Mujeres líderes en lucha contra las minas

Hace tres meses, una niña de seis años murió y otras seis criaturas resultaron heridas en una explosión en la provincia de Moxico, Angola. Según los medios de comunicación locales, las niñas y los niños estaban jugando con una bomba sin explotar que encontraron en un campo, sin ser conscientes de los riesgos.

Según la BBC, el Grupo Asesor sobre Minas es una ONG que desde 1989 supervisa la destrucción de minas terrestres y otros artefactos explosivos sin detonar en 70 países, entre ellos Angola, donde calcula que aún queda por limpiar una superficie de 7.300 hectáreas, equivalente a más de 10.000 campos de fútbol.

Esto no sólo supone un riesgo para la vida, sino que también limita las actividades básicas en las zonas afectadas, como la agricultura y la construcción. En el caso de Angola por ejemplo, a pesar del auge de la industria petrolera la mayoría de la población vive por debajo del umbral internacional de pobreza, con la imposibilidad de usar las tierras para su conreo. 

A veces, las mujeres son las más afectadas por la pobreza, lo que también ayuda a explicar por qué más mujeres se están convirtiendo en “zapadoras”. El trabajo ofrece buenos sueldos -de 440 a 600 dólares al mes- y es constante, dada la cantidad de tierra que queda por desbrozar. Así es como las mujeres ya representan casi el 40% del personal de desminado de la ONG en Angola y hay más de 600 mujeres trabajando en este ámbito para Halo Trust, otra organización de desminado que opera en el país.

Uno de los principales objetivos de la ONG es también el de formar a las mujeres ya que la acción humanitaria contra las minas ha sido tradicionalmente un sector dominado por los hombres, en parte debido a la especialización en desactivación de artefactos explosivos y a los antecedentes militares de muchos miembros del personal. Ahora se intenta proactivamente contratar y formar a mujeres desminadoras en todos los programas como parte de una estrategia a largo plazo y en desarrollo para abordar el desequilibrio de género y fomentar las mujeres líderes de paz.

Por Mar Joanpere

Fuente: El Diario Feminista