julio 03, 2020

En Guatemala, invertir en el empoderamiento económico de las mujeres indígenas es clave para “reconstruir mejor” post-Covid

Desde marzo de 2020, Guatemala ha detectado más de 11,000 personas con COVID-19 y más de 600 personas han fallecido. Pero en medio de la crisis, las mujeres indígenas continúan usando sus voces, conocimientos y habilidades para asistir a las comunidades y adaptar sus formas de vida. Para que la reconstrucción sea más efectiva, sus necesidades y preocupaciones, pero también sus propuestas y contribuciones deben colocarse al centro de los planes de recuperación.

María Tuyuc participa en el lanzamiento de la Red de Emprendedoras y Empresarias Indígenas de las Américas, organizada por ONU Mujeres en el marco de la XIV Conferencia Regional sobre la Mujer en Chile, en 2020. Foto: ONU Mujeres

María Tuyuc, 47, cree que el empoderamiento económico es estratégico para transformar la discriminación y carencias que las mujeres indígenas continúan enfrentando en Guatemala. “Menor acceso a servicios, principalmente educación, limita sus posibilidades de empleo y generación de ingresos”.

La falta de autonomía económica también les impide escapar de la violencia: “la mayoría de mujeres que toleran la violencia o la violencia en su contra o que abandonan los casos en los procesos judiciales lo hacen porque carecen de independencia económica”.

La Escuela de Negocios Mayas enseña habilidades para la participación de las mujeres indígenas en oportunidades económicas. María Tuyuc co-facilita una sesión. Foto: Red Global de Empresarios Indígenas REI/Miguel Curruchiche 

Por el contrario, impulsar las capacidades empresariales de las mujeres puede ser transformador para ellas, sus comunidades y el país en su conjunto. “El empoderamiento Económico les permite creer y valorar sus conocimientos y capacidades”, subraya Tuyuc, que fundó la Red Global de Negocios Indígenas. “Esto ha permitido que desarrollen sus modelos de negocios y hemos creado espacios para comercializar y exportar sus productos, y asegurar acceso a los mercados para vender y exportar sus productos”.

A través de la Red, y su Escuela Maya de Negocios, María ofrece apoyo a comunidades indígenas, particularmente mujeres, para crecer sus propios emprendimientos y mejorar sus cadenas de valor para generar mayores ingresos.

Aprendizaje y adaptación como base de la resiliencia

Con la llegada de la pandemia, muchos negocios de personas indígenas y emprendimientos de mujeres se han visto afectadas. “Un alto porcentaje de empresas pequeñas y grandes está desapareciendo, y con ellas ha caído la posibilidad de generar ingresos para muchos y muchas emprendedoras indígenas, afectando las producciones comunitarias de las que dependen centenares de familias”, explica María Tuyuc. 

Ella también señala que el turismo, textiles, agroindustria y las artesanías, sectores con participación tradicional de las mujeres indígenas, han sido de los más afectados. Pero a pesar de los desafíos, las mujeres indígenas continúan aprendiendo y adaptándose a las circunstancias.

“Me ha impresionado como han logrado a pesar de la crisis, motivarse para seguir avanzando transformando o cambiando su modelo de negocios. Una mujer en una comunidad de Totonicapán que se dedicaba a elaborar canastos, empezó con una venta a domicilio de verduras en distintas comunidades. Otros han aprovechado para definir mejor su estrategia de venta, sus planes o innovando sus productos”, comparte Tuyuc.

Para superar la emergencia del COVID-19, María Tuyuc señala la importancia de colocar a las mujeres indígenas al centro de los esfuerzos, ir más allá de la asistencia y apoyo inmediato para responder a la emergencia y enfocarse en fortalecer su empoderamiento económico.


Mujeres indígenas: En la primera línea de la protección de sus comunidades

En términos de las soluciones comunitarias para hacer frente a la emergencia de salud y su impacto económico, las mujeres indígenas llevan ventaja.

Otilia Lux, ex Ministra de gobierno e integrante del Grupo Asesor de la Sociedad Civil de ONU Mujeres, señala que varias mujeres en comunidades indígenas han acudido a los conocimientos y prácticas tradicionales para hacer frente al COVID-19. Estos incluyen, por ejemplo, usar la producción de huertos familiares para proveer de alimentos a sus familias, o participar en intercambios solidarios dentro de sus comunidades para asegurar que nadie se queda sin cubrir sus necesidades básicas.

“El Covid ha sembrado mucho miedo pero las mujeres han respondido, conectadas con la madre tierra, con las abuelas y abuelos, con las ancestras y ancestros, renovando el uso de la medicina natural, y con sabiduría”, indicó Lux en un diálogo con lideresas indígenas convocado por ONU Mujeres.

“Las comunidades [indígenas] siempre saben cómo salir adelante a pesar de las dificultades. El compartir, que haya salido del corazón apoyar, es algo que podemos rescatar de los pueblos indígenas y las mujeres”, añadió Rosalina Tuyuc, defensora de los derechos humanos y fundadora de la Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala.

ONU Mujeres y sus socios estratégicos están incluyendo las voces y experiencias de las mujeres indígenas en los esfuerzos de prevención del COVID-19, así como en la respuesta, para potenciar la colaboración y solidaridad de las comunidades indígenas.

Alineando las prioridades nacionales con las necesidades y capacidades de las mujeres indígenas 

Antonio Malouf, Ministro de Economía, coordinará el trabajo de la Coalición Nacional de Guatemala para el Empoderamiento Económico de las Mujeres. Foto: ONU Mujeres / Luis Barrueto

“La pandemia viene en un momento en que el empoderamiento económico de las mujeres está al centro de la agenda nacional”, señala Adriana Quiñones, Representante de ONU Mujeres en Guatemala.

“Con el lanzamiento reciente de la Coalición Nacional para el Empoderamiento Económico de las Mujeres – una alianza multisectorial del Gobierno de Guatemala y ONU Mujeres – tenemos una oportunidad para crear sinergias entre las acciones de distintos actores y crear impactos transformadores sobre la vida de las mujeres indígenas”.

Anunciada poco antes del primer brote de la pandemia en Guatemala, la Coalición tiene como principal objetivo la generación de mejores oportunidades para las mujeres en el empleo y los negocios. También busca atender las barreras que impiden su participación plena en la economía.

Las mujeres indígenas son una prioridad dentro de estos esfuerzos. Una proporción significativa de ellas, 79%, vive en situación de pobreza. Las mujeres continúan responsabilizándose de la mayor parte de trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, que les impide participar en la economía formal – sólo 1 de 10 mujeres indígenas lo hacen – y cuando se encuentran en ocupación, ganan 19% menos que las mujeres no indígenas.

Los grandes desafíos que supone la pandemia y sus efectos socioeconómicos hacen aún más importante enfocarse en las comunidades indígenas para potenciar el desarrollo del país. 

“Este es el inicio de un esfuerzo de largo plazo por atender las brechas más importantes de desarrollo de la población guatemalteca, comprendiendo que las mujeres pueden no sólo mejorar su nivel de vida, sino generar un impacto positivo en sus familias, comunidades, municipios, departamentos, y el país en su conjunto”, señala el Ministro de Economía, Antonio Malouf, que coordina el trabajo de la Coalición Nacional.

“Apalancar las experiencias de las lideresas indígenas es esencial para el trabajo de la Coalición Nacional”, explica la Representante Quiñones, “Y esta es una oportunidad inédita para escuchar a las mujeres indígenas y encontrar formas de llevar a escala el trabajo transformador que realizan en sus comunidades”.

Fuente: Onumujeres

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