Las afrocolombianas son quienes más sufrieron la violencia sexual durante el conflicto armado
En Colombia se registran oficialmente 34.918 víctimas de delitos contra la libertad y la integridad sexual desde 2014, según ONU mujeres
Una participante de la marcha del 8 de marzo en BogotáCHEPA BELTRAN (LONG VISUAL PRESS/UNIVERSAL IMAG)
Una violación es la muerte en vida. Así recuerda Jineth Bedoya la agresión que sufrió en el año 2000. Su lucha para que nadie pase por lo mismo convirtió cada 25 de mayo en Colombia en el Día nacional por la dignidad de las mujeres víctimas de violencia sexual en el marco del conflicto interno. El país suma 34.918 víctimas de delitos contra la libertad y la integridad sexual, 31.439 de estas son mujeres, según ONU Mujeres. Las mujeres afrocolombianas han sido las más afectadas por la violencia sexual que se usó como estrategia de guerra en el conflicto armado, según el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH). Darío Acevedo Cardona, rector del CNMH, dice que si se analiza la racialidad de las víctimas de violencia sexual en el marco del conflicto armado, el 87% son afrocolombianas.
Detrás de cada número que engrosa las cifras de víctimas de violencia sexual hay una historia. Yamileth fue víctima de violencia sexual a los 10 años. Es de Tumaco, una zona de mayoría afro y especialmente violenta con las mujeres. Sus victimarios fueron unos paramilitares, que todavía tienen presencia en la región. “Él tenía una navaja”, recuerda mientras señala su torso en búsqueda de la cicatriz. Ese día su madre estaba en la casa y ella pensó que advirtiéndoselo iba a hacer que su agresor la dejara tranquila, pero no fue así. “Empezó a tocarme y a amenazarme con la navaja, me decía que me quedara quieta o, si no, me cortaba. Me cortó y yo solo podía llorar”, recuerda.
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Los relatos recogidos por el Centro Nacional de Memoria Histórica evidencian que todos los actores armados implicados en el conflicto armado han ejercido violencia sexual bajo distintas modalidades en la disputa por el poder territorial. Los departamentos de Chocó, Nariño, Valle del Cauca, Cauca y Antioquia reportan las mayores cifras de mujeres afrocolombianas víctimas de este tipo de violencia. Cuando Flor de Margarita, una lideresa y víctima de violencia sexual en el Valle del Cauca, empezó a escuchar rumores que decían que los paramilitares agredirían sexualmente a las niñas y las mujeres del pueblo tuvieron que sacar de la comunidad a las que pudieron para protegerlas.
En 2014 se empezó a conmemorar esta fecha como parte de las medidas de reparación ordenadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos al Gobierno de Colombia por el secuestro y violencia sexual que sufrió la periodista Bedoya, a manos de los paramilitares hace 22 años. “Este día es lo único que tenemos quienes llevamos la violación tatuada en nuestro cuerpo y alma”, ha afirmado Bedoya durante un acto de conmemoración organizado por ONU Mujeres y la campaña No Es Hora De Callar, que lidera con el respaldo del diario El Tiempo, del que es editora.
Desde ONU Mujeres resaltan “la histórica sentencia que la Corte Interamericana de Derechos Humanos emitió el pasado 18 de octubre de 2021 en el caso de Bedoya”. Destacan que por primera vez se haya reconocido el uso de la violencia sexual como forma de silenciamiento y control en contra de una mujer periodista en el marco del conflicto armado colombiano. La sentencia responsabilizó al Estado colombiano de la vulneración de los derechos a la integridad personal, dignidad y libertad de expresión de la periodista y le ordenó cumplir con medidas de reparación individuales y colectivas, sin precedentes en el país, y que beneficiarán a todas las víctimas y sobrevivientes.
Es periodista de la edición de El PAÍS en Colombia. Anteriormente colaboró en EL PAÍS Madrid y El Confidencial en España. Es licenciada en Comunicación Social por la Universidad Javeriana de Bogotá y máster de periodismo UAM-EL PAÍS. Ha recibido el Premio APM al Periodista Joven del Año 2021.
Fuente: El País