julio 04, 2020

"Dama de Manhatan" Más de 30 vidas de mujeres que forjaron la historia de Nueva York"


ISBN:978-84-121020-4-8

Pilar Tejera, que ya nos desveló la vida de las viajeras victorianas en varios libros: Viajeras de Leyenda, Casadas con el Imperio, Reinas de la Carretera, Viajeras por los Mares del Sur y Viajeras por el Lejano Oriente, vuelve a la carga para sorprendernos, una vez más, con historias de mujeres en su mayoría desconocidas, pero sorprendentes. En esta ocasión, con DAMAS DE MANHATTAN, nos lleva de la mano a Nueva York, para mostrarnos 30 damas que forjaron la historia de la gran Manzana: Desde Margaret Corbin, que en la guerra de la Independencia defendió Nueva York con un cañón contra los ingleses, hasta la última protagonista del libro Betsy Rogers, que rescató Central Park del declive y la delincuencia. Billie Holiday, Dorothy Parker, la candidata a la presidencia del país Victoria Woodhull, Lillian Wald, que fundó los pilares de la salud pública, la fotógrafa Alice Austen, la fundadora del Colony Club Daisy Harriman, Wilman Russey, primera mujer taxista de Nueva York, la dueña del restaurante Elaine’s, inmortalizado por Woody Allen en su película Manhattan, Anita Loos, autora de Los caballeros las prefieren rubias o Texas Guinan, “la reina de los clubs nocturnos”, nos revelan que Nueva York le debe mucho más de lo que creíamos a las mujeres. La autora se ha convertido en un referente en el tema no solamente en España. Ha sido invitada a dar charlas sobre mujeres del pasado en numerosos foros y encuentros y ahora se contempla la traducción al inglés del libro DAMAS DE MANHATTAN. 

La constructora del puente de Brooklyn

Se cumple este año el 150 aniversario del inicio de las obras del puente de Brooklyn, tal vez el más célebre del mundo. Pero lo que pocos saben es que detrás de su construcción estuvo una mujer: Emily Warren, que sería la primera persona en cruzarlo el día de su inauguración. La historia de la construcción del puente está sembrada de incidentes y accidentes mortales pero también está envuelta en la leyenda de esta dama que se hizo cargo de las obras cuando su esposo cayó enfermo, en una época en la que las mujeres se quedaban en casa cuidando de los hijos y haciendo calceta. Convenció a los políticos y promotores y dirigió a cientos de obreros, padeciendo con ellos los problemas, las explosiones de dinamita y haciendo frente al ayuntamiento que dudaba de la aptitud de una dama para dirigir aquella obra sin el preceptivo título de ingeniería. Su esposo, postrado en la cama, contempló el progreso de las obras desde la ventana de su apartamento situado en Brooklyn Heights. El 24 mayo de 1883, y habiéndose llevado por delante la vida de treinta trabajadores, la obra quedó concluida. El día de la inauguración Emily fue una de las dos primeras personas en cruzarlo. La otra fue el vigésimo primer presidente del país: Chester Alan Arthur.

Annie Moore, primera en pasar el control de inmigración de Ellis Island

Ell 1 de enero de 1892 se estrenaba la oficina de inmigración de Ellis Island. Los 148 pasajeros del SS Nevada, fueron trasladados a la isla, entre ellos Annie Moore, apenas una niña, que fue la primera en desembarcar seguida de sus dos hermanos pequeños. Los tres habían viajado desde Queenstown (Irlanda) para reunirse con sus padres. Tras anotar sus datos, le entregaron una moneda de diez dólares por ser la primera persona inscrita. Tres años más tarde de llegar a Nueva York, Annie Moore unió su vida a la de otro inmigrante, un joven de origen alemán empleado en el mercado de pescado de Fulton. El matrimonio pasó toda su vida en el Lower East Side, posiblemente en el 99 de Cherry Street. Annie Moore dio a luz al menos a diez niños antes de morir de insuficiencia cardíaca a los cincuenta años en 1924. Su tumba en el cementerio de Calvary, en Queens, está marcada con una cruz celta hecha de piedra caliza importada de Irlanda. Su figura inspiró una canción, una novela y dos estatuas de bronce; una de ellas se encuentra en Queenstown, su puerto de partida. La otra, como no podía ser de otra forma, está en Ellis Island, su puerto de llegada.

La inventora del cóctel Manhattan fue la madre de Winston Churchill

Nacida en Brooklyn, Jenny Jerome inventó este célebre cóctel durante un banquete que celebraba el nombramiento del gobernador del Estado de Nueva York. Aquello tuvo lugar en 1874, en el New York City's Manhattan Club, situado frente al lugar que hoy ocupa el Empire State. Esta dama de la alta sociedad neoyorquina pidió al barman que elaborara un cóctel para la ocasión, a base de vermú amargo y bourbon. El hombre, según parece, agitó la mezcla para impresionarla,en un gesto que pasaría a la posteridad. El éxito de la bebida fue tal que no tardó en ponerse de moda en otros locales. Los clientes pedían el cóctel de Manhattan, en alusión al club club donde se había originado. Jenny Jerome, tras casarse con un ciudadano británico se trasladaría a vivir a Londres, donde tuvo dos hijos, uno de ellos Winston Churchill.

Cuestión de amor propio

El 19 de noviembre de 1889 se abría el Woman's Press Club de Nueva York. Detrás de la iniciativa estuvo Jane Cunningham Croly, que decidió fundarlo después de que no se la permitiera asistir, por el hecho de ser mujer, a la cena ofrecida por el Club de Prensa neoyorquino a Charles Dickens en el restaurante Delmonico’s. Ante el alud de protestas de otras periodistas, el club se plegó a algunas concesiones: se admitiría a las damas a condición de que tomaran asiento detrás de una cortina, sin ser vistas por los caballeros asistentes a la cena de gala ni por el invitado de honor. Pedirle a Jane Cunnigham que se escondiera, siendo una periodista reconocida y cuyos artículos se publicaban en medios de Nueva York, Boston y Baltimore, mientras su esposo ocupaba un asiento en el comedor, fue el peor de los insultos. Jane Croly se negó a asistir al banquete y pasados unos días su indignación dio paso a una promesa: Fundaría un Club a cuyas cenas no serían admitido ningún colega masculino. Y desde luego la cumplió. El club impulsó proyectos cívicos, becas, conferencias, actividades literarias y sociales y por allí pasaron grandes figuras del periodismo nacional. 

Luchadoras por la preservación arquitectónica

Detrás de la historia de los míticos barrios del Soho y Green Village, se encuentran tres mujeres que lucharon por su preservación: Ruth Wittenberg, Margot Gayle y Jane Jacobs. Salvaron la preciosa plaza Washingtong Park de una autopista que estaba proyectada por el alcalde de turno, lograron mantener a raya los bulldózer que estuvieron a punto de demoler las viejas fábricas de hierro que hoy albergan las franquicias y comercios del Soho, preservaron el Jefferson Market que en la actualidad alberga la biblioteca pública de Nueva York, y ganaron la batalla para que en el solar dejado tras la demolición del Centro de Detención de Mujeres del Village, se creara un parque público en vez de un horrible edificio de apartamentos. Cada una de ellas tiene su propia historia y comparten el capítulo del libro titulado “espíritu batallador” con otra luchadora por la preservación histórica: Jackie Kennedy, que lideró una encarnizada batalla en defensa de la estación de ferrocarril, Grand Central, amenazada por las excavadoras.

Lina Astor y el nacimiento del Waldorf Astoria 

Vestida con su traje de terciopelo negro y un collar de perlas como única joya, Lina Webster Schermerhorn Astorpresidió las cenas celebradas en las más opulentas mansiones neoyorquinas a finales de siglo xix. Solo tenían permitido el acceso a ellas quienes figuraban en la «Lista de 400», las personas más relevantes del país. Fue por una reyerta familiar con su cuñada, que las mansiones ocupadas por Lina y su esposo y la colindante propiedad de su cuñado y su mujer, fueron demolidas para levantar en su lugar dos hoteles. Un escándalo en la época. Uno fue nombrado Waldorf, por William Waldorf Astor, y el otro Astor. Años después, al fusionarse ambos establecimientos nació el Waldorf Astoria, dotado con adelantos como luz eléctrica y los baños privados en las habitaciones. El hotel también fue pionero en ofrecer servicio de habitaciones y delicias culinarias de su invención: la ensalada Waldorf y los huevos Benedict. Tiempo después se trasladó de lugar y en el solar se levantó el Empire State. Posiblemente, la remilgada dama que fascinó con su buen gusto, se esté revolviendo en su tumba mientras las tiendas de recuerdos para turistas y los puestos de hot dog ocupan el lugar de la que un día fue, la más respetable residencia de Manhattan.

Mecenas del Arte

Gertrude Vanderbilt, escultora y habitual de la bohemia del Village de principios de siglo XX, encauzó sus contactos, su riqueza y su fascinación por el arte en beneficio de la ciudad. El Whitney Museum fue creado por ella en 1931. Respecto al MoMA, debe su existencia a Abby Rockefeller y a su pasión por el arte moderno, que la llevó a crear una colección en el piso superior de su casa. Años más tarde, esa iniciativa daría paso a la creación del Museo de Arte Moderno.

El libro sale próximamente en versión digital y está previsto la versión en papel para después de verano. Más información: equipo@edicionescasiopea.com

Fuente: Ediciones Casiopea

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The Blood of Fish, Published in