La brecha de género en las pensiones: “La pobreza tiene rostro de mujer” en España
Las mujeres cobran un 24% menos que los hombres. El 63% recibe un importe inferior al Salario Mínimo Interprofesional. Estas son las consecuencias de una desigualdad histórica contra la que luchan mujeres pensionistas en el presente. Y también, pensando en el futuro.
Itziar trabajó fuera de casa durante 15 años. Su marido, durante 47. Explica que estuvo menos tiempo en el mundo laboral para criar a sus tres hijas. Se vio obligada a buscar un empleo cuando su marido tuvo un accidente en la fábrica y pasó a estar de baja por mucho tiempo. Hoy es viuda, su compañero falleció hace once años. Cobra una pensión de viudedad de 900 euros, el 52% de lo que ganaba él. Relata que esta pensión mermó mucho porque su marido se prejubiló y, si no fueran por los años que ella trabajó, hoy no podría “ni poner la calefacción”. Sus años de trabajo le han dejado otra pensión de 700. Combinando ambas pagas, puede salir adelante. Pero es consciente de que su caso es excepcional, y muchas mujeres tienen que sobrevivir con exiguas pensiones de viudedad lejanas a los 1.000 euros. “Por eso este sábado estaré en Madrid, para seguir luchando”, explica a El Salto esta integrante del movimiento de pensionistas de Bilbao. Este 15 de octubre, pensionistas y defensores de lo público dan el pistoletazo de salida a un “otoño caliente” con una manifestación que arrancará a las 11:30 horas en la Glorieta de Carlos V junto a Atocha. Entre las reivindicaciones, reducir la brecha de género en las pensiones.
Según los datos del Instituto Nacional de la Seguridad Social, en septiembre de 2022 esta brecha se sitúa en el 24%. En España hay 4,4 millones de mujeres pensionistas y 4,5 millones de hombres. La pensión media en las mujeres es de 1.038,64 euros, frente a la de los hombres que es de 1.366,99. El ingreso de ellas es 200 euros menor a la pensión media, que es 1.205. Por cuantías, ellas son las que ocupan los tramos más bajos. Así, el 63% de las pensionistas reciben un importe inferior al Salario Mínimo Interprofesional (SMI), frente al 42,5% de los hombres. Es decir, 2,8 millones de mujeres sobreviven con salarios por debajo de los 1.000 euros, frente a los 1,9 millones de hombres en esa situación. En este sentido, ellas acumulan el 96% de las pensiones por viudedad, las que suelen ser más modestas.
En cuanto a las pensiones de jubilación no contributivas, que son las que ganan las personas que no han cotizado lo suficiente y, por tanto, reciben las cantidades más modestas, las mujeres también lideran la tabla, siendo el 73,61% de las perceptoras, según datos del IMSERSO a diciembre de 2021. El grueso se encuentra en una edad entre los 70 y los 74 años, con pensiones que de media no alcanzan los 480 euros.
“Hay muchas mujeres que están viviendo con pensiones ínfimas de miseria y de pobreza. Además, actualmente las pensiones de viudedad son irrisorias, hay mujeres que cobran 400 euros”
Para Andrea Uña, portavoz del movimiento de pensionistas de Bilbao, esta situación es producto de una desigualdad histórica en el acceso al empleo. “Muchas hemos estado trabajando por intervalos. En los años 70 la ley permitía a los empresarios despedir a las mujeres que se casaban mediante una indemnización. Luego, volvías a trabajar cuando los hijos eran ya mayores y por eso tenemos menos cotizaciones”, explica Uña. A lo anterior añade que las mujeres ganan menos que los hombres y que estas han desempeñado empleos insertos en la economía sumergida sin cotizar. “Hay muchas mujeres que están viviendo con pensiones ínfimas de miseria y de pobreza. Además, actualmente las pensiones de viudedad son irrisorias, hay mujeres que cobran 400 euros. Por eso pedimos que estás sean del 100% de lo cotizado por sus conyugues”, insiste Uña. Hoy estas cuantías se reducen hasta el 52% de lo cotizado.
El complemento contra la brecha de género
En febrero de 2021 el gobierno aprobaba un mecanismo para intentar corregir esta situación. Es el llamado complemento de brecha de género, que se concede al progenitor que acredite un perjuicio en su carrera profesional tras el nacimiento del un hijo o una hija. Este sustituye al complemento por maternidad aprobado por el gobierno del PP en 2015. Dicha medida fue considerada discriminatoria por una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea y había que reformularla para que a él se pudieran acoger tanto hombres como mujeres.
Desde el gobierno central explican que el nuevo complemento, que ya alcanza a más de 190.000 beneficiarios, un 94% mujeres, supone una cuantía extra en cada pensión de 28 euros por hijo o hija. Presumen de que evita la regresividad de la propuesta del gobierno de Rajoy. Y es que el anterior complemento solo se percibía a partir del segundo hijo. Además, al establecer un porcentaje de incremento de la pensión por cada hijo a partir del segundo, beneficiaba especialmente a las rentas más altas.
“Nos parece bien pero es insuficiente. Las que finalizamos de trabajar antes de septiembre de 2015 no nos podemos acoger al complemento contra la brecha de género”
Sin embargo, no todas las pensionistas pueden acceder a este complemento. María Teresa Dopazo, portavoz de la Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones, COESPE, no llegó a tiempo. “Nos parece bien pero es insuficiente. Las que finalizamos de trabajar antes de septiembre de 2015 no nos podemos acoger a ello”, se queja.
Dopazo asegura que ella tiene una pensión digna pero saldrá este sábado a la calle porque, entre otras cosas, le preocupan las pensiones de mujeres que están con situaciones “terribles”. “Hay mujeres pensionistas que no pueden acceder a una vivienda adaptada a su movilidad, no pueden encender la calefacción, no pueden acceder a una alimentación adecuada. A las mujeres que cobran menos de una cantidad digna las están machacando”, asegura.
A Dopazo le preocupa el presente, pero también la situación futura. Y es que los cuidados no remunerados, que suponen una merma en la vida laboral y una resta en las pensiones venideras, siguen estando en la mochila de las mujeres. Según datos del INE, a medida que se incrementa el número de hijos menores de 12 años, disminuye la tasa de empleo de las mujeres. En el tramo de los 25 a los 49 años, las mujeres sin hijos tienen una tasa de empleo de un 74,7%, frente al 69,7% de las que tienen descendencia. Escenario inverso se produce entre los hombres: la tasa de empleo para este tramo de edad cuando no tienen hijos es de 83,6%, y con hijos asciende hasta el 89,7%.
“A pesar de todos los avances en el tema de la igualdad, todavía siguen siendo las mujeres las que hacen las tareas de cuidados. Cuando en una pareja hay que cuidar a algún niño o algún familiar enfermo casi siempre es la mujer la que se queda en casa. Esto va aminorando la futura pensión”, explica la portavoz de COESPE.
Volviendo a la situación de las actuales pensionistas, Dopazo insiste en que la inflación está afectando principalmente a las mujeres. “La pobreza está feminizada. Este sábado en la manifestación llevaremos una camiseta roja con el mensaje de que la pobreza tiene rostro de mujer”, explica.
A este respecto, y tal y como se refleja en los recientemente pactados Presupuestos Generales del Estado, el gobierno se ha comprometido a incrementar un 8,5% las cuantías de las pensiones durante 2023, valor ligeramente inferior al que ha registrado el IPC en septiembre, de un 8,9%. Este aumento, no convence a las asociaciones de pensionistas. Insisten en que entre julio de 2021 y el mismo mes de 2022 el IPC se incrementó un 10,8%. Además, casi cinco millones de pensionistas viven con menos de 1.000 euros al mes.
“Ninguna persona puede vivir por debajo del 60% del salario medio, que son 1.080 y es lo que pedimos para todas y todos. Hay mujeres que no pueden ni pagar sus medicamentos"
Andrea Uña añade tajante: “Ninguna persona puede vivir por debajo del 60% del salario medio, que son 1.080 y es lo que pedimos para todas y todos. En los tiempos actuales no se puede vivir con menos de mil euros. No puedes ni calentarte, ni comer. Hay mujeres que no pueden ni pagar sus medicamentos”, advierte mientras señala que el “otoño caliente” de movilizaciones no ha hecho más que empezar.
Fuente: El Salto