marzo 21, 2023

Las mujeres de Irán reclaman sus Derechos Humanos


La Revolución de las Mujeres de Irán y la Solidaridad Mundial

«Por las Mujeres, la Vida y la Libertad».

Mis recuerdos en la Organización de las Naciones Unidas durante la Década de los Setenta del siglo XX.
La Sublevación de los Velos 2022.

A partir del 16 de septiembre este año 2022, a tres días de haber sido detenida Mahsa Amini, por la policía de la moral, se oye el grito mundial «Por las Mujeres, la Vida y la Libertad», en solidaridad a las féminas de Irán, quienes han popularizado las manifestantes por la muerte bajo custodia policial de Mahsa Amini, detenida el 13 de septiembre, por supuestamente llevar mal puesto el velo.

La presidenta del Parlamento Europeo, la maltesa, Roberta Metsola, ha declarado y mostrado su apoyo a las protestas en Irán y expresado que la “brutal muerte” de la joven de 22 años “marca un punto de inflexión” en Irán y ha reivindicado el valor de las mujeres que “pese a la presión en aumento” están saliendo a las calles, reclamando cambios al régimen de los ayatolas.

La valentía de las mujeres iraníes y el respaldo unánime a nivel mundial, por los hechos tan crueles e injustos de discriminación que están ocurriendo en ese país, con motivo de la muerte de la joven Mahsa Amini a manos de la policía de la moral, que según los familiares la golpearon primero en la cabeza con una porra, continuando la golpiza dentro de un vehículo donde la introdujeron y los sucesivos más de 300 fallecimientos y miles de detenidos en manifestaciones pacíficas por reclamos de los derechos humanos para las mujeres, dan un alerta mundial.

Mahsa Amini murió el 16 de septiembre, tres días después de que se desplomara en un centro de detención de la llamada policía de la moral.

Las protestas parecen ser el desafío más serio al que se ha enfrentado el régimen de los ayatolas en los últimos años, cuyas consecuencias son impredecibles. Tales acontecimientos han aflorado en mí ciertos recuerdos vividos en las Naciones Unidas, que hoy quiero compartir.

Mis recuerdos en la Organización de las Naciones Unidas durante la década de los setenta del siglo XX.

La representación del gobierno de Irán en Naciones Unidas durante la década de los setenta del siglo XX, estaba dirigida por la princesa Ashraf Pahleví, hermana gemela de Mohammad Reza Pahlevi, Shah de Persia, única mujer en ese momento que ostentaba la representación de Embajadora de su país en la organización internacional.


La princesa Pahleví, mujer de gran personalidad, hábil diplomática y muy astuta en política, de la que había dicho Stalin en décadas precedentes, que era el” único hombre” a ser temido dentro de la familia imperial persa, y la prensa europea la había calificado como “la pantera negra”. Dentro de las Naciones Unidas era muy activa en la política internacional, participando además, en las reuniones del Consejo Económico- Social y en la Comisión de la Condición Jurídico- Social de la Mujer, a las que yo comencé asistir desde el XXIV Periodo de Sesiones en 1974, en mi triple posición como miembro de la Delegación Oficial del Gobierno de la República de Venezuela y a la vez como representante de la Federación Internacional de Abogadas (FIDA) y de la Federación Internacional de Mujeres de Carreras Jurídicas (FIMCJ), ambas organizaciones con estatus consultivo dentro del organismo mundial. Las Naciones Unidas, para impulsar la participación de la mujer en la vida política, económica, social y cultural en los países y el mundo, habían proclamado en virtud de la Resolución 3010, emanada de la Asamblea General, del 18 de diciembre de 1972, a 1975 como el “Año Internacional de la Mujer”. Al mismo tiempo, se eligió por primera vez, como Subsecretaria General de Desarrollo Social y Asuntos Humanitarios a la abogada de Finlandia, Dra. Helvi Sipila, ex presidenta de FIDA, quien tenía además, funciones de Secretaria General del Año Internacional de la Mujer y de la Primera Conferencia Internacional de la Mujer, que se realizaría en México, en junio-julio de 1975.


La inauguración de la Conferencia Mundial del Año Internacional de la Mujer en el Gimnasio Juan de la Barrera en la Ciudad de México el 19 de junio de 1975. Foto ONU/B Lane

A tal efecto se efectuaron varias reuniones preparatorias en New York durante 1974, en marzo, antes del Periodo de Sesiones de la Comisión Jurídica-´Social de la Mujer. Se estableció el “Comité Consultivo del Año Internacional de la Mujer”, formado por 16 países,. Fue electa la princesa Pahlevi para presidirlo y como vice- presidenta se votó a la Dra. Elia Borges de Tapia, quien encabezaba la delegación de Venezuela. Allí tuve ocasión de tratar a la Embajadora Pahlevi, así como también, a las distinguidas miembros de la representación de Irán, quienes eran damas de gran categoría, todas muy bien formadas académicamente, cultas, refinadas, profesionales, competentes, vestían exquisitos ajuares a la última moda occidental, ocupaban cargos importantes y altas respetabilidades profesionales en su país, manifestaban y se sentían orgullosas de los avances de los derechos de las mujeres en Irán, significativamente progresistas en comparación a otras naciones de la región.


La Doctora Elia Borges de Tapia, Vice-Presidenta del Comité Directivo para el Ano Internacional de la Mujer de las Naciones Unidas y la Doctora Ana Lucina García Maldonado, integrante de la Delegación de Venezuela., New York, 1974.

En los informes presentados ante el organismo mundial de la milenaria Persia, actual Irán, se observaba que desde tiempos remotos la mujer no estaba considerada cono sujeto de derecho, era solo objeto en el derecho y al igual que los esclavos eran propiedad de los padres, quienes podían matarlas o venderlas como esclavas. No estudiaban, llevaban el rostro cubierto desde los 8 años de edad, se casaban mediante matrimonio concertado de acuerdo con una dote que daban los padres de la novia, según su condición social. Solo se les permitía descubrir el rostro ante el marido o familia cercana, estaban destinas a vivir en los harenes, cuidaban a sus hijos e hijas. Las mujeres de clase baja trabajaban en oficios domésticos, hilaban, tejían alfombras o criaban gusanos de seda; las de clase alta estudiaban, paseaban, hacían visitas en compañía de sus criadas y algunas escribían versos.

Con la llegada del Islam en el siglo VII, la posición de la mujer quedó fijada de acuerdo con el derecho y sus reglas, normas que permanecieron invariables hasta principios del siglo XX. A partir de 1926, cuando asumió al trono de Irán, Reza Khan, quien fue coronado como Reza Shah Pahlevi, considerado como padre del Irán moderno, y su hijo Mohammed Reza Pahlevi, proclamado como príncipe heredero, hubo grandes progresos para la mujer a pesar de la oposición de los clérigos musulmanes y resistencia de los mayores, por que Irán era una sociedad religiosa, guardiana de sus antiguas costumbres; sin embargo, se impuso la voluntad política para romper el molde tradicional, conservador, permitiendo que las mujeres comenzaran a florecer y ocuparan más espacios en la sociedad.

En 1936, el uso del velo fue abolido como símbolo de sumisión y reclusión social de la mujer, igualmente que la poligamia, lo que significó el término del sistema de tiranía del señor de la casa que reinó en épocas pasadas.

«Irán era un país liberal. A las mujeres se les permitía vestir lo que querían» recuerda Rana Rahimpour, presentadora iraní-británica del servicio persa de la BBC.

En 1963, el nuevo monarca, Shah Mohammed Reza Pahlevi, con la progresista llamada Revolución Blanca y su admiración por la cultura occidental, por haber recibido sólida formación académica europea, le otorgó el voto a las mujeres en igualdad de derechos con los hombres. Las mujeres tuvieron derecho a la educación en todo Irán, se aprobó la Ley de Protección a la Familia aumentándose la edad mínima de la mujer para contraer matrimonio de 13 a 18 años; se le dio a la mujer el derecho a pedir el divorcio, además, se reforzó jurídicamente la monogamia. Asimismo, las mujeres llegaron a ocupar posiciones de poder, fueron concejalas, ministras, juezas, diplomáticas y ocuparon asientos en el Parlamento. La primera senadora electa fue la abogada Dra. Mehranguez Mamoutchchrian, ex-presidente de la FIDA. Las mujeres iraníes tuvieron un rol vibrante en la sociedad sintiéndose independientes, no segregadas y empoderadas.


La emperatriz Farah Diba, educada en Paris, dio gran impulso a las artes y la cultura y creó la Universidad Pahlevi, destinada a mejorar la educación de las mujeres. Esta era la imagen que proyectaba la delegación iraní en las Naciones Unidas. Así lo indicaba la documentación de esa época. Sin embargo, en Irán había un sentimiento conservador en algunas mujeres que deseaban tener libertad para escoger libremente si debían llevar o no el velo en lugares públicos, aunado al deseo de los clérigos de imponer su poder con la Ley de la Sharía, y el componente político de izquierda, que veía con malos ojos a la nación iraní siguiendo patrones y la cultura occidental. Hubo intentos fallidos de golpes de Estado, desestabilización política, inestabilidad y huelgas de trabajadores, como preludio a la Revolución de 1979.

En la Naciones Unidas, al concluir la Conferencia de México de 1975, Bulgaria e Irán ofrecieron la sede para que se efectuase la Segunda Conferencia Mundial de la Mujer, en 1980. La influencia de la Embajadora Pahlevi, fue decisiva para ser aceptado Irán como país anfitrión del segundo magno evento de la mujer, quedando establecido por Resolución de la Asamblea General. Acatando esta decisión, tanto el Consejo Económico Social, la Comisión Jurídico- Social de la Mujer, los organismos internacionales, las ONG con estatus consultivo, así como las mujeres de los demás regiones del mundo, hacíamos los preparativos para concurrir a la segunda Conferencia de la Mujer en Irán, a comienzo de la década de los ochenta.

El Servicio Postal Mexicano dedicó una estampilla de correos al símbolo mundial del Año Internacional de la Mujer, en 1975.

Personalmente, durante varios años, tuve la oportunidad de compartir con la Delegación del Irán, tanto en la sede de las Naciones Unidas, como igualmente de forma especial con las abogadas que integraban las representaciones de los distintos países, por cuanto la presidenta de la FIDA. En ese entonces, la doctora de nacionalidad estadunidense, Dora Aberling, nos convocaba a las letradas de los cinco continentes, delegadas ante la ONU, a un almuerzo que se hizo frecuente por las periódicas reuniones preparatorias para las Conferencias Mundiales, eventos fijados entre 1975 y 1980, aunados a las reuniones de los Periodos de Sesiones anuales de la Comisión Jurídico-Social de la Mujer, cuya prioridad eran las discusiones y deliberaciones para la aprobación del texto del proyecto de Convención Mundial para acabar con la discriminación de la mujer, que en ese entonces, se negociaba dentro de la organización. Al convite de la Dra, Aberling, acudían las abogadas de Irán, conversábamos del adelanto de los derechos de la mujer y de sus actividades como parlamentarias, juezas, fiscalas y la práctica del ejercicio profesional libremente.

A principios de año de 1979, ocurre inesperadamente, la Revolución Islámica- Teocrática, cae el gobierno del Shah, lo que se sintió como una verdadera catástrofe dentro de la Comisión de la Mujer. Nos habíamos quedado en el aire, sin lugar para la programación prevista, faltaba menos de un año para la cita femenina mundial. El 18 de octubre de 1979, me cupo el honor de ser elegida para presidir mundialmente la FIDA y en el mes de diciembre de ese mismo año, la Asamblea General adoptó el documento más importante que se ha establecido hasta ahora a nivel mundial para honrar los derechos humanos de la mujer, cual es la “Convención de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de toda forma de Discriminación contra la Mujer», mejor conocida como Convención CEDAW.

A pesar de la alegría de la aprobación de la nueva Convención, continuaba la preocupación de la convocatoria de 1980. Se hicieron distintas gestiones, análisis, se pensó cancelarla, posponerla, si no se conseguía nueva sede. Entonces, como una mágica hada madrina, surgió la propuesta de la Reina Margarita de Dinamarca, quien gentilmente, ofreció su reino para que se efectuara la Segunda Conferencia Mundial de la Mujer, en la misma fecha prevista de Julio en 1980.

La Conferencia Mundial del Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer se inauguró solemnemente en el amplio y moderno centro de congresos Bella Center de Copenhague, con la presencia de Kurt Waldheim, secretario general de la ONU; la reina Margarita de Dinamarca; el primer ministro danés, Anker Joergensen, Helvi Sipila exsecretaria General de la Primera Conferencia de la Mujer, en México, 1975, y las delegadas y los delegados gubernamentales de los 150 países participantes.

En una sala pequeña, se abrió a la firma de la Convención de la CEDAW, con gran entusiasmo, elegancia y protocolo. Solo asistieron las Jefas de Delegación que con Poderes Plenipotenciarios la firmarían.

  • Para leer la nota: https://feminismoinc.org/2023/03/las-mujeres-de-iran-reclaman-sus-derechos-humanos.html


Fuente: FeminismoINC

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