundo desde un ángulo inédito. Es que además estamos contando historias que prácticamente nunca se han contado, relaciones de nosotras con nuestras madres, del miedo al cuerpo… Hay que deconstruir y criticar lo que se nos propone y proponer miradas nuevas.
-¿Pensar que se puede erradicar el androcentrismo es una utopía?
-No, no es una utopía, pero está lejos. Yo me voy a morir sin verlo, pero no soy pesimista, he visto en mi vida avances espectaculares, y concretamente de las mujeres. Hemos conquistado espacios impensables en todos los órdenes de la vida, pero lógicamente queda mucho por avanzar. Creo que hay que tener una actitud positiva pero no ingenua, un optimismo ilustrado, saber qué es lo que pasa pero pensar que es posible cambiarlo. Una injusticia tan radical tenemos que acabar con ella.
-¿Qué falla para que continúe el goteo de asesinatos machistas?
-Está fallando la estructura profunda emocional. Volviendo al cine, si los chicos ven películas en las que se les está diciendo constantemente que ellos por ser hombre son lo importante y además saben más, que las mujeres somos una especie de tontitas que aparecemos cuando ellos nos necesitan, y nos protegen y nos salvan si son buenos y nos atacan si son malos, imagínate cómo influye esto cuando los chicos tienen que elaborar su propia idea de estar y de ser en el mundo, se encuentran con que ese papel simbólico y emocional no se corresponde con el real. Eso es una fuente de agresividad importante. En el fondo piensan: ‘Esa cómo se atreve a tener menos miedo que yo o a reivindicar algo si en su papel no tendría que hacerlo’. Los hombres ahora mismo no están educados para soportar la igualdad de las mujeres y eso genera mucha agresividad. Son esquemas muy profundos, vuelvo a repetir. Racionalmente hemos avanzado mucho en ese tema (hay leyes, se habla, se condena…), pero para acabar con los asesinatos de mujeres, con el maltrato, con las agresiones o con las violaciones hay que cambiar una estructura muy profunda y eso llevará más tiempo.
-¿Considera la prostitución un trabajo?
-No, radicalmente no. Estamos en una sociedad muy neoliberal donde todo se compra y se vende, y te dicen además que si no triunfas es porque eres medio tonto o medio tonta, pero cuando eres pobre, las mujeres lo que tienen es el cuerpo, y te proponen que emprendas con él, véndelo que esa es tu libertad. La prostitución ha existido desde los tiempos prehistóricos, y defenderla en la actualidad es como defender la esclavitud, una cosa antigua. El deseo y el placer tienen que ser compartidos, y el cuerpo de la mujer, ni el del hombre, no es una mercancía. El padre del liberalismo económico dijo, sin embargo, que el cuerpo no podía ser objeto de contrato. Este es un mensaje muy potente para el feminismo, muy radical porque supone decir que las mujeres no existimos en el mundo para dar placer a los hombres, esa no es nuestra misión. Las mujeres no estamos ni para cuidar a los hombres, ni para que ellos se desfoguen sexualmente con nosotras. Eso de que ‘viva el vino y las mujeres que por algo son regalos del señor’, como cantaba Manolo Escobar, pues no. Si no acabamos con eso no acabaremos ni con la explotación salvaje de la humanidad ni acabaremos con el machismo. Que ellos consideren que con dinero pueden acceder al cuerpo de una mujer es incompatible con la idea de igualdad.
-¿Se puede ser feminista y de derechas?
-Pues no. A ver, yo profundamente creo que no. Pero hay que matizar. Una mujer de derechas puede tener un objetivo que sea feminista y debemos aliarnos con ella, pero el feminismo radicalmente se basa en la igualdad. Una sociedad tiene que ser humanitaria. El feminismo es una ideología que no es compatible con una sociedad estamental donde unos puedan machacar a los otros y tener el poder. Pero insisto en que hay que tener en cuenta objetivos concretos, es decir, si una señora, aunque sea de derechas, defiende el aborto, yo digo que en ese punto tiene un objetivo feminista.
Por Esther R. Medina
Fuente: El Diario.es