enero 14, 2023

Libro Movimiento Feminista. Continuidades y cambios en Chile y México



Cuando realizamos el seminario sobre “Movimiento Feminista: continuidades y cambios” el 10 de diciembre de 2019 en la sede de FLACSO Chile, estábamos rodeadas por el contexto particular del estallido social que venía produciéndose desde octubre del mismo año. 

Teníamos como objetivo reflexionar en torno a la reedición del libro “El Silencio feminista” de las colegas Marcela Ríos, Elizabeth Guerrero y Lorena Godoy, aprovechando de paso el año sabático de Gwynn Thomas y su trabajo de campo en ese entonces, así como la estancia de investigación de Daniela Cerva.

Elizabeth Guerrero estuvo a cargo de la apertura del seminario. Durante sus palabras recordó que su investigación sobre el movimiento feminista en Chile había tenido lugar veinte (20) años antes, en 1999. Mientras llevaban a cabo el trabajo de campo junto a Ríos y Godoy el contexto chileno en ese entonces era el de transición a la democracia y de igual forma que el momento actual, estaba repleto de incertidumbres. Guerrero, en aras de identificar las continuidades y diferencias entre los movimientos feministas de la década de los 90’s versus los actuales, distinguió que antaño el movimiento estaba compuesto en su mayoría por mujeres adultas vinculadas a los partidos políticos de izquierda, con una notable la ausencia de mujeres jóvenes. El cambio etario es un elemento trascendental respecto del movimiento actual, no obstante, se sigue manteniendo el ímpetu organizativo y estratégico de las feministas orientado a una acción política distinta al tradicional modelo de participación social. 

Durante el seminario, destacamos que todas habíamos sido partícipes en alguna medida de las movilizaciones que se habían producido, que se estaban produciendo y que se producirían en pos de la reivindicación y reconocimiento de más derechos para las mujeres. Coincidíamos en que el silencio feminista había sido un período de invisibilización impuesto, dado que las demandas feministas habían estado vigentes y nutriendo un caldo de cultivo que se haría evidente en las propuestas de lo que sería la Nueva Constitución en Chile, más de 2 años después de movilizaciones y de la celebración de un plebiscito constitucional.

No esperábamos que el 8 M de 2020 se convertiría en la última gran marcha a la que podríamos asistir (de hecho, la más concurrida del último tiempo) antes de que la pandemia nos confinara al más angustioso encierro que hemos vivido en los últimos tiempos. Así como en Chile, la convocatoria a marchar el 8 de marzo y la huelga internacional de mujeres el día siguiente, reunió masivamente a mujeres de todo el mundo; México, Argentina, Colombia registraron miles de mujeres en las calles pese a la inminente presencia del Covid. 

Durante estas etapas participamos en encuestas y entrevistas a quienes estarían en el epicentro de las movilizaciones tanto en Chile como en México. No sin miedo ni represalias, haríamos frente al desafío que significó avanzar con un proyecto académico en contexto de pandemia, con costes no sólo en términos de productividad, sino sobre todo en el aspecto emocional. El confinamiento nos mostró en estadísticas el lado más cruento del contrato sexual (Pateman, 1995)1 y por tanto del peligro para las mujeres e infancias de permanecer en el espacio doméstico, conviviendo con sus agresores. La pandemia hizo más visible que nunca que la autonomía de las mujeres tiene aún muchas falencias para que logre ser alcanzada: la violencia sigue siendo una constante en la vida de muchas mujeres y la respuesta institucional frente a la contingencia demostró la falta de estrategias de los Estados para combatirla. 

Si bien desde el año 2015 las protestas feministas han retomado el protagonismo; las demandas esgrimidas no han sido homogéneas entre los diferentes países, debido a los diferentes estadios en materia legal y de garantías sociales imperantes referidas a la autonomía de las mujeres, así como los contextos de seguridad para una vida libre de violencia en la región. No obstante, en las últimas movilizaciones desde el 2017 en adelante, se puede identificar un patrón de reclamo en favor de la autonomía física de las mujeres, tanto por la reivindicación de los derechos sexuales y reproductivos como en contra de la violencia que sistemáticamente vivimos por el sólo hecho de ser mujeres. Nuestra región no es ajena al reclamo mundial que es parte de la cuarta ola del feminismo, como señala Rosa Cobo (2019) la globalización del feminismo pone de manifiesto tanto la fortaleza de las ideas feministas como el crecimiento de la conciencia social crítica frente a la desigualdad y la explotación económica y sexual de las mujeres/2 . 

Los años 2018 y 2020 fueron particularmente importante para los dos países analizados entre estos textos, Chile y México; donde el feminismo estudiantil cobró especial protagonismo en el marco de instituciones universitarias que fueron instigadas a dejar de ser cómplices de situaciones de abuso y acoso. En ambos países las tomas de planteles, las huelgas universitarias, así como las marchas y protestas en el espacio público tuvieron por primera vez en la historia como protagonistas exclusivas a jóvenes mujeres. 

Así, la lógica que acompañó el análisis que tradicionalmente se ha hecho sobre el movimiento estudiantil se encuentra, desde entonces, con un nuevo derrotero difícil de soslayar: el cuestionamiento a la normalización de prácticas de poder y abuso que tienen como centro las relaciones desiguales de género en los espacios educativos, así como en otras esferas de la sociedad. La presencia de mujeres jóvenes que protestan ha sido un fenómeno sumamente novedoso que toma cuerpo y presencia en distintas manifestaciones públicas. 

Esta obra que recopila textos de diferentes autoras, busca desde un lenguaje cercano y de divulgación de la información, reflexionar sobre la importancia de los movimientos feministas y de mujeres como medios de revisión de los patrones de dominación masculina dando luces respecto de los avances y retrocesos de los poderes de género (Reyes Housholder y Roque, 2019). Un libro imperdible para analizar las movilizaciones sociales del último tiempo a la luz de una mirada feminista. 

“Desde Mistral hasta Las Tesis, pasando por Kirkwood: esbozando una crítica feminista de la violencia del ‘Estallido Social’” abre este libro con la autoría de Gwynn Thomas y Fernanda Glaser. Las autoras analizan dicha ola de protestas masivas desarrolladas durante el año 2019 en Chile de forma comparada en dos regiones: La Serena, hacia el norte del país y Santiago, en la zona centro y capital. Si bien el estallido social en Chile fue la antesala que permitió que se comenzara a debatir más seriamente la necesidad de contar con una nueva constitución que se basara en la garantía de derechos en el marco de un modelo social de Estado, las dinámicas que se reprodujeron en las manifestaciones dejaron en evidencia la división sexual que cobró protagonismo al interior de las movilizaciones y protestas.

La vigencia de los mandatos de género que las autoras visibilizan a lo largo de su capítulo sirve como fundamento teórico para comprender las continuidades e incluso retrocesos que luego de la victoria del rechazo a la nueva constitución se observan en materia de consolidación de los derechos de las mujeres. Las autoras hacen un llamado a la memoria y contenidos pacifistas de la literata Premio Nobel Gabriela Mistral, que ya durante la década de 1950 advertía de los peligros de romantizar la violencia. 

Las autoras dan cuenta de una serie de indicadores textuales y discursivos plasmados durante las movilizaciones del estallido social, tanto a través de la forma de vestimenta utilizada como de los imaginarios que dichas vestimentas y comportamiento representan. Mediante datos empíricos recopilados durante las protestas en ambas zonas del país (norte y centro), se pone en evidencia cómo siguen vigentes lógicas estereotipadas y sexistas a la hora de desarrollar las protestas.

Este texto de Thomas y Glaser sirve de excelente apertura para la reflexión feminista, ya que pone en discusión la fuerza que tiene el orden de género como dispositivo de diferenciación/exclusión/desigualdad en contextos de acción contenciosa, lo que se imbrica, a su vez, con las representaciones sexistas que los medios de comunicación construyeron. Si el movimiento estudiantil de 2011 quedó en deuda a nivel de estudiantes con las demandas feministas, éstas serían retomadas por las movilizaciones estudiantiles de 2018 (Miranda Leibe, 2016). Por su parte, las movilizaciones por un nuevo modelo de Estado durante 2019 quedaron en deuda con las demandas feministas por nuevas formas políticas que no estén basadas en el poder de género, lo que se hizo visible a partir de la irrupción contundente de la performance de Las Tesis “un violador en tu camino” la cual terminaría dando la vuelta al mundo para denunciar y demandar el fin de la violencia institucional contra las mujeres, demostrando que se puede defender una causa de forma artística y pacifista; y no por ello carecer de capacidad de repercusión.

El texto de Daniela Cerva Cerna titulado “Feminismo en México: la fuerza de las colectivas universitarias ante la violencia machista” es elaborado a partir del trabajo de campo desarrollado en México, logra aterrizar como la lógica de dominación masculina (Bourdieu, 2001)3 es reproducida por las instituciones universitarias, donde de manera paradójica, al ser los centros de pensamiento donde surgen corrientes analíticas que critican dicha dominación, cuando la teoría es volcada hacia el interior de las mismas, se evidencia la importancia que los movimientos estudiantiles feministas tienen para que las instituciones educativas incluyan mecanismos de control y protección frente al abuso y acoso.

Si en el texto anterior las lógicas de dominación masculina eran identificadas a nivel de instituciones informales de participación política, en este segundo texto, el poder de género y sexismo es identificado a nivel universitario denunciando los costos que estos tienen en el proceso de desarrollo formativo de las estudiantes; motivo por el que las estudiantes tanto en México como en Chile se levantaron. Si bien todas las instituciones tradicionales tienen género, ya es hora de que las Universidades como instituciones formales clave en los procesos formativos de la ciudadanía, den un paso definitivo hacia la extinción del sexismo a través de políticas de género.

La doctora Cerva Cerna, identifica el rol que la dinámica organizativa de las colectivas feministas juega en la superación de dichas lógicas sexistas. Dichas dinámicas implican espacios de autoconciencia que abogan (en muchos casos a través de actividades asamblearias separatistas) por la superación del poder de género. Algo que será retomado en el trabajo centrado para el caso de las movilizaciones estudiantiles feministas en Chile. Como bien explicitará la autora en su capítulo, institucionalizar la perspectiva de género dentro de las entidades de educación superior implica la construcción de un acuerdo explícito entre toda la comunidad educativa tendiente a impulsar el valor de la igualdad en todas las prácticas y dinámicas que son parte de la vida universitaria.

El texto de Andrade Zubia sirve de referente para identificar los avances y retrocesos en materia legal referidas a la autonomía de las mujeres en las últimas administraciones políticas en Chile y como el tomar a la mujer no solo como objeto de derecho sino también como sujeto de derecho, es clave para la expansión de dichas autonomías en sus tres niveles: toma de decisiones, económica y física. La autora plantea que este debate es imprescindible para la construcción de una ciudadanía basada en derechos que pongan al centro las necesidades de las mujeres, y es la antesala para revertir los altos índices de violencia machista que permanecen en la región. 

El trabajo “Un movimiento a cara (des)cubierta” de Miranda Leibe y Roque López, analiza para el caso de las movilizaciones estudiantiles feministas de 2018 en Chile, las dinámicas organizativas al interior de las ramas feministas a partir de la identificación de patrones organizativos, de búsqueda de consenso y de diferente vinculación con los partidos políticos. Las feministas estudiantiles coinciden con sus pares mexicanas en las demandas por superar las lógicas sexistas en el ámbito educativo y visibilizan como dicha superación implica cambios en la manera de organizarse políticamente.

Finalmente, es para nosotras un honor poder contar con el prólogo a esta obra redactado por Sonia Álvarez, referente en el estudio del movimiento feminista latinoamericano y autora ampliamente citada y trabajada en nuestros trabajos. Las vueltas de la vida permitieron que de igual manera cuando en los años 90´s prologó el trabajo de Ríos, Godoy y Guerrero, Sonia nos ofreciera una lectura muy generosa y atinada de los textos que este libro compila. 

La invitación es a leer estos trabajos y conectar sus hallazgos con aspectos estructurales que dan cuenta de la fuerza del pensamiento y acción feminista hoy en día. Además de ser el movimiento de masas más importante a nivel internacional, la acción política feminista incluye a amplios sectores de mujeres que construyen un reclamo colectivo que va desde la defensa de las mujeres en Irán, hasta el reconocimiento de las madres buscadoras en México, pasando por un cuestionamiento al trato de las mujeres en política y la defensa de la despenalización del aborto con la marea verde

Por Daniela Cerva Cerna y Lucía Miranda Leibe, 
Introducción del Libro

  • Para descargar el libro: https://flacsochile.org/wp-content/uploads/Libro-Movimiento-Feminista_10-01-2023.pdf
Autoras:


📌Lucía Miranda Leibe @lumiralei

📌 Daniela Cerva Cerna @DaniCervaCerna

📌 Fernanda Glaser Danton

📌 Daniela Andrade Zubia @lasdiosas

📌 Beatriz Roque López

📌Gwynn Thomas


Referencias

1. Pateman, Carole (1995). El contrato sexual. Barcelona: Anthropos; México: Universidad Autónoma Metropolitana.
2. Cobo, Rosa (2019). La cuarta ola feminista y la violencia sexual. Paradigma: revista universitaria de cultura, (22), 134-138.
3. Bourdieu, Pierre (2000). La dominación masculina. Anagrama.

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